En Arbo, por estas fechas, celebran la Fiesta de la lamprea desde hace cincuenta y tres años, aunque el mencionado ciclóstomo tan feo de aspecto como apreciado en la mesa, hace miles de años que sube del mar para desovar en la fuertes corrientes del río Miño a su paso por este municipio. La lamprea y el vino del Condado son sus dos señales de identidad.
Nosotros lo hacemos desde hace cuatro años, organizando una caminata por estos lares de manera que la jornada de la mañana remate en uno de los templos gastronómicos del citado manjar como es el Mesón de la lamprea, en Cabeiras, una parroquia cercana a la villa arbonense.
Basamos nuestro recorrido en la I Andaina de la lamprea organizada por el Concello de Arbo, una preciosa ruta por las orillas del río Deva y por los senderos de pescadores del Miño. Nos topamos con parajes de gran encanto como el puente de San Xoan de Mourentán, del siglo XVVIII, en cuyas inmediaciones tuvo lugar una dura batalla de los vecinos contra las tropas napoleónicas. Parece ser que fueron derrotados pero se comportaron heroicamente. Hay por allí una minicentral, un antiguo aserradero restaurado y un muiño de dos infernos.
Siguiendo por la margen derecha del Deva, llegamos a su desembocadura en el Miño del que recorremos un largo tramo por el sendero de pescadores que nos lleva hasta su encuentro con la carretera bajo el puente del tren. Por aquí hubo en los años cinuenta y sesenta intenso tráfico de contrabando. Desde allí contemplamos la fuerte corriente del gran río, en cuyas orillas han construido desde tiempo inmemorial las famosas pesqueiras, ingenios en piedra diseñados para capturar el preciado manjar.
Dejando atrás el río subimos hasta la villa de Arbo y desde allí seguimos ascendiendo hasta alcanzar la iglesia de Cabeiras, a pocos metros del Mesón de la lamprea donde nos espera un apetecible aperitivo en su bodega a base de jamón y vino del Condado para seguir después con la degustación de la lamprea y también cabrito para quien no gusta del ese pez tan feúcho pero tan sabroso para sus seguidores.
Lamprea seca y a la bordelesa precedidas de una rica empanada de lo mismo todo regado con vinos tintos y blancos de la zona y seguido de una variedad de postres que van desde el requesón de As Neves hasta las filloas con miel y otras lindezas que tientan al más austero paladar constituyen el menú de este día especial.
Anima la sobremesa nuestro entrañable Dietmar con su acordeón a cuyos compases entonamos cantos de la tierra y hasta hay quien se marca unos pasos de baile por el amplio salón.
Alegres y eufóricos después de tan estupendo festín, emprendemos la caminata de la tarde con la sorpresa de un fuerte chaparrón, inesperado a estas horas después de haber gozado de una jornada casi soleada. Nos lo tomamos con calma pero como dice el refrán «nunca choveu que non escampara» así que cuando llegamos al punto de partida había vuelto la calma y el buen tiempo por lo que emprendimos el regreso felices y contentos con la esperanza de volver el próximo año y pasarlo así de bien.
- Al arcoiris nos saluda en el inicio
- El río Deva en su camino hacia el MIño
- Portugal al otro lado del MIño
- Puente de Mourentán
- Bajo el puente
- Muiño en Mourentán
- Minicentral en el Deva
- Memoria de una derrota
- El Miño por Arbo
- Brindando entes de la lampreada
- La protagonista del día
- Preparados para el festín
- Dietmar y su acordeón
- Por la tarde chaparrón
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
21,350 Km. | 6 h. 12 min. | Fácil | Nublado |
Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.