Hace cinco años, en el 2005, aproximadamente por estas fechas, hice en compañía de mi hermano Manolo el Camino francés, desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela. Fue una gratísima experiencia de la que he dejado noticia en el Diario de un peregrino .
Ahora, otros cinco años después, en este 2010, Año Santo Compostelano, decidí llevar a cabo una vieja ilusión, la de recorrer el Camino por la Vía de la plata, desde Sevilla a Santiago, empresa que acometí hace poco más de un mes con mi amigo Dietmar Einoder, excelente y entrañable compañero de fatigas y contentos, que de todo hubo en esta larga marcha de casi 1.000 Km.
Así que, habiendo hecho los preparativos necesarios, el 14 de Abril volamos desde Vigo a Sevilla, en donde recogidos mochila y bastones, habríamos de inciar a la mañana siguiente nuestra andadura. Nos hemos orientado por la Guía de Eroski Consumer en sus dos versiones de la Vía de la plata y el Camino Sanabrés que se pueden consultar haciendo clic en esos enlaces o en cada uno de los epígrafes de cada etapa. En estas guías vienen mapas e información detallada sobre el itinerario y lugares de interés, así que en esta relación me limitaré a referir mis impresiones personales y las particulares vivencias que hemos experimentado a lo largo del Camino.
Este día preliminar al inicio, lo hemos dedicado a pasear por esta hermosa ciudad en compañía de dos viejos amigos de Dietmar que han sido unos estupendos anfitriones. Con ellos hemos descubierto lo que es un serranito, apetitoso bocadillo cuyo interior alberga un bistec cubierto por un pimiento y una tortilla francesa, lo cual acompañado de una copa de vino oloroso, Pero Ximénez, constituye una cena sencilla pero espléndida.
Ya iba siendo hora de retirarse, que mañana hay que madrugar, así que nos despedimos de nuestros amigos y nos dirigimos al Albergue Juvenil, en la calle Isaac Peral, donde compartimos habitación con un alemán, uno de los muchos que nos encontraremos en las próximas semanas.
La Torre del oro bajo un amenazante cielo, augurio del mal tiempo que nos espera para los próximos días. A la derecha, Dietmar con sus amigos.
Albergue | Calidad | Plazas | Precio | Tiempo |
Juvenil |
Bueno | 240 | 25€ | Lluvia |
Nota: Para ampliar, hacer clic en las imágenes.
Jueves, 15 de abril.
1ª Etapa: Sevilla – Guillena 24 Km. 5 h. |
A las seis de la mañana abandonamos el albergue y tomamos, como únicos pasajeros, el primer autobús de la mañana, el 34, que nos lleva hasta cerca de la catedral. Allí, junto a la puerta de la Asunción, iniciamos el Camino. Al doblar la esquina vemos la primera señal del camino, una vieira de cerámica en una pared de la calle Vinuesa. Atravesamos las calles aún solitarias a este hora temprana, brillante el piso por la reciente lluvia, con cierta emoción que nos embarga en el primero de los treinta y tantos días que tenemos por delante.
LLegados al puente de Triana, pasamos por delante de la Capilla del Cachorro, imprescidible en la semana Santa sevillana:
¡Ay que pena más gitana
cuando se aleja del puente
el Cachorro de Triana!
Aunque es de noche y parece invierno, suenan en nuestra imaginación los ecos de una saeta.
Una vez abandonado el barrio de Triana, salimos a la carretera y, como suele pasar al salir de una población grande, no nos deja el asfalto hasta pasar Santiponce. Aquí, en Santiponce, visitamos las archifamosas ruinas de Itálica, primer enclave romano de importancia en la Vía de la Plata. A unos 2 Km., salimos, por fin, del asfalto para entrar en una larga pista de tierra que se abre entre extensos campos de trigo y tierras de labor.
Después de casi una docena de Km. entramos en Guillena, destino de esta corta etapa incial. Guillena es un hermoso pueblo típico de Andalucía, cocn sus casasa todas en blanco y añil y una hermosa iglesia pero con un albergue desastroso, mal cuidado y sin la menor atención. No hay hospitalero ni nadie que atienda a los peregrinos, algunos de los cuales duermen en el suelo, por falta de literas. Comemos en un bar que se llama Casa del Pueblo, no sé porqué, el menú del día, mediocre, por 13€.
A las diez, se apaga la luz, reina el silencio y los peregrinos duermen.
Un solitario transeúnte nos hizo esta foto en el punto de partida. Teatro romano de Santiponce, antes de Itálica.
En Itálica a la entrada del anfiteatro. Uno de los numerosos mosaicos que decoraban el piso de las mansiones romanas.
La larga pista de tierra sustituye al asfalto. Calle de Guillena.
Albergue | Calidad | Plazas | Precio | Tiempo |
Municipal | Malo | 16 | Gratis | Sol y nubes |
Viernes, 16 de abril.
2ª Etapa: Guillena – Castilblanco de los Arroyos 18Km. 3h. |
A la salida del albergue está todo oscuro y no se ven las marcas, así que decidimos seguir por la carretera, la N-640 que nos acompañará en gran parte del recorrido por toda la Vía de la Plata. Al cabo de unos 4 Km. alcanzamos el Polígono Industrial del Cerro de donde parte la vía pecuaria Cañada Real de las Islas.
Durante unos 7 Km. esta vía, que es una pista de tierra, discurre entre grandes extensiones de olivos y naranjos en flor que perfuman el ambiente con un intenso aroma de azahar, econtrándonos con algún que otro cortijo perdido en la inmensidad de estos terrenos. Sigue leyendo