De Sevilla a Santiago por la Vía de la Plata y el Camino Sanabrés

Hace cinco años, en el 2005, aproximadamente por estas fechas, hice en compañía de mi hermano Manolo el Camino francés, desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela. Fue una gratísima experiencia de la que he dejado noticia en el Diario de un peregrino .

Ahora, otros cinco años después, en este 2010, Año Santo Compostelano, decidí llevar a cabo una vieja ilusión, la de recorrer el Camino por la Vía de la plata, desde Sevilla a Santiago, empresa que acometí hace poco más de un mes con  mi amigo Dietmar Einoder, excelente y entrañable compañero de fatigas y contentos, que de todo hubo en esta larga marcha de casi 1.000 Km.

Así que, habiendo hecho los preparativos necesarios, el 14 de Abril volamos desde Vigo a Sevilla, en donde recogidos mochila y bastones, habríamos de inciar a la mañana siguiente nuestra andadura.  Nos hemos orientado por la Guía de Eroski Consumer en sus dos versiones de la Vía de la plata y el Camino Sanabrés que se pueden consultar haciendo clic en esos enlaces o en cada uno de los epígrafes de cada etapa. En estas guías vienen mapas e información detallada sobre el itinerario y lugares de interés, así que en esta relación me limitaré a referir mis impresiones personales y las particulares vivencias que hemos experimentado a lo largo del Camino.

Este día preliminar al inicio, lo hemos dedicado a pasear por esta hermosa ciudad en compañía de dos viejos amigos de Dietmar que han sido unos estupendos anfitriones. Con ellos hemos descubierto lo que es  un serranito, apetitoso bocadillo  cuyo interior alberga un bistec cubierto por un pimiento y una tortilla francesa, lo cual acompañado de una copa de vino oloroso, Pero Ximénez, constituye una cena sencilla pero espléndida.

Ya iba siendo hora de retirarse, que mañana hay que madrugar, así que nos despedimos de nuestros amigos y nos dirigimos al Albergue Juvenil, en la calle Isaac Peral, donde compartimos habitación con un alemán, uno de los muchos que nos encontraremos  en las próximas semanas.


La Torre del oro bajo un amenazante cielo, augurio del mal tiempo que nos espera para los próximos días. A la derecha, Dietmar con sus amigos.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Juvenil
Bueno 240 25€   Lluvia

Nota: Para ampliar, hacer clic en las imágenes.

Jueves, 15 de abril.

1ª Etapa: Sevilla – Guillena 24 Km. 5 h.

A las seis de la mañana abandonamos el albergue y tomamos, como únicos pasajeros, el primer autobús de la mañana, el 34, que nos lleva hasta cerca de la catedral. Allí, junto a la puerta de la Asunción, iniciamos el Camino. Al doblar la esquina vemos la primera señal del camino, una vieira de cerámica en una pared de la calle Vinuesa. Atravesamos las calles aún solitarias a este hora temprana, brillante el piso por la reciente lluvia, con cierta emoción que nos embarga en el primero de los treinta y tantos días que tenemos por delante.

LLegados al puente de Triana, pasamos por delante de la Capilla del Cachorro, imprescidible en la semana Santa sevillana:

¡Ay que pena más gitana
cuando se aleja del puente
el Cachorro de Triana!

Aunque es de noche y parece invierno, suenan en nuestra imaginación los ecos de una saeta.

Una vez abandonado el barrio de Triana, salimos a la carretera y, como suele pasar al salir de una población grande, no nos deja el asfalto hasta pasar Santiponce. Aquí, en Santiponce, visitamos las archifamosas ruinas de Itálica, primer enclave romano de importancia en la Vía de la Plata. A unos 2 Km., salimos, por fin, del asfalto para entrar en una larga pista de tierra que se abre entre  extensos campos de trigo y tierras de labor.

Después de casi una docena de Km. entramos en Guillena, destino de esta corta etapa incial. Guillena es un hermoso pueblo típico de Andalucía, cocn sus casasa todas en blanco y añil y una hermosa iglesia pero con un albergue desastroso, mal cuidado y sin la menor atención. No hay hospitalero ni nadie que atienda a los peregrinos, algunos de los cuales duermen en el suelo, por falta de literas.  Comemos en un bar que se llama Casa del Pueblo, no sé porqué, el menú del día, mediocre, por 13€.

A las diez, se apaga la luz, reina el silencio y los peregrinos duermen.


Un solitario transeúnte nos hizo esta foto en el punto de partida. Teatro romano de Santiponce, antes de Itálica.


En Itálica a la entrada del anfiteatro. Uno de los numerosos mosaicos que decoraban el piso de las mansiones romanas.


La larga pista de tierra sustituye al asfalto. Calle de Guillena.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Malo 16 Gratis Sol y nubes


Viernes, 16 de abril.

2ª Etapa: Guillena – Castilblanco de los Arroyos 18Km. 3h.

A la salida del albergue está todo oscuro y no se ven las marcas, así que decidimos seguir por la carretera, la N-640 que nos acompañará en gran parte del recorrido por toda la Vía de la Plata. Al cabo de unos 4 Km. alcanzamos el Polígono Industrial del Cerro de donde parte la vía pecuaria Cañada Real de las Islas.

Durante unos 7 Km. esta vía, que es una pista de tierra, discurre entre grandes extensiones de olivos y naranjos en flor que perfuman el ambiente con un intenso aroma de azahar, econtrándonos con algún que otro cortijo perdido en la inmensidad de estos terrenos.

Desayunamos al pìe de un hermoso y viejo olivo y seguimos por esta hermosa senda hasta regresar a la carretera. Un estrecho camino paralelo al asfalto nos lleva, durante 4 Km. hasta nuestro destino de hoy que es Castilblanco de los Arroyos, otro bonito pueblo andaluz, algo más pequeño que Guillena pero también lleno de encanto.

Como llegamos muy temprano, a eso de las 11, somos los primeros en entrar en el albergue que aquí sí que está bien preparado con varias salas, cada una con cuatro o seis literas y servicios decentes. Lo que pasa es que no hay agua porque, parece ser que debido a una avería, hay un corte que afecta a todo el pueblo. Así que habrá que dejar la ducha para más tarde.

El día está gris, cae una ruidosa tormenta y abundante lluvia. Van llegando peregrinos a lo largo del día, pero quedan plazas libres. Después de una buena siesta y posterior ducha, bajamos al bar cercano para escribir las impresiones de la jornada mientras trasegamos una birra con posterior paseo por el pueblo. Esta será la rutina diaria, en cada etapa.


A toda marcha por la Cañada Real de las Islas y entre naranjos.


El albergue y la iglesia de Castilblanco de los Arroyos.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Bueno 3o 5€ Lluvia

Sábado, 17 de abril.

3ª Etapa: Castilblanco – Almadén de la Plata 30 Km. 7h.

Desayunamos en El Albego, el bar que hay frente al albergue, donde nos preparan un serranito con el que repondremos fuerzas a media mañana. Como las calles están iluminadas, no tenemos problemas para ver las marcas, esas flechas amarillas que orientan al perregrino, aunque tampoco son muy necesarias porque los primeros 16 Km.  son todo asfalto, una tira negra que se desliza entre dehesas y cortijos a uno y otro lado de la vía, sin apenas tráfico. Cae algún que otro chaparrón. A eso de las 10 entramos en el Parque Natural de los Berrocales, kilómetros y kilómetros entre encinas y alcornoques, sin una sola vivienda ni bar ni nada donde abastecerse, así que hay que arreglarse con el serranito hasta el fin de la etapa. La únicas construcciones que existen son la casa forestal de La Molina y la aldea en ruinas de El Berrocal.

Ya queda poco para llegar a nuestro fin de etapa. Después de alcanzara la cima del Cerro del Calvario, una de las escasas alturas que encontraremos en todo el Camino, contemplamos desde  el mirador allí instalado la población de Almadén de la Plata un pequeño pueblo de unos 1.200 habitantes, con un albergue bien instalado pero otra vez sin agua hasta las cinco de la tarde. Cuando estamos entrando,  cae un tremendo chaparrón que se repetirá varias veces para no parar durante toda la noche. Comemos en Casa Concha donde nos preparan otro serranito para mañana y llamamos a Monesterio para reservar habitación porque allí no hay albergue.


Carretera y manta, entre encinas y dehesas como ésta, propiedad de un conocido personaje del famoseo cardíaco.


Mapa del Parque Natural de Los Berrocales.  A la derecha, un tramo de la Cañada Real de las Islas.


Almadén de la Plata visto desde el Cerro del Calvario y el albergue de peregrinos.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Bueno 68 5€ LLuvia

Domingo, 18 de abril

4ª Etapa: Almadén de la Plata – Monesterio 35 Km. 9 h.

Salimos del albergue a las 7h. bajo un impresionante diluvio, desconocido en estas tierras que sigue mientras desayunamos en el Bar Antonino y continúa cuando emprendemos la marcha hasta entrar en la serranía, entre encinares, hasta llegar al primer arroyo que hoy es un torrente que hemos de atravesar descalzos.

No será el único. Entre encinas bajo las que duerme o pasta el famoso cerdo ibérico  y después de atravesar otro barranco, que es como llaman aquí a estos arroyos casi siempre secos,  llegamos a El Real de la Jara, último pueblo andaluz, en la raya con Badajoz.

Varios peregrinos se quedan en el albergue que hay aquí pues han avisado que el próximo barranco, el el arroyo Mateos, no se puede pasar. De hecho, pocas horas antes estuvo por allí la Guardia Civil para impedir el paso por ese barranco. Nosotros, sin embargo, vamos a intentarlo. Cuando llegamos al sitio comprobamos que la cosa no es para tanto. Ya hemos vadeado otros en peores circunstancias y seguimos sin más problemas hasta Monesterio, a donde llegamos poco antes de las cinco.

Esta jornada fué la más dura hasta la fecha, con lluvia intensa, algunas rampas poco frecuentes en esta geografía pero con un hermoso paisaje fresco y verde. Con tan sólo el serranito con el que hemos repuesto fuerzas en la ermita de San Isidro, cerca ya de Monesterio, llegamos a este pueblo donde nos alojamos en un hotel Moya, un hostal de carretera, que ostenta una estrella, lo cual parece demasiado para este antro. Nos duchamos y echamos una siesta generosa y reparadora pues la jornada ha sido dura.

Estamos en la afueras del pueblo, es domingo, está todo parado y con el frío que hace y el cansancio que aún tenemos nos  nos quedan ganas de recorrerlo , así que nos vamos a  hacer los deberes (escribir el diario, etc.) y a cenar.



Dietmar atravesando el arroyo de La Víbora y yo tratando de vadear el arroyo Mateos sin mojarme las botas, lo cual resultó un intento fallido.


A primeras hora de la mañana los gorrinos aún duermen. Más tarde vemos otros en pleno desayuno.



El Parque Natural de Los Bonales. Estos cubos de piedra orientarán al caminante a todo lo largo del paso de la Vía de la Plata por Extremadura.


Este castillo de El real de la Jara queda el el límite con la provincia de Badajoz. Faltan 18Km. para llegar a Monesterio cuya vista se muestra aquí.

Hotel Calidad Plazas Precio Tiempo
Moya Malo ? 2o€ Lluvia

Lunes, 19 de abril

5ª Etapa: Monesterio – Fuente de Cantos 22 Km. 5 h.

Desayunamos en este hotel tan cutre donde ni siquiera secó la ropa que lavamos ayer convirtiendo la habitación en un tendedero para nada. La mañana aparece fresca y nublada. Atravesamos este pueblo extremeño que, a la hora que lo cruzamos, se está desperezando. Gente que va al tajo, escolares a sus colegios, etc.

Una vez abandonado Monesterio nos adentramos en el paisaje típico de la dehesa con la particularidad de que en esta zona las fincas están cercadas por muros de piedra parecidos a los gallegos pero de extensión mucho mayor, como corresponde a estas tierras donde domina el latifundio. Ya hacia la mitad del trayecto, este paisaje de encinas y alcornoques cambia a extensos campos del cultivo que llegan hasta Fuente de Cantos, nuestro destino de hoy.
Precisamente en este punto, donde termina la dehesa nos vemos obligados a atravesar el arroyo Bodión. Una vez más, como consecuencia de las inusitadas y abundantes lluvias el arroyo está desbordado y hemos de vadearlo descalzos.

Fuente de Cantos es un bonito pueblo cuna del pintor de santos, Zurbarán, que aquí tiene museo y casa. El albergue es un antiguo convento, muy bien acondicionado, con habitaciones propias de un hotel de categoría. En el Bar Charo degustamos un bien plato de lentejas y una sabrosa merluza con patatas por un módico precio.

El tiempo está nublado pero agradable y, después de la consabida siesta, disfrutamos de la paz de este tranquilo pueblo que nos compensa de la paliza que nos dimos ayer.

En estas largas caminatas,  casi siempre solos, estos inmensos espacios de la meseta, invitan a la reflexión y a las ensoñaciones que, de vez en cuando condenso en un soneto de los que soy un modesto artesano.  En esta vez, mientras caminaba compuse éste mientras me acordaba de Beatriz, mi mujer, uno de los tres que dado en llamar Sonetos del Camino.

Andando voy y mientras ando sueño
que tu alma dibujo en el camino,
que en la senda tu imagen adivino,
preciado icono que a mí mismo enseño.

Aquí, en la lejanía, soy tu dueño
te abrazo, te retengo, te domino.
Eres mi bien, eres mi don divino,
de mi profundo amor ardiente leño.

Te quiero igual que el día aquel que fué
el inicio de nuestro amor primero.
Sigue siendo leal, vivo y sincero,

vivir sin él, te digo que no sé.
Te lo digo, lo afirmo y asevero
y mil veces repito que te quiero.


El paisaje de la dehesa con sus encinas y pastos se transforma en campos de labor a mitad de camino.


Este es el arroyo Bodión, habitualmente un regato casi seco, pero hoy un torrente. A la derecha, llegando a Fuente de Cantos.


El albergue pertenece a la red de Albergues Turísticos de la Vía de la Plata que suelen aprovechar monumentos o edificios históricos como este convento. El desayuno lo tomamos en este salón, antiguamente bodega y despensa.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Turístico Excelente 21 12€ Nublado

Martes, 20 de abril

6ª Etapa: Fuente de Cantos – Zafra 25 Km. 6 h.

Emprendemos la marcha por una larga tira de tierra que comienza aqu,í en Fuente de Cantos, y termina en Zafra, sin desvíos ni cruces, todo seguido, interrumpida solamente por dos pequeñas poblaciones: Calzadilla de los Barros y Puebla de Sancho Pérez. En la primera nos detenemos para reponer fuerzas a base de fruta, a eso de las diez. Más tarde, a las 12, pararemos de nuevo para alimentarnos un poco. Continúa la pista entre tierras de labor hasta llegar a la estación de Zafra, y de allí, cruzando la ciudad, llegamos al albergue en el que nos dan una habitación con dos camas y ducha en un edificio histórico muy bien acondicionado.

Gran siesta y paseo por Zafra que es la población más importante que nos encontraremos entre Sevilla y Mérida, con su alcázar, su Plaza Grande y su Plaza Chica. También se come muy bien, como pudimos comprobar con el pisto manchego y el rabo de toro que nos pusieron en Casa Ramírez.

El tiempo ha mejorado y la temperatura es de 21º.


Aún seguimos encontrando cauces desbordados como éste del río Atarja. La larga tira de tierra que nos llevará hasta Zafra.


A partir de ahora veremos con frecuencia las cigüeñas en torres y campanarios. Una calle de Zafra.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Turístico Excelente 20 12€ Nublado

Miércoles, 21 de abril

7ª Etapa: Zafra – Villafranca de los Barros 20 Km. 5 h.

La etapa de hoy sería según la guía de Eroski de 37 Km., desde Zafra a Almendralejo, población ésta que cae fura del Camino. Como nos parecía demasiado, decidimos partir en dos y mañana, en vez de ir a Almendralejo, seguiremos a Torremejía que sí está en el Camino.

Es una etapa llana, que discurre entre viñedos y olivares con árboles más que centenarios. Paramos un rato en Los santos de Maimona que es una pequeña pero bonita población que merece ser visitada.

Llegamos cómodamente a Villafranca de los Barros en donde nos alojamos en la pensión Los Amigos que merece un comentario aparte. Es una vieja y amplia casona bastante destarlada pero llena de encanto, con su patio y sus habitaciones interiores. La regenta una señora encantadora que nos trata como si fuésemos de la familia y nos da la última habitación que le queda disponible. Como no tiene luz, nos pone una lámpara-linterna, nos pide mil disculpas y nos cobra la mitad. A la mañana siguiente, a las seis, ya está levantada y nos obsequia con un opíparo desayuno. Quedamos encantados con la gente extremeña, cálida y acogedora que nos encontramos en todas partes.

En el Bar Jaro, que está en el centro del pueblo, en la plaza del Corazón de María, nos ponen un revuelto de setas y un lenguado a la plancha, todo de primera calidad, sin que pase de los 8€. No está mal.


Iglesia de Nª Sª de los Ángeles en Los Santos de Maimona y calle del pueblo.


Olivos centenarios. Pistas que se confunden con el horizonte.


Villafranca de los Barros. Haciendo los deberes.


Ermita de la Virgen de Coronada en Villafranca. Alternando con un grupo de vascas que hacían el Camino. No las volvimos a ver.

Pensión Calidad Plazas Precio Tiempo
Los Amigos Buena 20 10€ Sol

Jueves, 22 de Abril

8ª Etapa: Villafranca de los Barros – Torremejía 27Km. 6h.

Como ya comentamos en la anterior etapa, nos hemos desviado del itinerario que marca la guía de Eroski y hemos seguido desde Villafranca de los Barros hasta Torremejía que, además, es el trayecto por donde discurre la Vía de la Plata.

Salimos del casco urbano de Villafranca y a las siete ya estamos en plena vereda, que como viene siendo habitual en esta tierras nos lleva de forma continua, entre viñedos y olivares, por una larguísima pista de tierra hasta Torremejía. Parece como si caminásemos sobre una cinta de gimnasio, pues el paisaje permanece constante, sin variación, durante todo el trayecto.

LLegamos, poco después de las doce, al palacio de los Mexía, apellido que dio nombre al pueblo. Hoy es albergue turístico, de estos que la Junta de Extremadura ha montado a todo plan y que de encuentran a lo largo del tramo extremeño de la Vía de la Plata. Lo único malo es que no hay agua caliente, así que hay que ducharse con agua fría o esperar a la tarde a que vengan a reparar la avería.

Torremejía es una pequeña poblaciónde de unos 2.000 habitantes, cuyo principal monumento es el albergue y la iglesia, con unos cuantos bares y pensiones de carretera que le dan un poco de vida.


Torremejía en el horizonte. Nosotros, frente al albergue.


Extensos viñedos. Parece que el camino se pierde en el infinito.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Turístico Excelente 20 12€ Nubes

Viernes, 23 de abril

9ª Etapa: Torremejía – Mérida 15 Km. 3 h.

El recorrido es más árido y menos hermoso que el de ayer, pues va casi siempre paralelo a la N-630. Esta etapa la hemos hecho corta para poder disfrutar más tiempo de la ciudad de Mérida, antigua capital de Lusitania y de la que poco se puede decir que no se sepa. Conserva el legado romano más importante de la península y su conjunto arqueológico fue declarado Bien Patrimonio de la Humanidad.

Hemos dedicado el día a revisitar sus monumentos, pues ambos la conocíamos. A los que no hayan estado allí les recomendamos fervientemente que no dejen de visitarla. Vale la pena.

Ya en la novena etapa, comenzamos a vernos casi siempre los mismos, pues los que peregrinan desde Sevilla a Santiago no llegan a la docena. La mayoría son alemanes, hay dos italianos, tres catalanes, dos austríacos (Dietmar es uno de ellos) y yo.


El albergue municipal está  en la Avenida de D. José Fernández López, benefactor de esta ciudad e importante empresario gallego.


El puente sobre el Guadiana y el teatro ambos romanos.


Lo que queda del acueducto y la entrada a la alcazaba árabe.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Regular 18 6€ Nublado

Sábado, 24 de abril

10ª Etapa: Mérida – Alcuéscar 35 Km. 10 h.

Más que 36 debieron ser 40 los kilómetros de esta etapa pues a la salida de Mérida nos armamos un lío con los mojones, las flechas y lo confuso de las indicaciones por lo que estuvimos dando vueltas hasta que de regreso hacia el punto de partida, en la gasolinera, nos orientaron adecuadamente.

Sigue el paisaje parecido al de ayer, con mucha terreno sin cultivar y algunos viñedos. En todo el trayecto, una vez pasado el embalse romano de Proserpina (que abastecía al acueducto), solamente dos poblaciones: El Carrascalejo y Aljucén. El primero es una pequeña aldea de 72 habitantes pero que tiene ayuntamiento y una iglesia que es casi tan grande como el resto. En Aljucén nos detenemos para tomar la primera fruta. Es un pueblo pequeño y tranquilo con una amplia plaza y una monumental iglesia en cuya portada está esculpida la Cruz de Santiago, una de las raras referencias al Camino que hay en esta ruta.

A medida que nos acercamos a Alcuéscar empiezan a aparacer algunos peregrinos más pues hasta ahora no hemos visto a nadie en todo el recorrido. El albergue de este pueblo merece especial mención. Está instalado en una residencia que pertenece a una comunidad religiosa , denominada Los Esclavos de María y de los Pobres, fundada por un cura nacido aquí, el P. Leocadio con el objetivo de cuidar a los más desamparados en las zonas rurales. Está muy bien acondicionada. A nosotros, como somos dos, nos dan una habitación con dos camas y lavabo. Un lujo. Como hace buen tiempo, lavamos ropa y la tendemos recogiéndola seca antes de irnos a dormir. Tenemos cena comunitaria preparada por el personal de la residencia. No se puede pedir más.


El embalse romano de Proserpina y un vista de El Carrascalejo.


Alcuéscar al atardecer. Residencia/albergue.


Curiosa representación de la Santísima Trinidad. Cena comunitaria.

Residencia Calidad Plazas Precio Tiempo
Esclavos de María Excelente 26 Voluntad Nubes y claros

Domingo, 25 de abril

11ª Etapa: Alcuéscar – Cáceres 40 Km. 11 h.

Pretendíamos hacer Alcuéscar-Valdesalor que es la etapa que propone la guía Eroski pero al llegar a este pueblo encontramos un ambiente casi hostil, insólito en estas tierras de Extremadura donde la gente es extremadamente cordial y acogedora. Preguntamos en el único bar abierto por el albergue y nadie nos da un contestación conccreta, que si está en el Ayuntamiento, que si en el pabellón de deportes… Nadie sabe aqué hora abre ni quién tiene las llaves.

Valdesalor es un pueblo que no se parece nada a los que solemos encontrarnos en el camino. parece ser que fue levantado en 1963 para aprovechar la zona de regadío de un embalse próximo. Ya se ve que no tiene la solera ni la gracia de los pueblos vecinos.

Ante tal panorama, nos vamos a comer a un restaurante que hay en las afueras, junto a la gasolinera, y seguimos hasta Cáceres a donde llegamos pasadas las seis de la tarde. Con semejante paliza aparecen las temidas ampollas, que en nuestro caso no son problemas, pues con el método del hilo y un poco de desinfectante a la mañana siguiente ni se notan. Cáceres es una ciudad monumental que vale la pena visitar con tiempo. Como los dos ya la conocemos y estamos bastante cansados, nos limitamos a cenar en la plaza del Ayuntamiento y nos vamos a dormir. En el albergue nos encontramos con los tres catalanes, que hicieron como nosotros pero en vez de llegar a pie lo hicieron en taxi. La verdad, no se lo reprochamos.


Comienzo de etapa a la salida de Alcuéscar. Latifundio de flores.

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Este es un miliario correo con su hueco para dejar la correspondencia. No lejos está este puente romano sobre el río Ayuela.
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Parece que queda poco pero aún faltan unos cuantos kilómetros. A la derecha, Cáceres a la vista.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Turístico Excelente 26 18€ Nubes y claros

Lunes, 26 de abril

12ª Etapa: Cáceres – Casar de Cáceres 11 Km. 2 h.

Etapa de descanso para aliviar un poco el cansancio y curar las ampollas de las dos últimas etapas, de largo recorrido. Somos de los primeros en llegar al albergue municipal que está en en centro del pueblo, frente al Ayuntamiento. Poco a poco van llegando los habituales que nos vamos encontrando en el final de etapa, casi siempre los mismos.

Este pueblo es famoso por su queso, cremoso y caro, la Torta del Casar, que es uno de los mejores queso que conozco igual que su vecino O Queixo da Serra, portugués, que es lo mismo pero al otro lado de la frontera. El Casar en una bonita población, bien cuidada, que tiene una Casa de la Juventud, con cíber gratis . Y allá nos vamos a poner nuestros e-mails y ver lo que pasa por el mundo a través de internet. Siempre que llegamos a un sitio, investigamos si hay cíber y aprovechamos para comunicarnos e informarnos de la actualidad.

Comemos bastante bien en el Restaurante Majuca y, después de la siesta, damos una vuelta por el pueblo. Como al vadear uno de aquellos barrancos que había que atravesar descalzos perdí mi gorra, compro otra en un bazar que hay aquí que no es chino pero lo parece. Ésta tiene los colores de la bandera española para que me reconozcan como nacional ya que, con frecuencia, soy el único español entre todos estos peregrinos extranjeros.


Verde y azul en el inmenso campo, camino de Casar. Albergue municipal.


La calle Larga Baja y la ermita de Santiago,  a la salida del pueblo.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Bueno 18 0€ Nublado

Martes, 27 de abril

13ª Etapa: Casar de Cáceres – Cañaveral 33 Km. 8 h.

A la seis ya estamos en camino. Hasta las siete y media caminamos casi a oscuras pero como como vamos por un a pista recta, entre campos en barbecho, sin árboles, la visibilidad es suficiente y las marcas prácticamente no hacen falta, aunque se ven. Así llegamos hasta el embalse de Alcántara, alimentado por los ríos Tajo y Almonte y desde este punto tenemos 5 Km. de asfalto que nos machaca la planta de los pies hasta llegar al sendero que nos lleva a Cañaveral.

Sigue la pista  durante más de siete kilómetros entre fincas de ganado, bien señalizada con los cubos extremeños, atravesando cancelas si más casas que las que se ven a lo lejos, las de Cañaveral. A medida que avanzamos parece que lo tenemos al alcance de la mano, pero no es así. En este meseta extremeña, las distancias engañan y da la impresión de que cuanto más andamos más se aleja el pueblo.

Cuando llegamos nos encontramos con que no hay sitio en el albergue cuyo encargado es el mismo que el dueño del Hostal Málaga y allí sí que hay sitio. Este pueblo de Cañaveral no tiene nada destacable. Cruzado por la N-630 parece un sitio de paso con sus hostales y bares de carretera.


Amanecer en la meseta. En la Vía de la Plata, la antigua calzada XXIV que llegaba hasta Zamora, abundan los miliarios,como estos que se ven aquí amontonados.


El embalse de Alcántara. Monumento de bienvenida, un poco ostentoso de más, porque detrás de él hay bien poco que ver.

Hostal Calidad Plazas Precio Tiempo
Málaga Regular ¿ 30€ Soleado

Miércoles, 28 de abril

14ª Etapa: Cañaveral – Galisteo 28 Km. 6 h.

Esta etapa fue mucho más llevadera y bonita que la de ayer. Todo muy verde y casi siempre a la sombra, además de una brisa que refresca bastante y facilita la caminata. A poco más de un kilómetro nos toca subir al Alto de los Castaños para adentrarnos en una zona boscosa, de nombre el Valle de los Muertos, en la que abundan los alcornoques y las encinas pero no los castaños.

Esta es otra de las etapas largas en las que hay que ir bien abastecido pues no hay en todo el trayecto donde proveerse de víveres. Cuando avistamos Galisteo nos hace el efecto de un espejismo, pues como comentaba en la etapa anterior, el pueblo se divisa desde unos cuantos kilómetros que se hacen más largos de lo que sería de esperar. Al cabo de casi seis horas de marcha, llegamos hasta su muralla almohade que rodea esta bella localidad por lo que fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1949.


La naturaleza nos regala esta escultura equina surgida espontáneamente de la tierra. Las intensas lluvias han dejado su huella en lagunas y pequeños embalses.


Galisteo a la vista con su impresionante muralla almohade. A la derecha el albergue, situado extramuros, cuya hospitalera es una gallega casada con uno de aquí.


Detalles de la muralla.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
El Trillo Regular 14 6€ Sol

Jueves, 29 de abril

15ª Etapa: Galisteo – Oliva de Plasencia 30 Km. 7 h.

Tras un frugal desayuno, salimos por el puente romano que hay a la salida de Galisteo y, a buena marcha, nos tragamos los 10 Km. de asfalto que nos llevan hasta el lugar de Carcaboso en donde volvemos a las acostumbradas dehesas, entre encinares y prados y, ya cerca de nuestro destino de hoy, mientras caminamos un estrecho sendero, entre encinas y alcornoques, divisamos a unos cientos de metros a los tres catalanes, un portugués y un italiano que habían salido del albergue casi una hora antes que nosotros.

Como en Cáparra, fin de etapa según la guía, no hay albergue, nos desviamos hacia Oliva de Plasencia y cual no es nuestra sorpresa al comprobar que somos los primeros en llegar al albergue, pues allí no hay nadie. Acude la hospitalera a nuestra llamada telefónica y nos explica que hay quienes van hasta Cáparra en donde los recoge una furgoneta y los lleva al Hostal Asturias, a unos 6 Km., para volver a dejarlos en Cáparra a la mañana siguiente.

A lo largo de la mañana llegan algunos peregrinos más, ninguno español. Como no hay restaurante, comemos de bocadillo en el bar del pueblo con siesta posterior de un par de horas. En nuestro paseo por esta pequeña localidad descubrimos que se puede cenar en el Hogar del Pensionista, institución con la que cuentan muchos de estos pueblos en Extremadura. El calor aprieta y el cansancio también, así que regresamos al albergue, que es de los de la red de los turísticos, en una casona en cuya planta baja tenemos nuestra habitación con dos camas y cuarto de baño.


Curiosa estampa de ovejas merinas rapadas. A la derecha el albergue de Oliva de Plasencia.



Felices y contentos frente a la entrada de la iglesia.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Turístico Excelente 12 15€ Sol

Viernes, 30 de abril

16ª Etapa: Oliva de Plasencia – Baños de Montemayor 35 Km. 10 h.

Desayunamos en el mismo albergue lo que nos dejó preparado la hospitalera. Oliva de Plasencia queda fuera del camino por lo que tenemos que recorre un trecho de unos 5 Km. para volver a la ruta. Este tramo discurre una senda de tierra que discurre por medio de una enorme dehesa, muy bien cuidada, en la que pastan toros bravos con aspecto bien pacífico, vacas, ovejas y caballos. Poco después de abandonada esta preciosa y extensa finca nos topamos con el punto clave de la Via de la Plata: el arco de Cáparra, situado en la mitad del recorrido.
Cáparra fue un antiguo asentamiento romano en el que aún hoy siguen trabajando los arquélogos. Su impresionante arco de piedra es el símbolo de la Vía de la Plata que aparece el la cara superior de los cubos de piedra que jalonan esta ruta en tu tramo extremeño.

Hasta Aledeanueva del Camino, la marcha sigue por campos de cultivo y entre alcornoques como si todo fuese una inmensa dehesa . A partir de aquí nos espera una buena sesión de asfalto hasta llegar a baños de Montemayor, nuestra meta de hoy. Como no hay sitio en el albergue nos hospedamos en la Pensión Diego que está frente al balneario. Sustituimos la siesta por un baño en la piscina y probar,de paso,sus chorros de aguas salutíferas a ver si aligeran el dolor que me ha salido en la espalda, seguramente a causa de una inflación en el ciático. De momento se aguanta. La temperatura ha bajado de repente y amenaza agua.


Amanece en la extensa dehesa. Retrato de uno de los morlacos que la habita.


Nos felicitamos ante el arco de Cáparra por haber llegado a la mitad de la Vía de la Plata. Detalle de la estación arqueológica.

Pensión Calidad Plazas Precio Tiempo
D. Diego Aceptable ¿ 27€ Nubes y claros

Sábado, 1 de mayo

17ª Etapa: B. de Montemayor – Fuenterroble de Salvatierra 33 Km. 7 h.

Comienza a amanecer cuando atacamos al calzada romana por la que ascendemos hasta los montes de Béjar. El comienzo se hace duro porque le pinzamiento que tengo en al espalda, así en frío dificulta la marcha, pero a medida que me voy calentando el dolor se alivia hasta que prácticamente desaparece. Ya estamos en la provincia de Salamanca y el paisaje en esta sierra cambia y se llena de arboleda y vegetación, asemejándose a a las brañas y montes que tenemos en Galicia, aunque una vez llegados a Calzada de Béjar, una pequeña aldea donde estos montes terminan, el paisaje recupera el aspecto mesetario, pueblos casi vacíos, como dormidos y hoy más , que es feriado.

Cuando llegamos al albergue ya hay un montón de gente que no sabemos de dónde ha salido porque en el camino no hemos visto a nadie. Comemos en el resturante del pueblo y, como estamos bastante cansados, decidimos dormir la siesta y dejar la ducha para después. En general los peregrinos son respetuosos con los que están  descansando o durmiendo y se esfuerzan en no hacer ruido ni molestar.

Este albergue está gestionado por el párroco que es un entusiasta del Camino. Lo atiende un hospitalero voluntario muy afectuoso con los peregrinos. La cena la hace una francesa y es comunitaria. La estancia es gratis. El que quiere deja su donativo, anónimo,  sin que nadie lo fuerce.


Paisaje típicamente «gallego», infrecuente en estas latitudes. Una calle de Calzada de Béjar, donde paramos para reponer fuerzas con un poco de fruta.



No sé si es la efigie de un peregrino o de D. Quijote, ésta de Valverde de Valdelacasa. A la derecha, el albergue de Fuenterroble.


Sala de literas profusamente decorada. La cena comunitaria.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Parroquial Buena 50 Voluntad Nubes y claros

Domingo, 2 de mayo

18ª Etapa: Fuenterroble – San Pedro de Rozados 30 Km. 7 h.

Como salimos de noche y apenas se veían las marcas, nos pasamos de la raya, nos perdimos y tuvimos que regresar casi hasta el inicio de la etapa con lo que se nos fue una hora dando vueltas de aquí para allá. Moraleja: no hay que darse tanta prisa y hay que salir con las luz del día. Salimos del asfalto al cabo de poco más de un kilómetro y entramos en una larguísima vereda que se extiende por una amplia meseta en la que pastan apaciblemente unas decenas de vacas. La llanura termina rematada por un miliario pintado de blanco y una cruz instalada allí por el párroco de Fuenterroble.

Ascendemos al Pico de la Dueña que es la altura más elevada desde Sevilla hasta aquí, coronada por otra cruz también puesta allí por el entusiasta párroco antes aludido. Bajamos hasta Calzadilla del Mendigos, una importante ganadería donde nos esperan unos verracos que quedan indiferentes a nuestro paso.

El ciático aprieta y hace dura la marcha, pero con ánimo y pensando en otras cosas, llegamos a San Pedro de Rozados, donde habíamos reservado habitación en la casa rural VII Carreras donde su hostelera, Carmen, nos atiende solícitamente y hasta me suministra un antiinflamatorio que produce efectos inmediatos. No fuimos al albergue porque era muy pequeño y no teníamos seguridad de encontrar plaza. Como es domingo, esta pequeña población salmantina está sumida en el silencio y la calma, por lo que pasamos la mayor del tiempo en la casa charlando con otros peregrinos, tomando cervezas y escribiendo este diario.


Amanecer en la meseta. De remate un miliario de los que abundan en la Vía de la Plata.


En el Pico de la Dueña. San Pedro de Rozados a la vista.

Casa rural Calidad Plazas Precio Tiempo
VII Carreras Excelente ¿ 20€ Nubes y claros

Lunes, 3 de mayo

19ª Etapa: San Pedro de Rozados – Salamanca 24 Km. 5 h.

Abandonamos la Casa Rural VII Carreras con un buen recuerdo del trato de que nos dieron, especialmente de la patrona, Carmen, que con sus pastillas hizo que casi desapareciera el dolor del ciático. Por eso, esta etapa la hacemos a buen ritmo llegando en menos 5 h. a Salamanca.

El camino serpea por la tierra llana entre maizales y dehesas, más de lo mismo, pero agradable. Cuando llegamos al alto de Aldeatejada, una suave loma, tenemos al fondo a la ciudad de Salamanca. Pero no hay que confiarse porque aún faltan casi dos horas para llegar al albergue, que está al lado de la catedral.Por cierto linda pared con pared con el huerto de Calixto y Melibea, los héroes de la célebre tragedia de Fernando de Rojas. En este albergue admiten gente entre las 12 y las 13 h. Durante ese tiempo se pueden dejarse allí las mochila y hay que salir. Vuelve a abrir a las 16h. Cuando la hospitalera regresa de su almuerzo. Vivir para ver.

Damos una vuelta por la archiconocida Plaza Mayor, nos damos un homenaje en un elegante mesón, pasamos por un cíber para ver el correo y regresamos a dormir la siesta, que la etapa de mañana es de las largas y hay que estar en forma.


La loma del Teso de Aldeatejada donde Wellington dio la orden de comenzar la batalla de Salamanca o de Los Arapiles contra los franceses. El río Tormes con Salamanca al fondo.


Cruzando el puente romano sobre el Tormes, estamos a un tiro de piedra de la catedral. A pocos metros se encuentra el albergue, en la calle Arcediano.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
de peregrinos Bueno 21 Voluntad Nublado

Martes, 4 de mayo

20ª Etapa: Salamanca – El Cubo de la Tierra del Vino 32 Km. 8 h.

La temperatura ha bajado notablemente y cuando alimos del albergue hay 3ºC.  De este albergue no se puede salir antes de las siete, lo cual me parece muy bien, porque se evitan los ruidos y molestias de los que queieren salir demasiado temprano. Desayunamos en el primer bar que encontramos abierto y poco antes de las ocho reiniciamos la marcha. El día amanece soleado pero poco a poco se va levantando un viento frío que hiela las yemas de los dedos y hace necesarios los guantes que no tenemos.

En Calzada de Valdejuncel hacemos la primera parada en el bar del pueblo y reponemos fuerzas con un café y un par de magdalenas. Aquí, en este sitio, se acaba la senda rural y comienza una pista paralela a la N-640 que nos llevará, a lo largo de 15  Km., hasta nuestro destino de hoy. Hacemos una nueva parada en un chalet cerrado pero accesible y en su porche nos tomamos la fruta. Sigue haciendo un frío peludo. En poco más de una hora, alcanzamos El Cubo de la Tierra del Vino, un nombre muy largo para una localidad tan pequeña.


Pistas que parece que no tienen fin. La iglesia de Calzada de Valdejuncel.



Como ocurre con frecuencia, soy el único español en el grupo. El albergue del Cubo.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Bueno 14 5€ Nubes y claros

Miércoles, 5 de mayo

21ª Etapa: El Cubo de la Tierra del Vino – Zamora 32 Km. 7 h.

Desayunamos en el albergue. Sigue haciendo un frío que pela. Menos mal que ya no hace el viento de ayer. Al llegar a Villanueva de Campeán comienza a sobrar vestimenta. Aquí, en Villanueva,entramos en un bar donde nos preparan un bocadillo de tortilla y jamón que levanta un muerto. Con ese refuerzo continuamos nuestra ruta a toda marcha por estos campos de la Tierra del Pan, unos rebosantes de trigo, guisantes, garbanzos, etc. y otros en barbecho, esperando su momento.

La entrada en Zamora es espectacular, a través del puente sobre el Duero, en cuyas aguas se reflejan la catedral y el castillo. Muy cerca está el albergue pero, como no abre hasta las tres y media, nos vamos a comer un arroz a la zamorana, muy completo y apetitoso, aunque un poco caro, ya que no es el acostumbrado menú del día entre 8 y 10€.

En la habitación, de 6 literas, estamos los mismos que en la de ayer: un irlandés, un italiano, dos alemanes Dietmar y yo. En esta ruta, apenas si se encuentran españoles, salvo los tres catalanes que vemos de vez en cuando.


Entrando en Villanueva de Campeán, a mitad de etapa. Albergue de Zamora.


El Duero con la ciudad al fondo. La catedral desde el río.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
de Zamora Bueno 36 Voluntad Sol

Jueves, 6 de mayo

22ª Etapa: Zamora – Riego del Camino 35 Km. 8 h.

Ya no hace el frío de ayer. Además, desayunamos en una churrería que hay en la Plaza Mayor y así calentamos motores. Comenzamos la ruta como mucho ánimo y charla de manera que perdemos las señales, o sea las flechas amarillas que orientan al caminante, y cuando nos damos cuenta, nos encontramos con que hemos estado pisando asfalto durante más de una hora. Menos mal que hemos ido en la dirección correcta y estamos llegando a Reales de Pan que sí está en la ruta, a unos 7 km. de Zamora. Ahora seguiremos las flechas amarillas que nos guiarán hasta el final de la etapa sin problemas.

Sigue el mismo paisaje propio de la Tierrra del Pan. Como este año ha llovido tanto, el embalse del Esla, habitualmente casi seco, está a rebosar lo cual nos obliga a rodearlo. En épocas de sequía se atraviesa a pie. Tomamos la fruta en Montamarta que está a 16 Km. del final y ya no nos alimentamos hasta llegar a Riego del Camino, lo cual nos pasa factura pues, cuando aún faltan 6 o 6 Km., las fuerzas comienza a fallar. Por eso, en estas etapas largas, hay que reponer fuerzas cada 10 Km. aproximadamente.

Riego del Camino, parece anclado en el tiempo. Silencioso, de pobre aspecto, recuerda uno de esos pueblos de la Castilla profunda. Solamente tiene un mísero bar, donde te ponen unas lentejas intragables y te cobran como si fuera el rabo de toro de Zafra.El albergue, la tienda, no tienen rótulos que den noticias de su existencia. El pueblo entero está sumido en un aroma de «estrume» que sugiere que no debe haber ninguna casa sin su vaca o sus vacas rodeadas de bosta. Eso sí, hay un Hogar del Pensionista, en el que nos permiten sacar unas cervezas de la máquina de bebidas que tienen allí. En fin, creía que en esta España de hoy ya no había sitios así pero alguno queda por lo que se ve.


Ermita del Castillo. Ruinas de Castrotorafe.


Iglesia y bar de Riego del Camino.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
de Riego del Camino Cutre 16 5€ Sol

Viernes, 7 de mayo

23ª Etapa: Riego del Camino – Tábara 32 Km. 8 h.

Aunque estamos siguiendo la guía de Eroski,  no siempre coincidimos en la longitud de las etapas aunque el itinerario sea el mismo. Por ejemplo la etapa de hoy es más larga que la que marca la guía porque comenzamos y terminamos en sitios distintos.

Abandonamos Riego del Camino, un pueblo para olvidar, y nos dirigimos a Granja de Moreruela, hito importante en la ruta, porque en esta localidad el Camino se bifurca en dos direcciones: a Orense para los que se inclinen por seguir el Sanabrés o Camino Mozárabe o para Astorga los que decidan continuar por el Camino Francés.

Como el Francés ya lo conocemos, optamos por el Sanabrés, quedando algunos menos de los que eran habituales en el Camino hasta ahora.

Llegados al Puente Quintos una impresionante estructura de mampostería del siglo XIX, el Camino nos lleva por un angosto sendero que asciende por entre lomas y roquedos durante un buen rato, librándonos de la monotonía de las grandes llanuras. El ciático que me había dejado tranquilo en estos últimos días vuelve a incordiar lo que hace un poco molesta la llegada a Tábara.Tábara es una población que se ve algo vieja y destartalada pero debe ser la más importante de la comarca, con más vida que estos pueblos casi dormidos que que hemos dejado en el llano.


Dietmar y Olaf a toda marcha. Rótulo indicador de la bifurcación del Camino.


Puente Quintos sobre el río Esla. Bodega subterránea en Granja de Moreruela.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Regular 10 Gratis Nublado

Sábado, 8 de mayo

24ª Etapa: Tábara – Santa Crolla de Tera 24 Km. 5 h.

Desayunamos en un bar de la plaza que abre temprano para los peregrinos. Llama la atención el lamentable aspecto del suelo, cubierto de colillas y de basura desde el día anterior. Parece mentira que aún se encuentren sitios así en este país nuestro. Recuerdan aquellos tiempos en los que se escupía en el suelo y cosas parecidas. A mí, como único nativo entre todos estos extranjeros, me sonroja que puedan ver esto.

Esta etapa es bastante entretenida. Cruzamos algunos arroyos y  hay bastante arboleda, viñedos y bodegas subterráneas. También hay largos trechos rectilíneos que parecen no tener fin. En uno de éstos, en los que poco a poco fui quedándome solo, imaginé que caminaba con mis tres nietos y uno que está por venir, por lo que me entretuve componiendo otro de los Sonetos del Camino como el que viene a continuación.

Tres angelotes son y van andando.
Raúl que es el mayor va de primero,
Marta hace de mi mano su asidero,
Lola viene detrás y va cantando.

Tres angelotes son y voy soñando
que en el Camino están y recupero
sus risas y su rostro verdadero.
Conmigo van mis nietos caminando.

Hay uno que no está mas ha avisado
que pronto llegará y ha prometido
que cuando un día o dos haya cumplido

habráme una sonrisa regalado.
Andando voy alegre y decidido.
Cuatro angelotes son y van conmigo.

A poco de haberlo terminado y memorizado, entramos en Santa Crolla de Tera, fin de etapa donde nos espera Casa Anita, un albergue privado, cuya joven hospitalera es un encanto y dechado de organización auxiliada por su familia. El servicio es completo, comida, cena y, por descontado, pernocta.


El grupo de los que van quedando en pleno ascenso. Lindando con Santa Crolla está Santa Marta de Tera en cuya iglesia se dice que existe la imagen de Santiago Peregrino más antigua que se conoce.


El albergue de Santa Crolla, Casa Anita. Como el tiempo está lluvioso, el padre de Anita, ha encendido la chimenea y montado un tendedero bajo el cual charlan animadamente Dietmar y Carlo, nuestro amigo italiano.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Casa Anita Muy bueno 38 9€ Lluvia

Domingo, 9 de mayo

25ª Etapa: Santa Crolla de Tera – Mombuey 37 Km. 9 h.

La etapa que viene en la guía termina en Rionegro del Puente pero nosotros la hemos alargado hasta Mombuey que son diez kilómetros más. Caen chaparrones abundantes .El paisaje es de monte bajo y campo feo. Ya no hay encinares, ni olivos, ni dehesas. En Olleros de Tera nos detenemos para reponer fuerzas en el único bar abierto. Siendo domingo, en un día gris como éste, estos pueblos parecen aún más aburridos y solitarios. Comemos en Rionegro del Puente y, a las tres, reemprendemos la marcha hacia Mombuey. Nuestra primera sorpresa es que en el  albergue no hay sitio. No es de extrañar, pues es muy pequeño, con ocho plazas. Parece una choza en la que los que allí están apenas si pueden moverse sin tropezar. Es el albergue más miserable que hemos encontrado en todo el Camino.

Ante tal panorama nos vamos al bar que allí allí cerca a deliberar. En todo Mombuey no hay una sola plaza. El hostal está lleno. Debe ser porque es domingo aunque no sé qué es lo que pueden venir a ver los supuestos turistas o visitantes en este pueblo de carretera tan poco atractivo. Nos sacan del apuro un par de austrialianas que vienen haciendo el Camino desde Salamanca. Han reservado habitación en una pensión que hay en Palacios de Sanabria, a unos 15 Km. de Mombuey y llaman  para reservar otra más para nosotros. Las lleva hasta allí un taxi, el mismo que nos llevará a nosotros. Palacios de Sanabria es una pequeña localidad con dos bares en un cruce de carreteras donde hace un frío tremendo. La pensión es bastante cutre pero nos resuelve el problema de la dormida que se vislumbraba complicado.


Olleros de Tera y Vilar de Farfón

Pensión Calidad Plazas Precio Tiempo

Cutre ¿ 20€ Lluvia y sol

Lunes, 10 de mayo

26ª Etapa: Palacios de Sanabria – Requejo 26 Km. 7 h.

Parece ser que el frío amainó cuando salimos de Palacios de Sanabria. Parte del camino está bastante embarrado lo cual ralentiza la marcha y la hace más pesada. Pasamos por pequeñas localidades que parecen deshabitadas con un aspecto casi desolador. Ya cerca de Puebla, el frío arrecia así que aprovechamos para comprara guantes y ropa de abrigo. Puebla de Sanabria es un sitio lleno de encanto, con su castillo y su iglesia dominando el paisaje desde su promontorio. Ya hacia Requejo, el paisaje va pareciéndose al gallego con más variedad de árboles y plantas. Requejo es una localidad que antes de la construcción de la autovía tenía gran movimiento de camiones con varios hostales y hoteles de carretera, casi todos cerrados en la actualidad. De hecho, el albergue es uno de esos hostales ahora dedicado a los peregrinos en vez de los camioneros.


Vista de Puebla de Sanabria. Casa de Terroso, poco antes de Requejo.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Casa Cerviño Muy bueno 20 12€ LLuvia

Martes,11 de mayo

27ª Etapa: Requejo – Lubián 17 Km. 5 h.

A casi 7 km. de Requejo está la portilla del Padornelo que junto con la de la Canda constituían la máxima dificultad para el tráfico durante el invierno en los tiempos anteriores a la puesta en servicio de los túneles de la N-525 que vino a sustituir a la antugua carretera, hoy totalmente destrozada en muchos de sus tramos, pero que sirve de senda a los peregrinos que se deciden recorrerla.

Llama la atención el contraste entre aquella vieja carretera y los imponentes viaductos que soportan tanto la N525 como la autovía, lo cual me inspiró el tercero de los Sonetos del Camino que dice así:

La vieja carretera destrozada,
arteria ayer de rango nacional,
es hoy un solitario pedregal
sólo por peregrinos transitada.

Imponente estructura hormigonada
la vaguada atraviesa colosal.
Humillado y hundido el viejo vial
ahora es mísera senda abandonada.

Ya no eres casi nada, vieja amiga,
viva sierpe que antaño recorrí,
ruta alegre por la que entonces fuí.

No eres nada, mas deja que te diga:
sigues siendo entrañable para mí.
Las cosas de este mundo son así.

Como la etapa de hoy ha sido corta, cuando llegamos a Lubián aún es temprano y encontramos el albergue vacío, así que tomamos posesión de nuestras literas y nos vamos a recorrer el pueblo. Es la típica localidad de montaña, con la mayoría de los tejados de pizarra pues  nieva confrecuencia. Lubián significa tierra de lobos. En las afueras existe un Cortello do Lobo que viene a ser como el Foxo dos lobos que aún existen en muchos lugares de Galicia.


El paisaje se va pareciendo cada vez más al de la vecina Galicia. Casas del Padornelo.


Albergue. Panorámica de Lubián.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
de Lubián Regular 16 5€ LLuvia

Miércoles, 12 de mayo

28ª Etapa: Lubián – A Gudiña 25 Km. 6 h.

Al levantarnos nos sorpenden las cumbres cubiertas de nieve, aunque la temperatura es soportable. Ya pasada e santuario de La Tuiza, en las afueras de Lubián, seguimos por la ZA-123, siguiendo el consejo de Visi (la regenta de la casa rural Irene donde comimos,cenamos y desayunamos). En ascenso continuo, dejamos a nuestros pies el túnel de La Canda y los viaductos de la N-525 y de la autovía. La N-525, que está como nueva, apenas si tiene tráfico ya que la mayoría de los conductores se deciden por la autovía que ésta sí tiene un tráfico intenso, noche y día.

Al filo de las diez, alcanzamos el punto en el que se juntan (o se separan, según se vea) las provincias de Zamora y Orense. Aprovechamos para tomar la fruta. Entre corredoiras y carreiriños, ya estamos en Galicia, llegamos a A Gudiña, con un tiempo bastante desagradable, frío y lluvia. Tomamos posesión de nuestras literas. Ya están allí o van llegando nuestros compañeros iniciales de ruta, Olaf, Helmut, Carlo, etc  además de los que se incorporan al Camino en esta etapa que son bastantes. Comemos en el bar El Peregrino, cerca del albergue y regresamos para sellar, pagar y pedirle una manta a la hospitalera.

En ésas estamos, cuando recibo una llamada de mi mujer para informarme de que está hospitalizada en el Xeral, en Vigo. Le han detectado una isquemia cardíaca y la tienen en observación. Así que decido interrumpir aquí el Camino con la intención de seguir con estas crónicas más adelante, quizá en setiembre, cuando la situación se haya normalizado.


Nieve en los montes que rodean a Lubián, en pleno mayo. Los túneles de La Canda.


Ya estamos en Galicia. La bota, el símbolo más expresivo de lo que es el Camino.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Bueno 24 5€ Lluvia

Viernes, 6 de agosto

29ª Etapa: A Gudiña – Laza 35 Km. 7 h.

Adelantándome a mis previsiones, he retomado el Camino interrumpido hace casi tres meses para continuarlo desde A Gudiña que es donde lo dejé por las razones ya expuestas. Me subí al Talgo que sale de Vigo a las 13.37 y que llegó puntualmente a las 16.50. El panorama que me encontré era bastante distinto al de la otra vez, cuando llegué aquí, procedente de Lubián en una tarde gris y fría, amenazando lluvia.

Hoy luce el sol y calienta con fuerza. Cuando llego al albergue me encuentro con que ya no quedan literas disponibles. Solamente una colchoneta en el suelo es todo lo que el hospitalero me puede ofrecer. Acepto y no fue mala solución pues dormí estupendamente.

Este último tramo del Camino lo voy a hacer yo sólo ya que mi amigo y compañero Dietmar siguió hacia Santiago cuando yo lo interrumpí. Será una nueva experiencia de la que haré balance cuando esto termine. A las siete menos cuarto, después de desayunar en el Bar Peregrino, muy cerca del albergue, me dirijo a la Rua Maior que acabará desembocando en una carretera interior que atraviesa la Serra Seca que es una sucesión de monte bajo, sin árboles apenas, salpicado por unas pocas aldeas casi deshabitadas hasta llegar a Campobecerro, una población de cierta entidad, en la que me paro para tomar un café y descansar en compañía de un par de peregrinos que han llegado antes que yo.

A partir de aquí hay menos asfalto y más sendas y pistas, algún riachuelo y más arboleda. Poco antes de llegar a Laza me encuentro con un ciclista que resulta ser un asistente del Camino para informar a los peregrinos y ayudarles en lo que pueda. Lo mismo ocurre un par de kilómetros con una joven que allí nos espera con el mismo objetivo. Es la primera vez y la única en todo el Camino que he topado con este servicio.

Cuando llego albergue, con un calor que comienza a ser agobiante, solamente están unos pocos peregrinos. Poco apoco, a lo largo del día, el albergue se va llenando. Como bien el el Bar Picota donde también cenaré. Con el calor que hace, la gente se está quieta y apenas se ve personal andando por el pueblo. Al lado del albergue hay una espléndida fuente con estanque en el que nos decidimos unos cuantos a sumergirnos para tomar un baño de asiento verdaderamente refrescante. Cuando el calor comienza amainar, me doy una vuelta por las calles que en Carnaval recorren los famosos peliqueiros de Laza y llegada la hora me decido a cenar y poco después, a la piltra.


A Serra Seca. Cruz de madera de Portocamba, en plena Serra Seca.


Pantalla de peliqueiro esculpida en una pared de Laza. Albergue.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Buena 34 5€ Sol

Sábado, 7 de agosto

30ª Etapa: Laza – Xunqueira de Ambía 34 Km. 8 h.

A las siete menos cuarto salimos unos cuantos, casi los últimos, del albergue. Tras unos 7 km. de carretera, nos desviamos por una pista a nuestra izquierda que nos lleva al punto más elevado de estas últimas etapas, al Alto da Travesa, larga ascensión bastante empinada que termina en la carretera que conduce a Alberguería en donde está el conocido bar El Rincón del Peregrino en el que paramos para tomar una café e inscribir nuestro nombre en una de las conchas de vieira que nos ofrece su propietario para colgarla en uno de los pocos huecos que quedan sin cubrir en las paredes de su tasca.

Sigue el camino, mucho más bonito que el de ayer, casi todo entre campos y pequeñas localidades. Una nueva parada en Vilar de Barrio, ésta más dilatada, para tomar un bocadillo de jamón y queso y un vaso de leche, pues aún quedan unos 12 Km. para llegar a Xunqueira.

Hoy hace más calor que ayer y se nota más el cansancio. La subida al Travesa pasa factura en forma de ampollas que reparo una vez pasado por la ducha. El cuerpo pide más descanso que comida, así que me echo en mi litera un par de horas. A eso de las siete me doy una vuelta por el pueblo del que es de destacar su monumental iglesia. Ceno bastante bien el un bar que hay al borde de la carretera, en la acera, cerca del albergue, al que regreso para tratar de dormir, lo cual no será fácil a causa del fuuerte calor que persiste cuando ya es noche cerrada.


En plena ascensión por el monte Travesa. Una larguísima pista, más propia de la mseseta que estos campos, nos lleva hasta Vilar de Barrio.


Interior y exterior del albergue de Xunqueira de Ambía.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Buena 24 5€ Sol

Domingo, 8 de agosto

31ª Etapa: Xunqueira de Ambía – Ourense 23 Km. 5 h.

Esta es en mi opinión, la etapa más fea y aburrida desde que comencé en Sevilla. La casi totalidad del recorrido es sobre el duro asfalto, por la carretera nacional, con la atenuante de que, como es domingo, hay poco tráfico. Lo único algo interesante es, ya entrando en la ciudad, un barrio llamado Seixalvo, pueblo que fue declarado Conjunto de Interés Etnográfico y que, efectivamente, posee algunas casas blasonadas e iglesia de mérito así como artístico cruceiro pero que no pudo evitar la invasión del ladrillo y el aluminio con lo que gran parte de su valor etnográfico ha desaparecido.

Después de Seixalvo aún quedan por recorrer unos cuantos kilómetros de acera y subir la larga cuesta que por la calle de Peña Trevinca conduce al albergue, un majestuoso edificio, parte del antiguo convento de San Francisco que limita al este con el cementerio del mismo nombre, con lo que la paz nocturna queda garantizada.

Hace un calor enorme, propio de esta ciudad en esta estación por lo que la mayoría de los peregrinos permanecemos en el interior casi todo el tiempo, con cortas salidas para comer y cenar. También es difícil conciliar el sueño, pues el calor persiste aunque sea de noche, así que decido salir a las cuatro y media con Álvaro y Aldo, un cordobés y un veneciano que siempre salen a esta hora para escapar del calor. Pero eso será mañana.


Dos rincones del pueblo de Seixalvo, poco antes de entrar en Ourense ciudad.


Esperando la apertura del albergue. Tendiendo la ropa, tarea típica del peregrino.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Buena 40 5€ sol

Lunes, 9 de agosto

32ª Etapa: Ourense – Castro de Dozón 37 Km. 10 h.

A las cuatro y media, en compañía de Álvaro y Aldo, comienzo esta larga etapa que a mí me llevará Castro de Dozón en el municipio de Lalín, Pontevedra, y a mis dos amigos los dejará en Oseira, aún en la provincia de Ourense. Los primeros 10 Km. son la salida de la ciudad y están bien iluminados por el alumbrado urbano. Los siguientes, otros 10 más o menos, hasta Tamallancos, los hacemos en completa oscuridad, carretera arriba, alumbrados por la lámpara de minero que Álvaro lleva adosada a su cabeza. Al llegar a Casasnovas, un par de Km. antes de Cea, paramos en un bar al borde de la carretera para reponer fuerzas a base de unos bocadillos de jamón, rústicos pero contundentes y necesarios, pues hace cinco horas que salimos del albergue y no hemos tomado nada.

En Cea nos separamos. Alvaro y Aldo siguen hacia Oseira y yo me dirijo a Castro de Dozón a donde llego a las dos y media, después de 10 horas de marcha. Este último tramo, de unos 12 Km. es bastante duro, con bastante asfalto y un tramo final que se hace  largo a través de monte bajo y a pleno sol.

Al llegar al albergue, después de la ducha y reparación de ampollas, hago caso a lo que me dicta el cuerpo y le doy descanso en vez de comida. A la noche cenamos en un bar de carretera, A Parrillada. Ensalada mixta, churrasco y tarta. Castro de Dozón es la cabeza del municipio, un sitio aburrido y soso que no tiene nada que comentar.


El tramo gallego de la Ruta de la Plata está señalizado con mojones de piedra de variada factura, más antiguos que los modernos con el azulejo en forma de vieira que son todos iguales.


Cerca de Cea nos encontramos con esta estampa tan rural que ya echaba de menos en tierras de Galicia. A la derecha, con mis amigos Álvaro y Aldo en Cea.

Albergue Calidad Plazas Precio Tiempo
Municipal Buena 20 5€ Sol

Martes, 10 de agosto

33ª Etapa: Castro de Dozón-Bandeira 31 Km. 10 h.

Hoy es el día en que salgo más tarde del albergue, casi a las siete y media, pues me quedo solo revisando y reparando las ampollas que me salieron en estos días y que ya van mejor.

Comienza esta etapa con un tramo de carretera bastante largo, unos 5 Km. después de los cuales entra el Camino por senderos entre fincas y arboledas cruzando algún riachuelo y metiéndose de nuevo en el asfalto. Pero esta vez es una carretera interior que discurre porla sombra, entre pinares, hasta llegar a Botos en donde paro para tomar un café y descansar un rato. De aquí, atravesando la siempre presente N-525, sigo hasta A Laxe en cuyo Retaurante Mª José me detengo para comer, muy bien, por cierto. Cundo ya estoy en los postres llegan mis amigos Álavaro, el cordobés y Aldo, el veneciano.

Charlamos largo rato, hasta las cinco, y yo sigo mi andadura hasta Bandeira, pues ellos pernoctarán en el albergue de la localidad. La larga sobremesa es la causa de que esta etapa haya durado tanto tiempo, unas diez horas. Con bastantes tramos de carretera y por algún que otro sendero, saliendo y entrando en la N-525,  llego a Bandeira en donde me alojo en un hostal, ya que el albergue queda en un camping desviado de la ruta, a unos 3 Km. y, como mañana pienso madrugar para llegar a Santiago antes del mediodía, renuncio a desplazarme hasta allí. Bandeira, es otra población cruzada por la N-525, que a estas horas de la tarde está casi vacía, con muy poca vida en sus calles y plazas. No queda más remedio que sentarse en algún café, escribir el diario y hacer tiempo hasta que llegue la hora de cenar e irse a dormir.


Amaneciendo a la salida de Castro de Dozón. Van apareciendo peregrinos en sus últimas etapas hacia el cercano Santiago.


Aunque sea asfalto, la carretera hacia Botos discurre a la sombra de pinares y robledas.

Hotel Calidad Plazas Precio Tiempo
Victorino Aceptable ¿ 25€ Sol

Miércoles, 11 de agosto

34ª Etapa: Bandeira – Santiago de Compostela 35 Km. 7 h.

Hoy es el día de la última etapa. Aunque, según la Guía del Camino, eran siete las etapas desde A Gudiña a Santiago, en mi caso las he modificado haciéndolas más largas para ahorrar un día y poder estar en Santiago hoy, pues mañana me espera una grata reunión y comida con antiguos y entrañables amigos que no me quería perder.

Así que salgo de Bandeira a las cinco de la mañana, caminando las dos primeras horas alumbrado por mi linterna y tratando de no perderme ninguna de las marcas que orientan al peregrino en su camino hacia Santiago. Afortunadamente, las voy siguiendo con bastante facilidad y cuando llego a Castro, ya está amaneciendo. En Ponte Ulla paso de la Provincia de Pontevedra a la de A Coruña. Después de salir de nuevo a la N-525 llego a Outeiro. Solamente me quedan 16 Km. para llegar a la meta, la mayor parte de ellos sobre asfalto, lo cual es natural tratándose de la entrada a una ciudad. Son las doce y cinco cuando llego a la Plaza de las Platerías.

Me dirijo inmediatamente a la larguísima cola de peregrinos que esperan pacientemente su turno para sellar la Credencial y obtener la Compostela en la Oficina del Peregrino. Por suerte, parece que hoy han aumentado el personal y solamente me toca esperar una hora y media. Santiago está rebosante de gente, que llena las calles y plazas del centro. También hay una gran cola para entrar en la catedral por el único acceso disponible que es la puerta de las Platerías a lo cual renuncio. Después de un paseo por la Plaza del Obradoiro y calles limítrofes para palpar y sentir el ambiente, me voy a comer a casa de mi hermana, en donde celebramos alborozados el feliz final de tan larga caminata y, poco antes de las cinco, tomo el tren que me traerá a Vigo.

Ahora, cómodamente sentado, siento como el tren se traga en poco tiempo los kilómetros que casi llegando a los mil, he recorrido en todos estos días, paso a paso, pisando la tierra por la que que voy andando, en contacto con el paisaje y el paisanaje, con el ambiente y vida de cada lugar, tan diferentes, en tantos sitios.

He cruzado España de sur a norte, desde las alegres sierras andaluzas, las fértiles dehesas extremeñas, la dura estepa castellana, a las verdes tierras de los montes y valles de Galicia y en todos estos sitios me he sentido en mi propio país. En ninguna parte fuí un extraño, siempre recibido como un paisano, en una tierra de verdad hospitalaria en toda esta ruta de la Vía de la Plata. Esta fue la mayor satisfación en esta larga andadura, el sentirme en mi propia casa en cualquiera de las decenas de pueblos, lugares y ciudades por los que pasé y que me dieron cobijo desde Sevilla a Santiago.


En la cola esperando para sellar la Credencial y obtener la Compostela. La largísima cola para entrar en la catedral comienza en la Plaza del Obradoiro.


Las calles del centro abarrotadas. A la derecha con mi Credencial, sellada desde Sevilla a Santiago.

5 pensamientos en “De Sevilla a Santiago por la Vía de la Plata y el Camino Sanabrés

  1. !Hola José!Tienes mucho merito darte esas caminatas pasando frio, poniendote como una «sopa» y sorteando dificultades.

    Pero, deben ser muy enriquecedoras y siempre las recordaras con cariño. Tambien te serviran para entretener a los nietos,
    contandoles las aventuras que vivistes.

    Muy bonitos tus sonetos,a tu mujer , a tus nietecitos, a la antigua carretera … Eres un poeta romantico que pone el alma en todo lo que vive.

    Lo peor fué el susto que te dió Bea, pero Gracias a Dios, solo quedo en eso.

    Gracias, por dejarme hacer el camino a tu lado,

    Abrazos para todos de Marijose

  2. Pingback: Los números de 2010 « Sendereando

  3. Mi hijo ja hecho el recorrido via de la plata saliendo de la catedral de sevilla hasta santiago en 29 dias, sin descansar mas de una noche por jornada. me gustaria saber si hay muchos peregrinos que lo hayan realizado mas o menos en el mismo tiempo.

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