Como otros muchos sábados, nos hemos dado una vuelta por los aledaños del monte Galiñeiro. Existen por aquí tantos senderos, pistas y caminos que, por muchas veces que recorramos estos parajes, siempre podremos trazar una ruta distinta. Hoy hemos hecho una de esas rutas diríamos que caprichosas, iniciando la andadura en el lugar llamado o Paxase que es donde comienza el PR-G1, aunque nosotros nos hemos desviado de este sendero, muy bonito por cierto.

A unos diez kilómetros del centro urbano de Vigo, se encuentra la parroquia de Zamáns, en el punto más alto del valle del Fragoso, al pie del monte Galiñeiro. En esta parroquia conviven la modernidad, representada por el innovador complejo universitario proyectado por Enric Miralles, y lo tradicional, como lo muestran sus hórreos, fuentes, lavaderos y molinos. Entre los molinos destaca, por su interés y monumentalidad, o muiño de maquías que se encuentra muy cerca de los aliviaderos del embalse que fue en tiempos la reserva de agua para la ciudad de Vigo y sigue hoy en servicio para ayuntamientos limítrofes.

Vale la pena visitar esta vivienda/molino, construcción rural de hermosa factura. En toda la provincia de Pontevedra y en general en Galicia existen multitud de molinos, algunos restaurados, la mayor parte abandonados, pero este de Zamáns es uno de los más interesantes y atractivos. Maquía es la denominación en gallego de maquila, que es o era, tal como reza el diccionario de RAE, la porción de grano, harina o aceite que corresponde al molinero por la molienda.

Tiene muy fácil acceso. Desde la carretera Gondomar-Porriño, casi frente al polígono industrial de Vincios, hay un poste indicador al embalse y, a pocos metros, se encuentra el molino en la intercesión del PR-G1 y el GR-53.

El río Zamáns es la fuente de energía que movía las muelas del molino grande y del pequeño, situado a unos pocos metros.

Hemos inciado el recorrido punto de partida del PR-G1. Un precioso sendero nos lleva desde o muiño de  de maquías hasta el lugar de O Paxase, inicio de recorrido.

Nota: Para ampliar, hacer clic en la imágenes.

A Peneda es un monte en forma cónica que se eleva como un enorme embudo puesto al revés entre los los concellos de Redondela y Soutomaior. En su cima, que tiene una vistas espléndidas sobre la ensenada de San Simón, en la ría de Vigo, hay una ermita, un cruceiro y restos de un castillo.

Con el nombre de A Peneda existen bastantes lugares en el resto de Galicia y norte de Portugal. No lejos de aquí, de Vigo, en el río Arnoia, está la roca de A Peneda, objeto de fuerte polémica a causa de la minicentral que se quiere instalar en tan bello paraje. En Monterroso, Lugo, también tenemos el complejo turístico de A Peneda, y en Portugal el parque nacional de Peneda-Gerês, en la frontera con Entrimo, provincia de Orense, entre otros.

Pero a lo que íbamos. A Peneda que nos ocupa aquí es la de Redondela/Soutomaior. Dejamos los coches en el aparcamiento que hay al lado de la iglesia parroquial, en Soutomaior y a unos dos cientos metros tomamos un vial a la derecha que discurre por el GR-58 o Sendeiro das Greas. Si seguimos las marcas blancas y rojas que jalonan este sendero de gran recorrido, llegaremos a O Viso.

También podemos acortar entrando en el monte, tomando una pista que rodea A Peneda, dejándola siempre a nuestra izquierda y llegaremos al mismo sitio. Desde ahí, continuamos hasta Ventosela, que es donde están ubicadas las Aldeas Infantiles SOS, una organización que se ocupa del alojamiento, manutención y educación de niños sin familia.

Seguimos nuestro recorrido hasta Reboreda, ya en el concello de Redondela. Dejamos las casas del pueblo ycaminando hacia el norte , con un poco de suerte, encontramos el PRG- 94 o Sendeiro Rural de Vigo que nos lleva, si seguimos sus marcas no siempre fáciles de encontrar, hasta el punto de partida.

El cono de A Peneda se insinúa entre la niebla. Más adelante se encuentran hermosos parajes como el de la imagen.

Esa especie de piorno con chimenea es otra muestra del feismo que tanto se da en nuestro rural. Contrasta con la armonía y belleza del Castillo de Soutomaior.

El atrio de la iglesia de Ventosela, al abrigo de los olivos centenarios, es un buen sitio para repostar.

Mapa de la ruta

Este sábado hemos hecho un recorrido por los Outeiros, partiendo del parque forestal de Saians. Llueve con persistencia hasta que llegamos a Chandebrito en cuyo torreiro tomamos la fruta. Entre Chandebrito y el parque de Saians, en un tramo del PR G60 que es el Circular de Priegue, nos encontramos con otro parque más pequeño pero que ahora, en estos días del otoño ya avanzado, presenta un aspecto precioso. Las imágenes siguientes dan una idea de la belleza del sitio.

El hermoso bosque de castaños y carballos está tapizado con profusión de hojas que se extienden como una alfombra de ocre y oro, brillante por la lluvia recién caída. Un poco más arriba, mana agua de la fuente-roca al amparo del joven carballo, rebosante de colores como la paleta de un pintor.

Relucen las tuyas que parecen flotar sobre la hierba. Los fentos verdes del verano cubren  ahora el pinar de un melancólico pardo rojizo.

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