Baredo

Baredo es una parroquia del municipio de Baiona situada en la ladera noroeste de la sierra de A Groba. De uno de los lugares de esta parroquia, Rocamar, parte un sendero fluvial que, comenzando en la desembocadura del río Fraga, bajo un puente en la carretera que va de Baiona a A Guarda, llega hasta cerca de la iglesia parroquial. Aunque mide solamente 760 m., vale la pena recorrerlo, sobre todo ahora con calor pues, como es típico de los caminos de ribera, la senda es umbría y el ambiente fresco. A lo largo de este sendero pueden visitarse algunos de los molinos de agua de los que tanto abundan en nuestros ríos y en los que durante tantos años se molía harina, bien en régimen de propiedad o de maquila que era el más corriente.

Una vez  llegados a Baredo, atravesamos el núcleo urbano, en el que destacan casas de piedra de gran factura, nuevas muchas de ellas, que dan la sensación de que es ésta una población de elevado nivel económico, aunque hasta hace unos pocos años era una aldea de casas de labradores y marineros, o ambas cosas a la vez, cuyos caminos de losas de piedra han sido cubiertos en gran parte por el inevitable asfalto.

Abandonado el asfalto, tomamos uno de esos caminos de piedra por lo que subían y bajaban los carros del país cuyas huellas han quedado esculpidas en las rodelas que hienden las grandes losas que forman el camino y nos adentramos , siguiendo el omnipresente GR-58 o Sendeiro das Greas, en los montes de la sierra citada.

No tardamos en tropezarnos con con un estrecho caminito casi cerrado por la maleza que ralentiza nuestra marcha obligándonos a ir apartando con nuestros bastones ramas , tojos y zarzas que tratan de impedirnos el paso. Por fin salimos a terreno más despejado, otra pista rústicamente enlosada de pronunciada pendiente por la que parace imposible que aquellos pesados carros tirados por bueyes fueran capaces de subir y bajar cargados de tojo para el piso de las cuadras, o de troncos de pinos o eucaliptos.

Llegados al alto desde donde de divisa con nitidez el faro de Cabo Silleiro, emprendemos el regreso a través del monte recientemente quemado, por un paisaje de desolación y tristeza, arrasado por el fuego. El suelo, los muros de piedra que limitan las propiedades, los pinos, calcinados, negros. Es impresionante el contraste entre este bosque quemado, entre este paisaje siniestro y el que nos ofrecía, un poco más atrás, el monte verde, frondoso y fresco del monte sano que se salvó del incendio.

A muy pocos metros de la zona incendiada nos topamos de nuevo con la población de Baredo, la cual volvemos a cruzar para regresar a la pasarela de madera que nos conduce, a lo largo del río Fraga, al inicio de nuestra marcha de hoy.


El paseo fluvial se inicia con un estrecho sendero y sigue por una larga pasarela de madera.


Este simpático vecino de Baredo nos saluda alegremente mientra lava su ropa. Insólito caso de lavandero, un oficio que parecía exclusivo de las mujeres. A la derecha una imagen del camino cerrado por la maleza.


Estas curiosas placas en el cementerio de Baredo invitan a la reflexión sobre lo pasajero de este mundo.


El faro de Cabo Silleiro al fondo. Desolación y miseria después del incendio.

Distancia Duración Dificultad Tiempo
Datos de la ruta 10 Km. 2 h. 50 min. Media Soleado

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