Pocos madroños

El año pasado hicimos esta ruta por estas fechas y le llamamos «La ruta de los madroños» y con razón porque, en una gran parte del recorrido,  suele estar adornada por el intenso color rojo de los frutos del mencionado arbusto pero en esta ocasión su presencia era escasa y nada más que uno por aquí y otro por allá era lo que se podía apreciar.

La ruta. cómoda y más corta de lo habitual con intervalos de lluvia resultó una caminata fácil por las tres Sendas A, B y C que componen el entorno de A Boutureira con sus carballeiras, muiños, caminos llenos de encanto por los aledaños del rio Barbadás y pistas forestales jalonadas de madroños.

Pasa la ruta por lugares como Bentraces, O Rego y Outeiro Calvo o Soutopenedo con sus cruceiros, iglesia, pazo, y algún canastro.

En resumen, una bonita caminata que no por repetida pierde su encanto y sobre la que ya existe información sobrada en Sendereando.

Rematamos la jornada en el restaurante La Carabela, en A Valenzá, en el  municipio de Barbadás, pegado a la capital ourensana.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
15,450 Km. 4 h. 33 min. Baja Nublado/Chubascos

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El pato picudo

Iniciaremos a nosa andaina dende Castro Laboreiro.
Percorreremos esta fermosa serra portuguesa por camiños cargados de historia.
Pasaremos por pontes, pontellas, aldeas e brañas. As brañas son antigas aldeas empregadas como fogar estacional polos pastores da zona.
Facendo honor o seu nome, pasaremos por zonas da serra onde os grandes penedos forman unha paisaxe inesquecible e de grandísimo valor. Entre estas formacións características atópase O Bico do Patelo.
Remataremos a nosa andaina no santuario do Bacalhao, o restaurante Miracastro.

O Souto do vello.
Grupo de senderismo (Matamá, Vigo).

Poco hay que añadir a la descripción de la ruta que hace O Souto do Vello. Únicamente hemos cambiado de restaurante que, en esta ocasión, ha sido O Miradouro do Castelo.

No es la primera vez que los caminantes de Los Lunes al Sol hacemos esta ruta con puntos de partida desde diferentes lugares y la verdad es que nunca defrauda.

En este lunes de octubre, nos ha vuelto a tocar un tiempo de niebla y lluvia que nos hizo un poco más laboriosa la marcha pero que no deslució la belleza de esta senda denominada en portugués  O Trilho Castrexo.

Todo el conjunto está perfectamente acondicionado tanto en señalización como en la preparación del terreno.

Senderos limpios de maleza y lugares de gran belleza e interés etnológico, como sus puentes, carballeiras y aldeas.

O Bico Patelo, que es uno de los hitos de la caminata, es un saliente rocoso que, a más de 1000 m. de altitud, semeja un enorme pico de ave al que le han asignado el nombre de Pico del Pato aunque su forma recuerda más al de un ave de rapiña.

Pasado O Bico do Patelo, iniciamos el descenso, camino de Castro Laboreiro cuyo último kilómetro lo forma una vertiginosa pendiente en un bellísimo enclave que hay que remontar hasta A Ponte Velha, ya en el casco urbano de la villa, en cuyo restaurante  Miradouro do Castelo rematamos la caminata disfrutando de su insuperable Bacalhau com Broa, una delicia gastronómica, broche de oro para esta inolvidable jornada.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
18,070 Km. 5 h. 58 min. Media Lluvia 

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El Muralla cerrado

Alcemos una muralla
Juntando todas las manos
Los negros sus manos negras
Los blancos sus blancas manos.
Una muralla que vaya
Desde la playa hasta el monte
Desde el monte hasta la playa
Allá sobre el horizonte.

Desde el monte hasta la playa, desde la playa hasta el monte, como dice el poema del cubano Nicolán Guillén,  lo único que había en esta mañana era niebla. Una niebla espesa que no nos permitió contemplar la maravillosa estampa que en los días claros se puede disfrutar desde el espléndido mirador del monte Muralla, una plataforma, un soberbio balcón, a casi 700 m. de altitud,  que se abre hacia la cabecera de la ría de Arousa y la sierra del Barbanza,

Hasta allí hemos llegado desde el lugar de A Ermida, en Rianxo, remontando O Rego do Campo Treito, bajo un incesante orballo que nos acompañará durante toda la mañana.

A diferencia de todos estos días en los que la sequía ha dejndo los caminos polvorientos y los ríos con sus corrientes menguadas, hoy brillan los senderos y la hojarasca  así como las copas de los árboles que ya comienzan a desvestirse en este incipiente otoño.

Hasta la aldea de Campelos la ruta discurre por los hermosos parajes que jalonan el río pero la marcha se hace lenta al tener que sortear con bastones y paraguas la intrincada vegetación de la ribera.

A Partir de Campelos se inicia la ascensión a la cumbre del monte Muralla y desde allí, privados por la niebla de sus maravillosas vistas,  descendemos entre bosques de pinos y eucaliptos, por pistas forestales, pasando por alguna aldea como Vilar  y también por un tramo de carretera para dar con el río Té cuya orilla izquierda recorremos durante poco más de un kilómetro para regresar al punto de partida en el citado lugar de A Ermida, no lejos de su capilla de San Xoan.

Rematamos esta lluviosa jornada en el restaurante O Taberneiro, en el puerto de Rianxo, donde damos cuenta de un apetitoso menú regado con tinto de Valdepeñas, Gran Lobón, obsequio de nuestro compañero de fatigas Cristóbal que, aunque ausente, quiso acompañarnos de esta manera en la caminata de este lunes.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
18,610 Km. 5 h. 27 min. Media Lluvia y niebla

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Rodeados de hermosura

Vexo Vigo, vexo Cangas, tamén vexo Redondela,
vexo a Ponde de Sampaio, camiño de Pontevedra

Monte, de Varalonga, Mirador do Leboreiro, Alto do Carballiño, Trono da Raiña, Balcón do Rei, Pico Garita, Ermida de San Roque: Siete espléndidas atalayas desde de las que no solamente pueden contemplarse Vigo, Cangas y Pontevedra como dice la popular cantiga, sino bellísimas panorámicas de las rías de Vigo, Marín, y Arousa, con las islas Cíes, las de Ons y Onceta, Sálvora y Tambo, salpicadas sobre un mar de intenso color azul, de calmadas aguas, bajo un cielo limpio de nubes, luminoso bajo el brillante sol de este veranillo de San Miguel.

No es la primera vez ni será la última en la que hacemos esta hermosa andaina que en esta ocasión iniciamos en el Monte de Varalonga, en las afueras de la vecina villa de Cangas do Morrazo que tiene la peculiaridad de que un par de pequeñas sierras atraviesan el municipio como una espina dorsal que a su vez es su pulmón verde.

Son A Serra da Madalena y la de O Nacente  que la recorren de Oeste a Este, brindando al caminante la oportunidad de disfrutar, en un día soleado como el de este lunes, de las maravillosas estampas que se ofrecen a sus ojos desde los numerosos miradores que coronan las cimas de los abundantes picos que se alternan a lo largo de esta cadena montañosa.

La contemplación de tan hermosas panorámicas alarga el tiempo de recorrido, pues no renunciamos a disfrutar de tan bello espectáculo haciendo pausadas paradas en cada uno de los miradores.

Una vez alcanzado el extremo este de A  Serra do Nacente, en la Ermita de san Roque, casi encima del puerto de Cangas, emprendemos el regreso  al punto de inicio, atravesando el casco urbano de la villa canguesa, eso sí, todo por asfalto, que por aquí es terreno urbano, ya no hay sierra, ni monte, ni picos, sino calles y viviendas y comercios hasta el lugar, ya en la carretera, en donde hemos iniciado y finalizamos esta gratificante y hermosa caminata.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
18,280 Km. 5 h. 56 min. Media Soleado 

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