Dos de nuestros miembros de los Lunes al Sol, Dietmar y Eduardo, con sus 65 años en las costillas, tomaron la decisión de participar por primera vez en su vida en una marcha de 50 km. La verdad es que se lo tomaron con mucha ilusión solo por el hecho de participar, pero con un cierto miedo de no poder llegar a la meta.
Como había que salir temprano, a las 9ºº horas, se fueron a dormir a Allariz y allí empezaron las primeras sorpresas siempre agradables. Habían contactado con un numeroso grupo de Pontevedra a los que no conocían, que con toda amabilidad les reservaron una estupenda habitación en una preciosa casa rural, que el grupo reserva al completo con mucha anticipación.
Al llegar, las presentaciones, Penedo, Manolo, Checho y muchos más con sus respectivas esposas y ya en ese momento constatamos el magnífico ambiente de ayuda, esfuerzo y diversión que allí había. Luego, todo Allariz era una fiesta, cientos y cientos de personas llenas de alegría y de ilusión, tomándose sus pinchos, sus cervezas, etc., comentando sus aventuras y derramando todo tipo de ilusiones y consejos para la marcha del día siguiente. Después, nos tenían preparada una magnífica cena de la que formaba parte un jarrete insuperable. Allariz como todos sabemos está precioso, pero es que con este jolgorio, relucía.
La andaina está perfectamente organizada, la organización está en todo, la salida, los controles, los avituallamientos, los servicios de masajistas, los consejos, la señalización del sendero, etc. Parece ser que las inscripciones este año llegaron a las 850 personas entre las que estaban gentes de sitios muy alejados que vinieron expresamente a la andaina. El trazado de la andaina está dividido en tres recorridos que forman como tres lóbulos de una hoja de trébol y todos ellos confluyen en Allariz, el primero de 16 Km., el segundo de 22 Km. y el tercero de 12 Km., lo cual permite reconsiderar siempre el empezar uno de los recorridos.