Los números del 2022

El 2022 está en las últimas y ya no quedan sábados ni lunes para senderear en este año, así que ya es tiempo para resumir en cifras los datos correspondientes a las caminatas de los sábados y los lunes.

En lo que respecta a los kilómetros solamente se indican, por motivos de espacio, los que hicieron más de 100.

Hacemos votos para que, en el ya cercano 2023, podamos seguir disfrutando de esta sana afición que nos lleva a recorrer los montes, ríos y valles de nuestra tierra expresando desde aquí nuestro sincero deseo de que  el año que viene reparta felicidad y salud para todos.

Nunca choveu que non escampara

Después de una semana de lluvias intensas y tremendos chaparrones llega este lunes, nublado sí, pero hasta con un poco de sol y sin necesidad de sacar el paraguas. Pues como dice el popular refrán gallego «Nunca choveu que non escampara» que podría traducirse como que después de la tormenta viene la calma.

Aunque calma no es precisamente lo que nos encontramos en la caminata de este lunes. No había calma en las aguas agitadas de los ríos Gorgua y Esmoriz, ni tampoco fue tranquila la marcha por las empinadas y estrechas sendas que discurren por sus orillas, ni por los lugares en los que nos vimos obligados a vadearlos con riesgo de resbalones y caídas que no faltaron, alguna desde notable altura, con chapuzón y brecha en el occipital, alarmante pero sin consecuencias.

A pesar de todo eso valió la pena recorrer, una vez más, los preciosos parajes de estos ríos del municipio ourensano de Padrenda que ya conocíamos de otras ocasiones y que nunca defraudan y menos en esta época de grandes lluvias en las que los ríos exhiben todo su poderío, fuerza y belleza.

Son hitos interesantes a destacar la capilla de San Miguel,  a poco de comenzar la ruta, desde la que se domina una hermosa panorámica  y el mirador de A Quinta en Monteredondo con impresionantes vistas de la Sierrra del Suído y el valle del Miño.

En resumen, una jornada estupenda por los ríos y montes de Padrenda que rematamos en el Restaurante Creciente, ya en la zona pontevedresa, en donde disfrutamos de una grata refección ennoblecida con un prestigioso tinto de la Ribera del Duero y un selecto blanco de Valdeorras invitación de nuestra querida Sita con la que brindamos porque cumpla muchos más con salud y felicidad.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
17,060 Km. 6 h. 18 min. Media Nublado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

¿Qué manera de llover!

Cuando iniciamos la caminata de este lunes  nubes grises y blancas con retazos de azul auguraban una jornada tranquila con poca probabilidad de lluvias y así fue durante la primera hora de nuestra andadura al cabo de la cual comenzaron a caer unas gotas espaciadas y gruesas en los primeros minutos y sin interrupción en los siguientes, sin cesar durante las cuatro horas y media que duró la caminata.

Paraguas, chubasqueros, botas y polainas poco pudieron ante el contumaz chaparrón, porfiado e incesante. Desde los calcetines hasta la gorra todo estaba empapado lo que obligó a estos veteranos andarines a cambiarse ropa de arriba abajo.

Comienza la ruta en los aledaños de la iglesia de San Xurxo de Ribadetea cuando aún las luces del alba apenas han abandonado la oscuridad. Los primeros tres kilómetros nos llevan hasta el alto de Pena Gallada,  a poca distancia del lugar de Cillarga  en el punto más alto,  ya que a partir de ahí todo será bajar hasta el final.

La intensa lluvia que no cesa nos acompaña por las pistas forestales, caminos y corredoiras alternando su repiqueteo con el fragor de las aguas de O Rego de Cillarga o  el de O Padróns que discurren pletóricos en rápidos y saltos.

Más tarde, cuando damos con la senda del Tea, la imagen de aquellos regatos, hoy impetuosos torrentes, muda a la espléndida estampa del ancho río con  su poderoso caudal fluyendo solemne e imponente entre  la  exuberante arboleda de sus riberas.

Los últimos 5 Km. por la orilla derecha del Tea son un regalo para los sentidos pues la lluvia que nos empapa hace brillar las trémulas hojas en las copas de los árboles que  cimbrean bajo la débil ventolera. El camino es una alfombra de lustrosa hojarasca hasta que alcanzamos la iglesia de Ribadetea, inicio y fin de esta lluviosa jornada que rematamos con una comida especial en el restaurante Casa Rivero, frecuentado y apreciado por los componentes de Los Lunes al Sol.

Con un menú especial celebramos que el 2022 está próximo a su fin y aprovechamos la ocasión para homenajear a nuestra querida Elvira, incansable andarina  que cada lunes nos obsequia con una muestra de su erudición culinaria, ya sea una sabrosa empanada o una delicioso chula, leche frita o cualquier otro capricho gastronómico fruto de su sabiduría en el arte de cocinar.

Finaliza la fiesta con un pequeño concierto de trío JDA (José, Dietmar, Antonio), bandurria, acordeón y guitarra, que ponen musical remate a tan festiva reunión.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
14,220 Km. 4 h. 28 min. Media Lluvia

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

El agua enfurecida

Cuando la hicimos en junio del 2011 la titulamos Ruta de las papeleras y más tarde, en mayo del 2018, Papeleras de Trapo, haciendo mención en ambas a las fábricas de papel que, hoy abandonadas, jalonan las riberas de los ríos Vilacoba y San Xusto en el concello coruñés de Lousame.

Pero en esta ocasión no fueron las históricas papeleras el objeto de nuestra atención sino esos dos  ríos  que en estos días de fuertes lluvias fluyen  rebosantes de fuerza y espuma.

Nada que ver con aquellos cauces de escaso caudal de los meses del estío en los que las piedras asomabas como secas heridas entre las mansas aguas del río venido a menos.

En esta mañana de diciembre la escena era muy distinta.

Mientras caminamos entre la frondosa arboleda de ribera, bajo las brillantes copas zarandeadas por el viento y brillantes bajo la lluvia, el fragor de la briosa corriente del Vilacoba nos acompaña hasta que llegamos a las praderas de Lesende.

Allí, viramos la marcha hacia el sur hasta dar con la Fervenza de Toxoutos, un formidable chorro de hirviente espuma en el río de San Xusto que,  precipitándose  en la profunda garganta por la que fluyen sus aguas enfurecidas, se pierde en la lejanía

Seguimos por el río, topándonos de nuevo con los  fantasmales restos de aquellas que fueron floreciente industrias del papel en tiempos pretéritos, para regresar a las cercanías del parque  de Brandía en cuyas inmediaciones iniciamos y ponemos fin a esta hermosa y lluviosa jornada.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
16,960 Km. 5 h. 40 min. Media Chubascos

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

Carboeiro y la Fervenza del río Toxa

Hace unos días recorrimos una hermosa ruta de las que acostumbramos a hacer los lunes. Ausentes por diversas razones algunos de nuestros habituales compañeros de andaina, fuimos ocho los que iniciamos el camino a la puerta del restaurante O Refuxio donde a eso de las dos acabaríamos comiendo no solo por recuperar las fuerzas si no también por el placer de hacerlo en lugar tan agradable como acogedor.
El día, aunque frío, amaneció lo suficientemente despejado para que, así que hubo ganado altura suficiente, alcanzara el sol con sus rayos a infundirnos algo de calor, si el esfuerzo hecho desde el principio no hubiera bastado para compensarnos.
Recién cruzado el río Orza, a escasos 800 metros del comienzo, empezamos a subir camino de la villa de A Brea en la primera cima de nuestro recorrido.
Desde allí bajamos al río Deza, mientras a lo lejos contemplábamos el monte Carrio de 829 mts, el punto más alto de esta comarca. Desde la mitad de la bajada caminábamos ya en medio de la abundante vegetación que nos iba a acompañar casi todo el día. Arboledas de carballos, sobre todo.
Cruzado el Deza, subimos hasta el monasterio de Carboeiro, que empezó como ermita en el siglo décimo, llegando a su mayor esplendor en los tres siglos siguientes en que se convirtió en cenobio benedictino, una de las obras arquitectónicas de estilo románico mas destacadas de Galicia. Durante tres siglos acogió a varias comunidades, tanto de monjas como de frailes, que se fueron turnando en su ocupación a lo largo de los años. Finalmente perdió importancia y acabó siendo uno de tantos “desamortizados” por la famosa medida del ministro Mendizábal en el XIX.
Dejamos atrás el monasterio, bajando al principio para en seguida comenzar una prolongada subida hasta una extensa planicie que nos duró hasta el borde mismo de la fervenza del río Toxa. A lo largo de esta zona llana llegamos a otra iglesia de cierta importancia cerca de la aldea de Martixe, la de San Pedro de Ansemil que es lo que queda de un anterior monasterio benedictino de monjas. Se trata de una iglesia románica de planta basilical de tres naves y tres ábsides rectangulares, a la que está adosada en su muro sur una capilla gótica que sirvió de enterramiento de la familia de los condes de Deza.
Desde Ansemil caminamos hasta la fervenza del río Toxa, cuyo curso cruzamos unos dos kilómetros antes. La fervenza la contemplamos a placer desde un mirador, justo al borde de un barranco, desde el que se puede ver sin problema la caída de treinta metros que la convierten en la mas alta de Galicia. Al fondo se ve también el tendido del AVE camino de Santiago de C.
Bajamos con tranquilidad y enorme disfrute entre un sinfín de carballos y castiñeiros hasta el mismo borde del agua, donde nos hicimos la foto de grupo. Desde allí reanudamos la marcha aguas abajo hasta cruzar el Toxa de nuevo y volver poco después a cruzar el Deza para poder llegar tranquilamente a O Refuxio.


Texto y vídeo de Jaime Saiz

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
18,000 Km. 5 h. 50 min. Media Nublado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.