Por tierras de Arnoia

Las primeras noticias que se tiene de esta villa vienen de la época castrexa, antes de que los romanos se asentaran por aquí. Hasta 1985 en que se impuso la normalización linguística se conocía como La Arnoia o Arnoia a secas que es también el nombre del río que entrega sus aguas al Miño en el embalse de Frieira, después de surcar casi de norte a sur esta hermosa localidad, situada en plena comarca del Ribeiro.

Partiendo de la aldea de Reza, al lado de la gasolinera, nos metemos monte arriba por senderos y pistas que serpentean por los hermosos bosques de carballos y pinos por los que ya asoman los primeros brotes de esta incipiente primavera. Caminos, la mayoría alfombrados de verde césped, que nos llevan desde O Coto da Fame hasta las riberas del Arnoia para ascender después hasta la encantadora aldea de Carnós y desde allí otra vez al río después de pasar por Oliveira y su Torre del Reloj, en San Roque, erigida en 194o por los emigrantes residentes en Uruguay.

Siguiendo el cauce del río Arnoia, no tardamos en llegar al puente por el que nos desviamos a Outeiro  Cruz que es en donde se encuentra la casa rural Abadía Caldaria en cuyo restaurante teníamos cita para comer y que, ante nuestra sorpresa, encontramos cerrado a cal y canto.

Nos informa un amable parroquiano que a 3 Km. existe un restaurante en el que podemos reponer nuestras energías algo menguadas por los 17 Km. que nos separan del punto de inicio. Se ofrece a llevar en su coche a los conductores para que vengan rescatar al resto con lo que en pocos minutos estamos en el nuevo restaurante que, nueva sorpresa,  está situado exactamente al lado del sitio en el que había dejado nuestros vehículos.

Callos, lacón con grelos, merluza a la gallega, churrasco, postres y vino, componen el menú que por un módico precio colma nuestras carencias alimenticias así que, después de la alegre cuchipanda entre los diez andarines que componen la pandilla de este lunes, regresamos a Outeiro Cruz para reemprender la caminata en el lugar donde la habíamos dejado.

Desde allí, en un recorrido casi siempre por la orilla del embalse de Frieira, a lo largo de un sendero o paseo que allí existe y por caminos de pescadores en su tramo final, llegamos a la mencionada aldea de Reza muy cerca del lugar en el que iniciamos nuestra ruta.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
22,100 Km. 6 h. 30 min. Media Lluvioso

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El salto de Torres

Ya nos avisaba nuestro socorrido mentor Jesús Simón en su ruta Arredor do río Valderías que la pontella por donde había que vadear el río Cubelo había sido destruida por la riada, por lo que sería necesario  descalzarse para salvar el paso o continuar río arriba hasta la siguiente, pero los aguerridos muchachos de los lunes optaron por pasar saltando de piedra en piedra con claro riesgo de acabar en el fondo de las agitadas aguas del Cubelo. Su pericia y arrojo  fueron suficientes para llegar a la otra orilla sin percance alguno.

A todos los superó la habilidad y coraje de nuestro querido Torres el cual, haciendo pértiga de una rama seca que allí había y tras un exacto cálculo de fuerzas y distancia, voló sobre el cauce del Cubelo alcanzando la otra orilla en un salto limpio y perfecto que llenó de admiración y regocijo a sus pasmados compañeros. Tal gesta nos recordó, salvando las distancias, el famoso Salto de Alvarado, el lugarteniente de Hernán Cortés que, huyendo de sus enemigos, saltó un canal usando su lanza como pértiga.

Esto ocurrió en los comienzos de nuestra andaina. Entre bosques de castaños y carballos, aun desnudas sus ramas en estos postreros días del invierno, llegamos a la localidad de Barroso con su eira comunal de unos treinta hórreos, todos con cubierta de losas de piedra,  perfectamente restaurados. Una belleza etnológica que da fe de la abundancia de grano que hubo aquí en los siglos pasados. Aunque no tan extensas, abundan en esta zona estas áreas comunes, como la  de Baresmo y Nieva, expresión de la capacidad de asociarse entre los vecinos que como gallegos tienen inmerecida fama de un acendrado individualismo.

Unos cuantos kilómetros más y llegamos al embalse de Alvarellos alimentado por las aguas de los ríos Avia y Valderías que es el nombre con el que el río Cubelo se conoce por esta zona. Un hermoso recorrido bordeando sus azules  y quietas aguas que reposan mansamente en las profundidades de los montes de la sierra del Faro de Avión.

No tardamos en llegar a la capital del concello en cuya entrada norte nos topamos con la iglesia de los Santos Justo y Pastor con su  singular fachada-retablo barroco realizada por canteros de la Tierra de Montes. Un poco más abajo se encuentra el Bar de Moncho en donde nos espera una suculenta pitanza a base de callos y lacón con lomo asados rematada por una tarta de Santiago deliciosa, todo regado con tinto del Ribeiro.

Aquí fue noticia en todos los medios en agosto del año pasado la partida de dominó de Raña y Slim con sus amigos parroquianos. Estos dos capitostes de las finanzas, senderistas que caminan con soltura y poder  por los caminos del dinero, se fotografiaron  con Moncho el cual no tuvo inconveniente de hacer lo mismo con este grupo de senderistas de la tierra cuyo capital más preciado son los ríos, montes y valles por los que caminan incansablemente.

Unas cuantas leguas más, de nuevo entre carballeiras y viejos castaños y entramos en Caseiro, lugar en el que comenzó la caminata de hoy.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
25,470 Km. 6 h. 30 min. Media Soleado 

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Fervenza do Barbantiño

Siguiendo con nuestro plan de aprovechar este invierno de abundantes lluvias para visitar algunas de las numerosas fervenzas que existen en nuestro país, nos fuimos este lunes al concello de Maside por cuyas tierras fluye el río Barbantiño que, no lejos del puente medieval de San Fiz, exhibe una hermosa catarata que se precipita espléndida y exuberante desde la altura en la que sus plácidas aguas fluyen procedentes del Monte de A Pena hasta el hoyo conocido como O Pozo do Inferno.

Hemos tomado como base la ruta realizada por arbor en mayo de 2012 con algunas variantes a fin de ampliarla en unos cuantos kilómetros. Precisamente uno de los tramos en el que nos hemos desviado para evitar la carretera nos salió «rana», o sea que resultó ser un engañoso sendero que en sus primeros metros parecía  aceptable pero que, poco a poco, iba introduciéndonos en una espesa e intrincada maleza, a veces de altos tojos que arañaban las partes visibles de nuestra piel pero que, inasequibles al desaliento como se decía en aquellos textos de la FEM (Formación del Espíritu Nacional) de los bachilleres de hace cinco o seis décadas, superamos hasta llegar a las riberas del Barbantiño, muy cerca del citado puente.

Según está documentado, data del S. XIII y por él pasaba el Camino Real de Orense a Pontevedra. Durante la Guerra de la Independencia fue también un importante bastión contra las fuerzas invasoras a las que causaron más de un disgusto. A un  par de leguas de este histórico sitio se encuentra, como ya dijimos, la Fervenza do Barbantiño, objetivo principal de nuestra caminata, adonde se llega por un sendero bien preparado con pasarelas y escaleras que conduce a lo más alto de la cascada y por el que se desciende al merendero instalado más abajo. Desde ahí, después de contemplar el siempre atractivo espectáculo de las aguas desplomándose por el precipicio, sigue el sendero que nos lleva al lugar de Touza próximo a la población de Maside, cabecera del municipio de su mismo nombre.

Allí, en Maside,en el bar Bardelás, nos espera un buen plato de richada, dados de ternera estofada con ajada, que dejó preparados nuestros motores para rematar la jornada con los ocho Km. que nos distanciaban del punto de partida al cual llegamos, caminando entre fincas y pinares, cuando aún el sol estaba alto en este excepcional día luminoso y seco.

 

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
22,500 Km. 6 h. 50 min. Media Soleado 

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Fervenzas do Pedras

El río Pedras y sus piscinas naturales que dan nombre al PRG 91 eran en julio del 2011 un lecho de piedras secas, cantos rodados apenas mojados por el escasísimo caudal y  más arriba, camino del Alto da Curota, enormes rocas surcadas por un delgado hilo de agua donde ahora, en este tiempo de lluvias que parece no tener fin, se precipitan con estruendo las transparentes aguas del humilde Pedras, formando una espectacular fervenza, un chorro de agua y espuma que baja lleno de fuerza y bravura, como una fiera desmelenada, monte abajo para calmarse en el llano y entregar sus aguas al mar de esa hermosa villa que es A Pobra do Caramiñal.

Siguiendo en parte la ruta del citado PRG 91, hemos aprovechado este tiempo lluvioso para poder contemplar las hermosas estampas que nos ofrece el río Pedras con sus variadas fervenzas y piscinas naturales. La primera parte de la ruta consiste en una laboriosa ascensión a partir del puente de A Miserela por estrechos senderos que discurren paralelos al cauce del Pedras, con cierto riesgo de darse un resbalón en las piedras mojadas que nos vemos obligados a pisar a medida que nos acercamos al inicio de la impresionante fervenza cuyo curso ya se divisa desde los aledaños de A Pobra, como una blanca tira de plata hundida en lo profundo de la vaguada por donde  baja el río.

Dejando atrás la cascada, seguimos la corriente, ahora  un tranquilo fluir de límpidas aguas, hasta llegar cerca del Alto da Curota, mirador recomendable en días claros, no como el de doy con amenaza de lluvia y algo de niebla. La amenaza se cumple cuando comenzamos la bajada, con un descomunal chaparrón de agua y granizo que pone a prueba nuestra resistencia a estas sorpresivas inclemencias del tiempo. Afortunadamente, no dura más de diez minutos para dejar paso a una pausa de calma que dura toda la jornada.

Llegados al pueblo, que antes de la normalización linguística se llamaba Puebla,  paramos como de costumbre en un restaurante para continuar, después de recuperadas perdidas energías, por el tramo del PRG 91 que nos lleva desde la desembocadura del río Pedras hasta el inicio de la caminata de este lunes.

Amarre general en el puerto de A Pobra do Caramiñal

Amarre general en el puerto de A Pobra do Caramiñal

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
19,880 Km. 5 h. 52 min. Media Variado 

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