Monte Lobeira

Parece ser que por aquí estuvo situado el Castrum Luperiae, un enclave castrexo  de los primeros años de la era cristiana. No llega a los 300 m. de altitud pero es una magnífico mirador con espléndidas vistas a la ría de Arousa, al valle del Salnés y hasta la comarca del Barbanza en la lejanía.

Es el monte Lobeira y fué castillo en el siglo XII, fortaleza en la que se asentó la reina Doña Urraca para defender su territorio. Después de su marcha, el castillo, bastante abandonado, pasó a poder de la mitra compostelana y sus posteriores dueños no tuvieron interés en conservarlo hasta que en el siglo XV las luchas irmandiñas consumaron su destrucción casi completa.

Hoy apenas si quedan algunos vestigios consistentes en un aljibe, parte de las escaleras de piedra y las huellas de los antiguos cimientos en las grandes rocas sobre las que en la actualidad se eleva una gran cruz de hierro que preside el impresionante panorama que desde allí se divisa.

Este era el objetivo de nuestra caminata y allí hemos llegado partiendo del Pazo de Tapedello en la parroquia vilanovense de András. Entre fincas de cultivo y pequeños núcleos de población, con la ría de Arousa al fondo, entramos en las inmediaciones del monte internándonos en sus pinares para llegar por pistas forestales hasta el denominado Faro das Lúas, un promontorio rematado por la escultura del villagarciano Manolo Chazo, tres medias lunas de acero inoxidable que le han dado nombre , que constituye una magnífica atalaya para admirar el paisaje que le rodea.

Unos  cientos de metros más de pistas forestales y alcanzamos la zona recreativa del Monte Lobeira en donde nos detenemos con  más tiempo para reponer fuerzas y subir a la cima. Desde allí disfrutamos de la bellísima estampa que nos ofrece la ría de Arousa y el valle del Salnés en esta mañana de luz y sol, en condiciones inmejorables para contemplar el fastuoso cuadro que se abre ante nuestros asombrados ojos.

Ahora toca bajar hasta los aledaños de Vilagarcía, donde a la vera de la autovía, se encuentra el Bar Acueducto, un rústico  establecimiento que ha preparado para los chicos de los lunes un generoso cocido elaborado según los cánones de la más recia tradición, precedido de la inevitable sopa, regado con ribeiro y rematado con un par de tartas heladas, cafés, infusiones y licores para aquellos que aún encuentran en esos brebajes estímulo energético para completar la caminata.

Como no podía de ser de otra forma, alegres y felices, reemprendemos la marcha por estas feraces y suaves tierras del Salnés para llegar, cuando el sol luce que no calienta, al punto de inicio.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
21,860 Km. 6 h. 30 min. Media Soleado 

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Entre Moaña y Vilaboa

El monte Faro, también llamado Xaxán, con sus 636 m. de altitud es la máxima elevación de la sierra del Morrazo, la cadena montañosa que recorre la península de este a oeste. Con semejante título, podría pensarse que el Faro sería una magnífica atalaya o mirador para contemplar la bellísima ría de Vigo, pero no es así porque un bosque de antenas instaladas en unas estructuras de acero de enorme base forma un entramado de hierros que  impiden ver con claridad la espectacular estampa que la ría ofrece.

A la invasión de los metálicos adefesios hay que añadir el monótono pedorreo de un grupo electrógeno que completa la bestial contaminación ambiental, visual y acústica con la aromática aportación del gas oil.

Uno comprende que estos artefactos son necesarios para sustentar el modo de vida de estos tiempos, ya que sin estas antenas no funcionaría la TV en HD, ni los móviles y no sé cuantos inventos más de los que nos ofrecen las modernas tecnologías, pero esto del Monte Faro supera cualquier expectativa.

El monte Faro o Xaxán queda muy cerca del lugar de San Lourenzo, un pequeño núcleo rural situado en la parroquia de Domaio que es en donde hemos iniciado la caminata de este lunes. En la ladera este del monte se encuentra el Chan da Arquiña, un extenso parque forestal muy frecuentado en primavera y verano que cuenta con un dolmen, monumento funerario megalítico de unos 5.000 años de antigüedad, semienterrado en la mámoa que lo cubría.

Un poco más abajo, a poco menos de una hora de camino, después de otro parque forestal o merendero de menor envergadura que el de A Chan da Arquiña, se encuentra, en una zona acotada al lado de la carretera, otra mámoa. Del dolmen, que se supone estaba allí enterrado, quedan al descubierto unas cuantas  piedras verticales, restos del antiguo monumento. Este dolmen no tiene nombre que se sepa y está bastante abandonado.

De ahí parte una larga pista forestal paralela a la costa de la ensenada de San Simón. La pista discurre por la parte alta del monte y se contempla, a medida que se camina, el mar allá abajo insinuado tras los pinos y los eucaliptos. Después hay que descender un largo trecho hasta atravesar la AP 9 por el túnel que nos lleva al barrio de O Carballal en la N 554, al borde del mar.

Allí, en el Bodegón homónimo del barrio, paramos para descansar y comer después de lo cual reemprendemos la marcha que nos obliga a subir todo lo que hemos bajado, una larga y fatigosa ascensión cuyo esfuerzo es compensado con las excelentes vistas de la bahía de Vigo a la que las nubes que se han ido formando después del mediodía han convertido en una inmensa lámina de color acerado bajo el cielo plomizo.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
24,930 Km. 6 h. 58 min. Media Soleado 

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Al sur del Castrove

La sierra del Castrove es la sierra marítima  de Pontevedra que se eleva entre las dos rías que la bordean: la de Arousa al norte y la de Pontevedra al sur. Por la cara norte, desde el monte Castrove que da nombre a la cadena montañosa, bajando por Armenteira, sede del centenario monasterio que fundó Don Ero, se llega por la senda de A Pedra e a Auga hasta Barrantes y de allí a una carreiriña de can está Cambados, la villa señorial de la ría de Arousa, capital del hermoso valle del Salnés que baja mansamente desde la ladera norte del Castrove.

Al sur, con la ría de Pontevedra-Marín al fondo, arranca la sierra desde Poio que también alberga otro espléndido monasterio, el de San Juan, regido por la orden de los mercedarios y sus parroquias costeras como las de Combarro y Samieira. Desde esta última parte nuestra ruta de hoy, iniciándose la marcha en el lugar de Xuviño, muy cerca de la ermita de Nª Sª da Renda, un precioso enclave con vistas a la ría, para seguir monte arriba hasta alcanzar la Fervenza do Pereiro, una hermosa cascada en el río de su mismo nombre ahora algo menguada a causa de la excepcional sequía de estos meses de diciembre y enero.

Monte arriba y monte abajo, a veces obligados a patear empinadas cuestas o bajar por fuertes rampas, llegamos al Rego de Freiría , un alborotado regato  jalonado por numerosos muiños que nos lleva a lo largo del encantador paisaje que nos ofrecen sus orillas festoneadas con la hermosa estampa  de su arboleda ribereña, sus estrechos senderos cubiertos de hojarasca bordeando el caprichoso curso del río, verdes praderas donde pacen apacibles rebaños de ovejas y algún garrano, hasta llegar a la plaza de Samieira en donde nos detenemos para descansar y degustar el menú que nos ofrecen en la Taberma de A Ruta dos Muiños, tortilla con ensalada y cepelines de merluza, lo suficientemente contundente para seguir nuestra marcha con renovados ánimos y recuperadas fuerzas.

Otra vez monte arriba, alcanzamos los miradores de Campanario y Loureiro con magníficas vista de la ría de las cuales disfrutamos un buen rato para seguir, en continuo descenso, hasta el punto de partida  que no tardamos en encontrar.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
20,420 Km. 6 h. 47 min. Media Soleado 

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