Romance de Paraños

Paraños es un lugar lleno de encanto, situado en el ayuntamiento de Cotobade, muy cerca de Carballedo, que es la cabecera del Concello. Es una zona rural, en la que existen unas cuantas rutas muy atractivas, de alguna de las cuales ya hemos dado noticia aquí. Pues bien, en este sitio, se encuentra una hermosa y antigua casa señorial que, rescatada de su estado de casi abandono, rodeada de una espléndida carballeira, señorea los verdes prados que se extienden por las riberas del río Almofrey.

De esa casa somos huéspedes, de vez en cuando, algunos de los senderistas que hacemos esta revista, y por eso ofrecemos a su anfitriona, este romance que, a la antigua usanza, describe cómo ella nos recibe, lo bien que lo pasamos y cuánto disfrutamos de su impagable hospitalidad.

El día en que ellos llegaron
grandes señales había:
el cielo estaba nublado
y el sol apenas lucía.
En los árboles del bosque
era grande algarabía
porque las aves cantaban
una rara melodía.

Y llegaron en sus carros
de acero y de vidrería
y a la puerta de la hacienda
la dueña los recebía
y con amor los miraba
y también con alegría,
la bienvenida les daba
bien oiréis los que decía:

Contenta estoy de miraros
amigos del alma mía,
entrad en la casa presto
y disfutalla a porfía
y tomalla como vuestra
en la noche y en el día.
Adentro les esperaba
el hombre de gran valía
que por esposo y señor
la comarca le tenía.
Ya los huéspedes adentro,
gran contento les había.
Qué era fermosa la estancia,
cómo todo relucía,
muebles de nobles maderas
y rica cristalería.
Candelabros alumbraban
que una fiesta parecía,
y en las paredes colgaban
cuadros de mucha valía.

A la cena se juntaron
cuando la noche caía
y del yantar dieron cuenta
en qué buena compañía.
Entre risas y jolgorios
la juntanza transcurría
hasta que llegó la hora
en que el sueño les vencía.
y poco a poco se fueron,
quedó la estancia vacía.

A la mañana siguiente,
ya la del alba sería,
se oyen pasos por la casa,
quién será que no dormía,
era Francisca la dueña
que tan pronto amanecía
a la cocina se entraba
y el desayuno ponía.
A poco las otras damas
también le hacen compañía
y en la mesa se aparecen
manjares de regalía.
Desayunos y yantares
que Camacho envidiaría.
Paseos por las veredas
con silencios de abadía,
las tertulias y conversas
plenas de sabiduría
llenan las tardes de otoño
mientras dura la estadía.

Se marchan ya las carrozas,
la gente se despedía
muchos abrazos se daban
y mucho se agradecía.
La dueña desde la puerta
a los suyos bendecía:
A casa marchéis amigos
con Jesús, José y María.
Ya los amigos marchaban,
qué duro se les hacía
abandonar el palacio
que felices les tenía.
Dios te guarde la mi dueña,
cada uno le decía
y en abrazo que le daba
su amistad le agradecía.
Y aquí se acaba el romance,
no es mester de clerecía,
es una sencilla historia
en clave de juglaría.

PR-G69 Sendeiro Frei Martín Sarmiento

Lunes, 17 de Abril de 2006
Ángel y José.

Recorrido: 12 Km.
Duración: 3 h

Dificultad: Media/Alta

Esta ruta está catalogada en Turgalicia como el Sendero PR-G69. Pinchando aquí podéis ver su mapa y descripción. Se trata de un recorrido muy interesante y hermoso. Hay que acercarse hasta Cerdedo, que está en la carretera de Pontevedra a Orense, a unos 28 Km. de la capital. Este sendero es de nueva creación, está muy bien señalizado y no tiene pérdida. Os lo recomendamos.

A continuación se exponen unas cuantas imágenes que dan una idea de los entretenido y atractivo que es este recorrido.


El sendero se inicia en una calzada medieval que sale de la calle Torrente, frente a la iglesia, y tiene como portada este antiguo puente sobre el río Castro con la ermita de San Antón al fondo.


Cuatro ermitas, todas del siglo XVIII, jalonan este recorrido. Es curioso observar que aunque las «capelas» están en perfecto uso, las casas de los lugares en los que se encuentran están, en su mayoría, abandonadas.


El paisaje abunda en hórreos o «canastros», que recuerdan la intensa actividad agrícola de tiempos ya lejanos.


He aquí una rústica fuente, con bebedero y lavadero, obra de los antiguos «canteiros», muchos de ellos excelentes artistas, que a lo largo de los años llenaron el paisaje gallego de iglesias, hórreos, molinos, rústicas viviendas y pazos señoriales.


En esta casa , en el lugar de Sobreiras, vivió, durante su estancia en Pontevedra, el ilustre Fray Martín Sarmiento que, aunque nacido en el Bierzo, fue traído a estas tierras con cuatro meses. Fue un gran defensor de la lengua gallega y amigo del padre Feijóo.


Viejos puentes de piedra llenos de encanto y robles centenarios, algunos de impresionantes dimensiones, han detenido el tiempo para nosotros, trasladándonos a otras épocas, sin coches, sin asfalto, sin cables…

Nota: Lamento que con el cambio de servidor se hayan perdido las imágenes que ilustraban esta entrada.

Ruta «Foxo do lobo» en Cotobade

Lunes, 17 de Abril de 2006
Ángel y José.

Recorrido: 12 Km.
Duración: 3 h

Dificultad: Media

Esta ruta no está catalogada como PRG, o “pequeno recorrido galego”, que es lo que significan esas letras en el argot del senderismo oficial, por lo que no está incluida en las publicaciones de Turgalicia, pero se trata de un precioso recorrido, muy bien señalizado con las marcas blancas y amarillas que son las que orientan al caminante en los mencionados PRGs.

La ruta se inicia en Carballedo, concello de Cotobade , a 12 km. de la carretera de Pontevedra a Orense. Hay que tomar la carretera que sale frente a la Casa Consistorial y llegarse hasta la ermita de San Brais, en el barrio de Martices. Desde allí, frente al cruceiro sale una ancha pista en la que, a poco de andar, aparecen las primeras marcas. El recorrido discurre entre viejos caminos y casas abandonadas, hasta llegar al río Almofrei.

El paseo por la ribera de este río es una auténtica hermosura, entre verdes y frescos prados y viejos molinos, hasta llegar al puente Serapio, de sombría y misteriosa belleza. Aquí dejamos el río y subimos de nuevo para descender, al poco rato, a una estupenda carballeira en la que se encuentra el Foxo do Lobo o lo que queda de esta antigua trampa para encerrar a los lobos. Estas trampas eran bastante frecuentes en estos parajes como puede verse en nuestra ruta por Fornelos.

Abandonamos este interesante y hermoso sitio y ascendiendo por una breve colina alcanzamos una despoblada “chaira”, huérfana de arboleda. Fijémonos bien en las marcas que aquí están algo confusas. Poco antes de tocar la carretera, torcemos a nuestra izquierda y comenzamos la bajada a Carballedo.

No tardamos en llegar a la carretera que va de Carballedo a Aguasantas. Desde allí las marcas nos conducen de nuevo al Almofrei. Pasamos por la piscina fluvial y salimos a la carretera por la que entramos al comienzo. Ahora toca asfalto. Subiendo hasta el barrio de Martices, allí, frente a la tienda, hay un panel explicativo y poco más arriba está la ermita de San Brais donde hemos dejado el coche.


A Ponte Serrapio y O foxo do lobo.

La maravilla del Paralaia

Lunes, 10 de Abril de 2006
Ángel, José y Manolo.

Recorrido: 32 Km.
Duración: 7 h 30 min

Dificultad: Media/Alta

Río: Río da Fraga
Monte: Monte da Paralaia
Mar: Mar de Vigo

Estos son los tres componentes de esta hermosa ruta que comienza en la Playa de Moaña, frente al antiguo cuartel de la Guardia Civil desde cuyo jardín arranca la ruta del Río da Fraga. Siguiendo el Río aguas arriba, superados sus veintinueve molinos y sus impresionantes cascadas, llegamos después de la última a un pequeño prado, el cual abandonamos para tomar un estrecho sendero a nuestra izquierda que sube en pronunciada rampa hasta encontrarse con la pista por la que discurre el GR 59, también llamado Roteiro Ecolóxido do Morrazo.

Siguiendo siempre las marcas rojas y blancas que nos conducen por este sendero llegamos al parque de recreo O Beque. Estamos a unos diez km. del comienzo.Es un buen sitio para interrumpir la marcha y tomarse un refrigerio. Desde aquí el GR 59 nos lleva hasta el Mirador da Fraga desde el que se contempla una estupenda vista de la bahía con Vigo al frente. Atravesamos la carretera y bajamos unos 200 m. para torcer a nuestra derecha y tomar de nuevo el GR 59. Ascendemos por esta pista forestal durante un par de km. hasta encontrar un cruce donde una señal en forma de X nos invita tomar la pista que baja a nuestra izquierda. Siempre siguiendo las marcas de GR 59, bajamos hasta la carretera que va a Bueu, seguimos a nuestra derecha, fijándonos en las marcas que nos llevan hasta un prado que encontraremos a nuestra derecha, bajando un poquito por el monte, con un par de mesas de madera en mal estado pero que sirven para tomar allí nuestro bocata y reponer fuerzas.

Volvemos a la carretera y a unos pocos metros nos encontramos con una casa de madera a nuestra derecha, metida en el monte pero bien visible. Pues bien, enfrente de esta casa hay un sendero en cuya entrada existe una piedra en la que está marcada la X roja y blanca que, en esta ocasión, sirve para indicarnos que nos metamos por ahí, pues es el sendero que nos llevará al Monte da Paralaia. A partir de aquí se acaban las marcas, pero no hay que preocuparse porque el recorrido es muy fácil. Basta con subir por un hermoso sendero que, entre carballos, nos lleva hasta un promontorio en el que hay una antena de radio y desde allí, a nuestra derecha, si observamos con atención y andamos unos metros, veremos la Cruz do Xestoso, una cruz de madera empotrada en una de las rocas del Monte da Paralaia.

Una vez encaramados a la roca, surge la maravilla. La bahía de Vigo, en un día soleado como éste, luce en todo su esplendor. Resplandece su mar azul desde Rande hasta las Cíes, brindando a nuestros ojos un espectáculo grandioso, de infinita belleza. Es el premio a nuestro esfuerzo de veintitantos kilómetros que aquí. ante esta espléndida estampa, nos parecen pocos. Me viene a la memoria la coplilla aquella de Frai Martín Sarmiento que ya en siglo XVII, por boca de Marcos da Portela, decía:

Os olhos se fartan
con tanto recreo
de terra, de verde
de mar e de ceo.

Ahora sólo queda bajar, atravesando O Carballan de Coiro, un “espacio natural protegido”, libre de la plaga de eucaliptos que invade nuestros montes. En nuestro descenso nos encontramos con la zona de descanso de O Pouso das Cruces. Aquí tomamos la carretera a nuestra izquierda y seguimos bajando hasta encontrarnos con el corredor do Morrazo, bajo cuyo puente pasamos y torcemos a nuestra izquierda tomando la estrecha carretera que nos lleva a la iglesia de San Martiño, joya románica de esta zona. Hay una señal de tráfico debajo del puente que así lo indica.

Siquiendo por esta carretera llegamos a San Martiño en menos de media hora. Seguimos bajando hasta el Cementerio Municipal, descendemos un poco más, atravesamos la Avda. de Marín y, desde aquí en diez minutos más, estamos ya frente al antiguo Cuartel de la Guardia Civil, en cuya explanada hemos dejado nuestro coche.

Sendero PR-G68: Viascón, A vía escondida

Lunes, 3 de Abril de 2006
Adrián, Ángel, Carlos, Isidoro, José.

Recorrido: 20 Km.
Duración: 4 h 30 min

Dificultad: Media/Alta

Viascón es una parroquia perteneciente al Concello de Cotobade, que se encuentra al borde de la carretera de Pontevedra a Orense. El grupo de los Lunes al Sol hemos hecho la ruta del PR-G68, cuyos detalles podéis ver en el enlace correspondiente pinchando.. En esta ocasión hemos hecho el recorrido en el sentido contrario al que se indica en la descripción que se hace en la página de Turgalicia. Os lo recomendamos si queréis evitar una rampa muy pronunciada que hay al salir de As Coutadas.


Es fácil colegir que lo de A Vía Escondida, viene de Viascón, supongo que por pura coicidencia. Por eso, hemos escogido para esta vista del lugar, la foto en blanco y negro detrás de la cual parece esconderse esta parroquia.


La iglesia y el palomar de la rectoral, dominan esta parroquia rural partida en dos por la carretera.


La recién estrenada primavera, extiende su verde sobre las veigas y brañas anegadas con el agua de las abundantes lluvias de Marzo.


El agua corre veloz por los innumerables riachuelos y regatos que cruzan los campos, bajan por las laderas del monte o se precipitan en pequeñas cascadas allí donde hay un desnivel. El viejo molino en ruinas, es ahora testigo indiferente en medio de estas aguas veloces que antaño le dieron vida y energía.


La ruta está perfectamente señalizada. Siguiendo las marcas blancas y amarillas, es imposible extraviarse.

Terminado el recorrido nos hemos acercado a la famosa Carballeira de San Xusto, donde hemos tenido una comida especial en homenaje a nuestro guía Adrián por su 65º cumpleaños. ¡Larga vida, Adrián, y que nosotros los veamos! Isidoro ha oficiado de cocinero obsequiándonos con una manitas de cerdo con setas…»bocato di cardinale».

Nota: Lamento la pérdida de las imágenes debida al cambio de servidor.