En Sendereando existen dos grupos: el de los sábados, que van a comer a casa, y el de los lunes, que andan a jornada completa. Como el pasado 28 fue el último lunes del año, ya estamos en condiciones de dar a conocer los números del 2015, es decir: cuántos kilómetros hemos caminado y cuántas personas asistieron a nuestras caminatas así como cuántas rutas hicimos a lo a lo largo del año que fenece ya.
Aunque por las rutas de los sábados han pasado 38 personas, en el gráfico, por razones de espacio, solamente aparecen las que han hecho más de 200 km. en total. La media de asistencia ha sido de 11 caminantes por jornada.
Por las caminatas de los lunes han desfilado 18 andarines con una media de 7 por semana. En el gráfico de arriba figuran los que han superado los 200 Km. en el año.
En Sendereando ya estamos preparados para acometer la primera caminata del año nuevo en su segundo día que es sábado, por lo que invitamos a los que nos siguen a que caminen con nosotros deseándole a todos que disfruten de un venturoso 2106.
Ya estábamos avisados. Los pronósticos anunciaban fuertes vientos y chubascos en la costa oeste. Y así fue. Claro que no es la primera vez que los chicos de Sendereando se enfrentan a las inclemencias del tiempo por duras que sean, así que en esta ocasión superaron no sin esfuerzo los vientos de más de 130 Km./h. que, acompañados de fuertes lluvias, hicieron inútiles paraguas y chubasqueros.
Iniciando la caminata en los altos de Viladesuso, con la hermosa costa de Oia a nuestros pies, alcanzamos los lugares de Pousadela y Outeiros do Morozo para descender desde allí hasta la capital del municipio, al borde del mar, en cuya pequeña ensenada se encuentra el monumental monasterio cisterciense de Santa María cuya iglesia, de impresionante fachada, se encuentra en condiciones aceptables porque pertenece a la parroquia pero el resto del cenobio, como no se resuelvan de una vez las cuestiones entre sus propietarios y la administración que impiden la restauración del monumento, no tardará en convertirse en una ruina más.
Desde Oia hasta Casa Paco, que es nuestro próximo destino, nos separan unos 10 Km. que, partiendo de los 23 m. sobre el nivel del mar en donde nos encontramos, hemos de recorrer salvando el fuerte desnivel que nos llevará a casi 6oo m. de altitud por empinadas cuestas, algunas empedradas como si fueran el cauce de un torrente, con el viento soplando en ráfagas que suenan como bofetadas, chubascos que caen sobre nosotros como calderos, los altos pinos y eucaliptos torciéndose dramáticamente, resistiéndose a la violencia del temporal que parece empeñarse con dar con sus copas en el suelo.
Y qué decir de los esforzados caminantes. Vuelan paraguas y chubasqueros como estandartes rotos por el viento que ronca y empuja como un monstruo de ominosas manos, decidido a no dejarnos hasta que, de pronto, el caprichoso eolo se retira sin más aviso devolviéndonos al silencio y la paz de los campos del Señor.
Así estábamos cuando divisamos en la cercanía las primeras casas de Torroña que es el lugar donde se encuentra nuestra cita para celebrar el fin de este año en las caminatas de Sendereando. Variados entrantes, su afamado cabrito estofado y postres de la casa consituyen el merecido festín con que nos regalamos después de tan agitada jornada.
Repuestos, secos y descansados, volvemos sobre nuestros pasos para seguir camino hasta las preciosas Sobreiras do Faro, un bellísimo de paraje a la orilla del río de Viladesuso, que forma una espectacular cascada a su paso por este lugar.
Solamente tres o cuatro kilómetros para recuperar el punto de partida cuando las sombras de la noche oscurecen los caminos que nos llevan hasta allí.
Salimos con las primeras luces
Un calle de Oia
Monasterio de Santa María
El monasterio visto desde las alturas
La costa de Oia
Negra amenaza
EL temporal arrecia
Vientos de más de 130 Km./h.
El río de Viladesuso en «As sobreiras do Faro»
Los restos de la cuchipanda
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
24,620 Km.
7 h.43 min.
Alta
Temporal
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Trilho dos passadiços es en portugués lo que en castellano llamaríamos Ruta de las pasarelas. Y es que la citada ruta se encuentra en Portugal, en el municipio de Ponte de Lima, parroquias de Bertiandos y San Pedro de Arcos. Se trata de un espacio protegido formado por un extenso humedal que solo es posible recorrer a través de las numerosas pasarelas de madera que lo cruzan en todas direcciones.
Algunos de Sendereando ya anduvimos por estos parajes hace años y nos satisface poder afirmar que se encuentra en perfectas condiciones de conservación. Baña estas tierras el Estoraos, que va a desembocar en el Lima, el gran río que da nombre a la hermosa villa portuguesa de Ponte de Lima.
El Lima o Limia es un río hispano-portugués que nace en Ourense y desemboca en Viana do Castelo. Fue llamado Lethes por los antiguos romanos que creían que tenía la misma propiedad de borrar la memoria que el mitológico Lete o Leteo.
Allá por el 138 A.C. el general Decimo Junio Bruto Galaico, viéndose en la necesidad de vadearlo, cruzó el río y fue llamando por su nombre a sus soldados que, asombrados, pasaron al otro lado y con eso se acabó la leyenda del río robamemorias.
En Xinzo de Lima celebra en agosto la Fiesta del Olvido, A Festa do Esquecemento, y en Ponte de Lima han elevado un pintoresco monumento en la orilla derecha que representa al general romano montado en un brioso corcel blanco, indicando en una placa que fue en este lugar en donde se produjo la histórica decisión.
Lo que es claro es que el general romano no pudo estar en los dos sitios a la vez, así que a ver si se ponen de acuerdo portugueses y españoles para que nos enteremos del lugar en dónde ocurrió el suceso si es que ocurrió.
Volviendo a la ruta, hemos de afirmar que es una caminata muy cómoda, toda llana, sin cuestas. La primera parte discurre por los terrenos de As Lagoas entre la vegetación propia de estos lugares de cuyo detalle se encuentra amplia información en el Centro de Interpretación de esta zona especial.
Es recomendable recorrerla en tiempo de lluvias, pues durante el estiaje pierde parte de su encanto al quedar casi seco el humedal.
Una vez abandonado el parque, nos dirigimos a Ponte de Lima por la ecopista, un estrecho sendero a lo largo del río que nos lleva hasta la hermosa villa portuguesa, hoy presa del ajetreo de la feria que allí se celebra con cientos de puestos en los que se puede comprar desde unos zapatos hasta un kilo de nueces.
En el Restaurante Gaio, a pesar de estar a tope por lo de la feria, nos atienden estupendamente con un plato de bacalhao como solo los portugueses saben hacerlo que nos deja a todos contentos y satisfechos para, después de dar un paseo por las animadas calles de la villa, volver a pasar por A Ponte Velha y regresar por donde habíamos venido al Solar de Bertiandos, inicio y remate de esta cómoda y bonita jornada.
Un rincón del humedal
Una de las pasarelas
Aquí había sitio para muchas lavanderas
La «ecopista» al borde del río
Hay muchos recorridos en «As Lagoas».
Interior del Centro de Interpretación
Con el romano que cruzó el río del olvido
A Ponte Velha
Río Lima
Largo de Camôes
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
25,440 Km.
6 h. 3 min.
Fácil
Nubes y sol
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Dentro de pocos días el invierno oficial entrará en nuestra vidas, despojará de sus hojas a los caducifolios, agostará el verde de las praderas y secará definitivamente las flores que aún estaban marchitas. El cruel invierno desnudará los bosques extendiendo sobre nuestros valles y ríos su gélida sombra y la naturaleza, aterida y temerosa, se encogerá bajo su dominio hasta que la primavera regrese con su mensaje de vida y alegría.
Así lo hemos sentido en la preciosa ruta de este lunes. La del alba sería cuando iniciamos nuestra caminata en la Rectoral de Fofe, hoy Casa Rural, un lugar excepcional para quien quiera pasar un tiempo de paz y silencio en este hermoso rincón de la campiña covelense.
Poco a poco se van marchitando los ocres y los dorados con los que el otoño viste los espléndidos bosques de ribera que acompañan al río Tea en su recorrido por tierras de Fofe y Maceira hasta su encuentro con el río Caraño en cuyas orillas se levanta la otra rectoral del camino, la de Barcia de Mera, un espacioso caserón cuya imponente fachada con exóticos motivos aztecas es la admiración de los que la conocen.
Ya camino de regreso a Maceira la lluvia, que amenazaba en el encapotado cielo, hace ahora acto de presencia y no se detiene hasta llegar a los aledaños de la parroquia que alberga su único restaurante, el Río Tea donde, mientras los parroquianos juegan a la brisca, los de Sendereando se meten entre pecho y espalda un cocido de los que exigen una pausada digestión lo cual significa para estos andarines un marcha adicional de cuatro o cinco kilómetros que, añadidos a los dieciocho de la mañana, justifican de sobra tal festín.
Antes de que oscurezca, tras regresar al Tea, caminamos un buen rato por su margen derecha hasta llegar al aserradero de Os carranos, un antigua fábrica de carros del país (de ahí lo de carranos) que usaba como energía el agua de río Vixiáns y como materia prima la madera, casi siempre carballo, de los bosques lindantes.
Nos desviamos del río y encaramos una antigua calzada, seguramente obra de los romanos, que nos lleva a la iglesia de Fofe, muy cerca de la Rectoral que fue el inicio de nuestra andaina de hoy.
Hay que pensárselo bien antes de cruzar
Senderos de romántica hermosura
Hay donde elegir
Aquí ya no queda nadie
Muiños de Portofurado
Fachada de la rectoral de Barciademera
Pasos de Lourido en el Tea
Nº Sª da Esclavitude
El Tea en Maceira
El otoño aún conserva sus colores
Pronto estarán en pepitoria
Aserradero de «Os carranos»
Puente romano
En la Rectoral de Fofe hoy Casa rural
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
22,16 Km.
7 h. 12 min.
Media
Chubascos
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Con este original dibujo de Moncho Ilarri, amigo y seguidor de Sendereando, queremos expresaros nuestros deseos de que disfrutéis de una hermosa y feliz Navidad.