A Freixa

La caminata de este lunes ha sido más corta de lo habitual, un breve pero interesante recorrido por las orillas del río Sexta, cerca de Liñares, en la parroquia de Gaxate, municipio de A Lama. Como tantos otros, el río Xesta está sometido las variaciones de caudal provocadas por la mincentral instalada en sus aledaños, quizá un buen negocio para sus propietarios pero un agravio para la naturaleza tanto en el aspecto medio ambiental como en el estético con su larga y gruesa tubería  de un feo color ocre atravesando el monte. Por eso, a pesar de las recientes lluvias, el río iba hoy escaso de agua.

La ruta, conocida como el PRG 24 y actualmente descatalogada por la Ferederación Gallega de Montañismo por falta de mantenimiento se encuentra en condiciones aceptables, pues ha sido desbrozada y señalizada recientemente. Pasado el puente medieval a salida de Liñares, sigue el curso descendente del río pasando por carballeiras y pequeñas fragas y entre tranquilas y solitarias aldeas como Cortegada y Paradel. Un peto de ánimas aquí, una ermita o un antiguo muiño allá.

Poco antes de alcanzar Paradela cruzamos el río por el puente que da a la carretera C-531, iniciando aquí el tramo ascendente que nos lleva a una hermosa cascada, la fervenza de Liñares, a lo largo de una interminable levada, una estrecha acequia por la que corre el agua que antiguamente movía los rodicios de los muiños.

El camino, muy estrecho, entre hierbas, rocas y maleza, aunque transitable, nos obliga a caminar lentamente pero no tardamos en llegar a la cascada, un hermoso paraje que vale la pena visitar y en cuyo lecho nace la levada a la que nos hemos referido más arriba.

Rematamos la jornada atendiendo la invitación de nuestros amigos Juan Carlos y Elena en cuya hermosa casa, no lejos de Liñares, hemos disfrutado de su hospitalidad compartiendo una estupenda comida y disfrutando de su compañía y de la de nuestras esposas que, si bien no son amigas de senderear, sí lo son de las ricas viandas y los nobles vinos. En fin,  de la buena mesa.


El peto de ánimas de Liñares marca el comienzo de la ruta. A pocos metros, el puente mediavel sobre el río Xesta.


La ermita de la Asunción en Paradela y su curiosa inscripción.


El tramo previo a la fervenza es un estrecho carreiriño de paso lento y laborioso.


Siendo hermosa en estos días de estiaje, con tiempo de lluvia resulta espectacular.

Distancia Duración Dificultad Tiempo
Datos de la ruta 8,09 Km. 3 h. 31 min. Media Sol y nubes

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La fraga de Catasós

En Lalín hay tres monumentos que llaman la atención del visitante: uno, obra de Asorey, está dedicado Joaquín Loriga, el aviador que hizo la gesta de volar desde Madrid a Manila por vez primera y asemeja un avión en forma de cruz empotrado en el suelo, que es como murió el renombrado héroe. Otro, cerca de la iglesia, representa a Don Ramón María Aller, eximio matemático y astrónomo y el tercero, que está fuera del casco urbano, es el Monumento Natural de la Fraga de Catasós o Carballeira de Quiroga, así reconocido por la Xunta de Galicia en 2002.

Con la intención de visitar la famosa fraga, allá nos desplazamos los muchachos de Los Lunes al Sol. La fraga, un bosque compuesto de carballos y sobre todo de castaños, no es muy extensa, casi 5 Ha., pero tiene la particularidad de contar con los castaños más altos de Europa, llegando su altura a los 30 m. y su diámetro a los 5,5 m. en  lagunos casos. Ya hace más de 40 años la FAO había advertido sobre la necesidad de preservar este enclave natural de la presión urbana, al estar situado tan cerca de una ciudad como Lalín que en las últimas décadas ha experimentado un fuerte desarrollo urbanístico con los consabidos polígonos producto de la especulación urbanística, que si le dejan, arrasa con lo que se le ponga por delante. Realmente, es un hermoso lugar muy visitado por su pequeña extensión y su proximidad a Lalín.

La ruta de la mañana, diseñada por efervescente sale del centro urbano y recorre unas cuantas aldeas y lugares para llegar a la fraga y regresar por caminos entre praderas y pequeños bosques a la ciudad. Allí nos detenemos para reponer fuerzas en el restaurante del Hotel Palacios y hacer otro pequeño recorrido por la tarde hasta Requeixo, esta vez inspirándonos en la ruta de moderado que hermos recortado hasta dejarla en unos 9 km.

Tanto el de la mañana como el de la tarde son recorridos muy cómodos, sin cuestas, aptos para todo el mundo. He leído por ahí que no es recomendable hacerlos en tiempo de lluvias porque los caminos se llenan de fango. En un día como el de hoy, resultó una agradable caminata, eso sí frecuentemente perfumada por la bosta del abundante ganado que abunda en estos campos.


Los monumentos a la memoria de Joaquín Loriga y D. Ramón María Aller.


En el corazón de la fraga. A la derecha un tronco de castaño cuya antigüedad pasa de los 270 años.


El exterior de la fraga.


Dos símbolos de Lalín: El cerdo, principal ingrediente del cocido, protagonista de una de las fiestas gastronómicas más importantes del país y la placa del Km. O, por estar situado en el centro geográfico de Galicia. Eso dicen los Lalín, porque en otro sitio leo que el susodicho centro está en Monterroso, provincia de Lugo, pero éstos no tienen placa en el suelo.

Distancia Duración* Dificultad Tiempo
Datos de la ruta 28,340 Km. 10 h. 10 min. Media Sol y nubes

*Tiempo en movimiento: 7 h. 20 min.

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Los «chozos» del Suído

Le Sierra del Suído o Serra do Suído que es en la actualidad su nombre oficial es una cadena montañosa que se extiende entre las provincias de Pontevedra y Ourense siendo en el municipio ourensano de Avión donde está nuestro punto de interés pues allí se hallan los famosos «chozos» del Suído que los de Los Lunes al Sol deseábamos conocer desde hace tiempo.

Los chozos son unas construcciones singulares que, parece ser, tienen su origen en el siglo XII, los siglos del románico y ello se nota en su rústica arquitectura basada en el arco de medio punto que en número de uno, dos o tres sostienen la pesada cubierta formada por losas de piedra a su vez revestida de tierra y de musgo lo que, juntamente con sus gruesas paredes, asegura una temperatura agradable y constante en el habitáculo.

Estas encantadoras construcciones servían de vivienda a los pastores que desde la edad media hasta mediados del pasado siglo cuidaban el ganado en los amplios pastos de la sierra durante los meses comprendidos entre junio y setiembre. En el chozo disponía de lareira para hacer su comida y calentarse, alacenas u hornacinas donde guardaba su ropa y pertenencias y cama  en el suelo hecha con xesta, tojos y helechos.

Hoy día están abandonados y algunos han sido restaurados dando testimonio de un aspecto de la vida rural de aquellos tiempos.

A esta ruta se accede desde diversos puntos entre los que se encuentra la aldea del Mangüeiro, en el municipio de Avión, que es desde donde nosotros hemos iniciado la caminata que comienza con una larga ascensión por las estribaciones de la sierra con magníficas vistas de su entorno hasta llegar a la zona donde se encuentran los siete chozos que hemos visitado.

El día estuvo gris y nublado todo el tiempo y en ocasiones una densa niebla con algo de lluvia nos acompañaba en nuestra marcha lo cual era de agradecer si lo comparamos con lo duro que debe ser andar por estos montes a pleno sol.

En en último de los chozos, en el de Cernadas, nos refugiamos para comer comprobando la agradable temperatura que allí reinaba en comparación con el fresco ambiente del exterior.

El regreso lo hacemos a través del parque eólico que domina esa parte de la sierra hasta alcanzar la ermita de Nª Sª del Rosario y la aldea de Rodeiro vecina de la de Mangüeiro, comienzo de la ruta.


Los chozos de Rodeiro y Abelenda.


Interior de un chozo.


Pastando en el chozo de San Xusto. A la derecha, «cortellos» para los terneros.


En esta zona de la sierra nace el río Avia.


En el municipio de Avión son famosas las lujosas edificaciones de los indianos mejicanos. A la derecha la ermita de Nª Sª del Rosario, cerca  del fin de la ruta.

Distancia Duración Dificultad Tiempo
Datos de la ruta 18,800 Km. 7 h. 48 min. Media Nublado

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El menhir de O Ribeiro

«Pena Corneira, situada en el municipio de Leiro, alcanza los 675 m. Desde la distancia es fácilmente distinguible gracias a un peñasco alargado y dispuesto en vertical, que le corona y le da nombre. Algunos creen ver en él la silueta de un unicornio. El “menhir” de O Ribeiro
El cuerno de piedra de unos diez metros en vertical se alza sobre otras grandes rocas para asomar íntegro entre la vegetación. De este modo, Pena Corneira constituye el referente visual desde casi cualquier punto del valle del Avia, en la comarca vitivinícola de O Ribeiro.»

Esto es lo que se puede leer en el sitio que Turgalicia dedica a este Monumento Natural, unos de los seis que existen en este país. Hay quien también le encuentra parecido con  la boca de un tiburón emergiendo sobre las olas, en este caso un frondoso bosque de robles y castaños, y hasta hay alguna mente calenturienta que ve en su imaginación una figura fálica penetrando en la bóveda celeste. Lo cierto que es un enorme pedrusco del que ya dimos noticia en nuestro comentario de junio de 2007 titulado 300 millones y un cuerno. Cuentan las crónicas que, allá por el siglo X, hubo aquí un castillo fortaleza, El Castillo de Pena Corneira, en donde sufrió prisión el Prelado de Compostela Don Diego Gelmírez.

En la mencionada marcha de 2007 llegamos a Pena Corneira desde Leiro por el PRG 78, pero en esta hemos atacado la gran piedra  desde A Veronza, en Carballeda de Avia, siguiendo la Ruta de Os muiños para enlazar, en la zona recreativa de Abelenda das Penas, con la Ruta de Os Bolos que nos conduce directamente a Pena Corneira  después de unos 11 Km. de continua ascensión. También en este lunes nos hemos servido de la impagable información que nos brinda nuestro desconocido pero admirado colega sudandobotas.  La citada Ruta dos Bolos, debe su nombre a los grandes peñascos de redondo contorno que recuerdan los bollos de pan y que rodean Pena Corneira.

El recorrido discurre entre muiños, tierras de labor, monte bajo y unas pocas aldeas, alguna abandonada como la de Xunqueiras, y otras, como As Fermosas y Vilar dos Condes, casi escondidas en pequeñas ondonadas entre los montes que conforman la comarca del Ribeiro. Hemos disfrutado del encanto de lo rural parándonos con las acogedoras gentes de de esos lugares en franca y alegre conversación.

Después de casi 30 Km.de pateada, regresamos a A Veronza con el sol casi oculto detrás de Pena Corneira.


Capilla de San Lorenzo inicio de la ruta y muiño de Trigás de más de 300 años de antigüedad.


Otro muiño en la zona de descanso de Abelenda das Penas punto de partida de A Ruta Dos Bolos hacia Pena Corneira.


Uno de los bolos que rodean Pena Corneira. Los chicos de los lunes en la base del gran pedrusco.


Iglesia de Santo André en Abelenda das Penas. En As Fermosas con las bellezas del lugar.


Los piornos comunitarios de Vilar de Condes.


Cabeza de Sapo y Ramsés.

Distancia Duración* Dificultad Tiempo
Datos de la ruta 28,200 Km. 9 h. 48 min. Media Sol y nubes

*Tiempo en movimiento: 7 h. 36 min.

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