Los números de 2016

Se acaba el 2016 y es hora de hacer números. Los números tienen fama de ser fríos y parece que solamente las letras son las adecuadas para contar historias pero detrás de los gráficos y las cifras que se exponen a continuación hay mucho que contar.

Ellos son la expresión de muchas experiencias siempre estupendas, de los repetidos esfuerzos para salvar las dificultades que presenta el camino que son la sal de nuestro contento cuando alcanzamos aquella cima o rematamos una larga jornada.

Con estos números van los nombres de los esforzados y entusiastas caminantes de Sendereando, los de La caminata sabatina y los de Los lunes al sol y los nombres de las rutas que nos recuerdan los preciosos paisajes con que nos premia el hermoso solar por el que discurren nuestras andanzas.

La Caminata sabatina

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Aunque a lo largo del año han sido casi cuarenta los que han participado en alguna ruta solo los más constantes aparecen en el gráfico pues la pirámide no da para más. Todos han sido bienvenidos y a todos esperamos en el próximo año.

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Los Lunes al sol

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Los componentes de Los Lunes al sol son gente veterana, casi todos jubilados, de edad provecta pero con energía y ánimos suficientes para caminar durante todo el día desde tempranas horas hasta que se pone el sol, codiciosos de la hermosura que nos ofrecen los incomparables parajes de nuestra tierra.

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La última del año

Era último lunes del año y con él también la última caminata de 2016. Escogimos para este día una ruta cerca de la ciudad para rematarla con un ágape especial y celebrar así tan especial acontecimiento partiendo de buena mañana del centro de Matamá, la parroquia viguesa que linda con el río Lagares. Aún es de noche cuando unos cuantos salimos caminando desde Las Traviesas iluminado por el alumbrado urbano y entre el escaso tráfico que  hay a tan tempranas horas para encontrarnos en la explanada del cementerio con el resto de los componentes de Los lunes al sol hasta completar la docena de andarines.

Dejando atrás los silenciosos habitantes del camposanto, pronto nos topamos con las fincas que rodean la parroquia, a estas horas con su brillante hierba mojada y algo de escarcha caminando a lo largo de los encantadores carreiriños que cruzan estos campos hasta adentrarnos en los montes y pinares con alguna carballeira de por medio que pueblan los aledaños de este Vigo rural. No  tardamos en alcanzar el parque forestal de Monte dos Pozos, en la vecina parroquia de Valladares, que cuenta con un magnífico mirador sobre la bahía de Vigo inhabilitado en esta mañana por la espesa niebla.

No lejos de allí se encuentra el monte Alba, una de las atalayas más visitadas del entorno de la ciudad desde donde, en los días claros, se puede contemplar una espectacular panorámica de la ría.

Sigue la ruta por pistas forestales y estrechos senderos, ora por umbríos pinares ora por verdes campas, hasta dar de nuevo con el asfalto que anuncia la proximidad del paisaje urbano con su ruidoso y espeso tráfico del que, de alguna manera,  nos evadimos al tomar el paseo del río Lagares que nos lleva por su orilla hasta las inmediaciones del estadio de Balaídos y desde allí a la calle Florida que es donde se encuentra el restaurante Novo Vidal en cuyo comedor nos espera la mesa bien servida para los catorce comensales que allí nos reunimos con el fin de  celebrar  los doce meses en los que, casi sin interrupción, semana semana, hemos gozado del privilegio de patear todos los caminos que se pusieron a nuestro alcance con lluvia o con sol, con viento o con calma, disfrutando siempre del placer de senderear.

Marisco de varias clases, pescados variados, carnes a elegir, postres y vinos de calidad constituyeron un auténtico festival gastronómico en medio del cual los eternos valores de la amistad y el compañerismo fueron los principales ingredientes para hacer de esta jornada el más feliz acontecimiento.

Después de brindar con nuestras copas en alto, alegres y esperanzados, por que el próximo año nos sea tan propicio o más que el pasado,  tanto para nosotros como para los seguidores de Sendereando, recogemos nuestros bártulos y emprendemos el camino de regreso al punto de inicio cuando la tarde va cediendo su luz a la temprana noche de este lunes del invierno que acaba de comenzar.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
21,900 Km. 6 h. 34 min. Media Despejado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

Valga navideño

O carballo das cen polas
ten a follas reviradas
que llas revirou o vento
unha mañá de xiada.

Desde que se terminó el verano y ya a las puertas del invierno este lunes fue el primer día en el que nos topamos con los campos cubiertos de escarcha y una temperatura que rondaba los cero grados.  Unha mañá de xiada…

En este tiempo frío de amaneceres tardíos,  la mañana se despereza con lentitud, los campos están cubiertos con la blanca pátina que forma la helada y así se mantienen hasta bien entrado el día. También en  los caminos, en sus tramos umbríos, se forman capas de hielo  con el consiguiente riesgo de pegarse un resbalón. Pero tiene su encanto ver el campo así.

Iniciamos la ruta en el Belén Artesanal de Valga, con el objetivo de visitarlo al rematar la jornada. Salimos del casco urbano y nos dirigimos a la iglesia de Santa María de Sanza, un  espléndido ejemplar  del románico rural.  Enlazamos después con el tramo del Camino de Santiago para llegar a la capilla de Nª Sª da Saúde levantada en honor de los soldados gallegos que lucharon contra las tropas napoleónicas. Desde allí a las Fervenzas de Pedrafita o Raxoi sólo queda una  carreiriña de can.

Esta fervenza se encuentra en un lugar de portentosa belleza y consta de varias cascadas que desde lo alto van descendiendo hasta el río Valga que junto con O Rego de Ferreño dan forma a tan extraordinario espectáculo y eso que en este tiempo de escasas lluvias no se muestra en todo su esplendor. Un larga pasarela de madera permite al caminante recorrer el tramo del río hasta el inicio se la cascada.

Abandonamos tan idílico paraje para dirigirnos a Os Martores, una pequeña aldea en donde nos sorprende la presencia de un gran cochino pendiente de la viga del cobertizo ya preparado después de la matanza. Mantenemos una corta conversación con los dueños de ese almacén de comida que es tan robusto animal que los proveerá durante gran parte del año de chorizos, chicharrones, costilletas y jamones entre otras delicias de las que se obtienen del porcino sujeto.

Pasadas las localidades de Laceiras y Cedelo, entramos de nuevo en Valga por la parte del Concello en cuyos aledaños se encuentra el parque presidido por la efigie de La Bella Otero,  estrella rutilante de la Belle Epoque, nacida en esta localidad.

Llega la hora de la pitanza en casa Couceiro desde donde nos desplazamos dando un rodeo por el río hasta la casa que alberga el Belén Artesanal en Movimiento de Valga mencionado más arriba.  Es el más grande de Galicia con más de tres mil piezas representando numerosas escenas de la vida rural y también acontecimientos de actualidad.

En realidad de lo que se entiende por Belén hay muy poco, apenas el establo y unos pastores, pero el resto es una exposición de los más variados escenarios tanto de la vida política como social y costumbrista. Como dice su título es muy artesanal. No tardará en aparecer algo similar pero basado en las modernas tecnologías sustituyendo los viejos artilugios por figuras robotizadas impresas en 3D.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
24,230 Km. 6 h. 23 min. Media Despejado 

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Chozos del Suído

Fue en agosto del 2012 cuando los pocos que formábamos en aquella ocasión el Sendereando de los lunes nos decidimos a realizar esta ruta de la que ya hay noticia  en este sitio con el título de Los «chozos» el Suído.

Aunque estábamos en agosto el día se presentó gris, nublado y frío y hasta con lluvia en algunos tramos. Sorprendentemente en este lunes 12 de diciembre, muy cerca ya del invierno, disfrutamos de una espléndida jornada de cielo azul, sol radiante y temperatura ideal para caminar por las alturas de la sierra del Suído, esta vez por su vertiente ourensana en el muncipio de Avión.

Con pequeñas variantes, hemos hecho un recorrido similar al de aquellas fechas. Los chozos siguen en su sitio en las mismas condiciones aunque hemos encontrado que las entradas de algunos estaban tapiadas. Únicamente el tramo de bajada a Mangüeiro estaba bastante cerrado de tojos y maleza lo que dificultaba su tránsito. El resto, bien.

Una vez pasado el Regueiro do Canguiño, a unos 800 m., del punto de partida, acometemos la subida al Alto do Barazal colonizado como casi toda la sierra por los generadores eólicos cuyas aspas, en un día como éste soleado y sin viento,  permanecían en calma, sin el sordo ronroneo que es habitual en estos lugares.

Vamos pasando de un chozo a otro admirándonos de su robusta construcción obra, seguramente, de los mismos que cuidaban el ganado. Allí  hacían vida durante todo el invierno en días mucho más duros que el que nos tocó a nosotros en suerte.

Dejando atrás el último que es el de Mangüeiro, bajamos hasta el lugar del mismo nombre vecino de Por de Lapa que es en donde se encuentra el Bar Chaira en donde nos tienen preparada la pitanza, exclusiva para el grupo, a base de frijoles y pollo con arroz. Lo de los frijoles se debe a que en esta comarca abundan los emigrantes retornados de Méjico, algunos famosos y acaudalados, con imponentes mansiones de granito que salpican estas aldeas. También llaman la atención los cobertizos amueblados con largas mesas de piedra o madera acondicionados para grandes reuniones familiares y amigos durante las fiestas locales como la del Rosario aquí, en Mangüeiro.

Bajamos después hasta las orillas de los ríos Abelenda y Avia que en realidad son el mismo que en la parte de Abelenda recibe su nombre y después del pontillón se convierte en el joven Avia, el gran río que riega las tierras del Ribeiro.

Los rayos del sol vistiendo de oro las hojas de carballos y ameneiros iluminan con la magia del suave atardecer la hermosa corredoira alfombrada con la ocre hojarasca con la que este marchito otoño  ha decorado el camino que nos queda, bordeando el río,  para regresar a Por de Lapa, inicio y fin de nuestra ruta.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
22,14 Km. 6 h. 23 min. Media Despejado

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

Ajuar del senderista

Los orígenes de Sendereando como grupo de caminantes se remontan a más allá de los años ochenta del siglo pasado habiendo pasado por sus filas cientos de aficionados a este sano y gratificante ejercicio de patear valles y montañas. Algunos, pocos, aún venimos de aquellos tiempos y somos los más veteranos pero hay cientos que nos han acompañado en diversas etapas permaneciendo un período con nosotros y abandonando al cabo de un tiempo por las más diversas razones pero el grupo se mantiene siempre vivo regenerándose, reinventándose a si mismo continuamente.

Ocurre con frecuencia que los que se apuntan por vez primera a esta grata experiencia se admiran al ver cómo los más veteranos van equipados. Gorros, botas, parkas, camisetas. bastones, polainas, pantalones… Es que, advierten los más experimentados, senderear no es simplemente pasear. «Oh sí, yo camino bastante, 6 o 7 Km. todos los días por las calles tal y cual».  Eso es pasear y para ello no hace falta ningún equipo especial. Pero cuando te enfrentas a caminos pedregosos, al calor, a la lluvia y a los temporales,  si no vas bien equipado el placer de caminar puede convertirse en una tortura.

Así que respondiendo a las preocupaciones de muchos de los que empiezan y preguntas que nos llegan a Sendereando ahí van unas cuantas sugerencias. Comenzamos por la cabeza y acabaremos por los pies.

Una visera ligera y repelente al agua no vendrá mal para protegerse del sol y del viento. Si hace frío las hay con orejeras y se ahorra uno las  bragas que son esa especie de bufandas cortas que protegen la cabeza el cuello y la boca. Si hace calor, el que esto suscribe mete un pañal por debajo de la gorra, de aquellos que se usaban antes de que aparecieran los modernos acolchados. Estos, que solo se encuentran en Portugal, están hechos  una tela muy absorbente  que se queda con todo el sudor que se produce en la largas caminatas al sol.

Si continuamos hacia abajo nos encontramos con la ropa de protección interior y exterior. Camisetas térmicas, polos transpirables, técnicos, de muchos y tipos y modelos. En cuento a lo externo la cosa es más complicada, sobre todo cuando llueve. Deben ser prendas ligeras porque, aunque al comienzo de la jornada puede hacer frío, a medida que el cuerpo va produciendo calorías la ropa comienza a sobrar. Hay que seguir el sistema cebolla, de capas. Mejor será vestir varias prendas ligeras que una sola e ir desprendiéndose de ellas gradualmente como si fueran las capas del mencionado tubérculo.

El mayor problema con las prendas de abrigo es la lluvia. Capas, parkas y chubasqueros los hay de mil modelos y calidades. Las prendas que tienen membranas microporosas que dejan pasar las moléculas de aire pero no las de agua según dicen los fabricantes además de ser muy caras acaban cogiendo un peso exagerado al mojarse aunque, eso sí, pueden resistir una columna de agua de 20.000m mm. y son bastante transpirables. Las capas y chubasqueros no pasan de los 2.000 mm. y producen bastante condensación en el interior por lo que se recomienda que sean de abertura frontal para ventilar cuando no llueve. En mi opinión lo mejor en tiempo de lluvia, si no hace mucho viento, es una de estas capas y un paraguas y llevar en la mochila un repuesto de la ropa interior.

Seguimos bajando y llegamos a los pantalones. Un poco más de lo mismo. Para tiempo de lluvia los hay muy caros con revestimientos interiores que los hacen muy pesados.  Los  de plástico impermeables para llevar por encima de los corrientes son muy incómodos.  Un seguidor de Sendereando que entiende de esto me recomendó unos pantalones especiales para senderismo, que aunque no son impermeables sí son bastantes resistentes al agua y transpiran al mismo tiempo. En tiempos de lluvia con estos y unas polainas, además del paraguas, va uno perfectamente.

Y por fin quedan las botas. Marcas y modelos hay un montón. Como con frecuencia pisamos sobre terrenos irregulares y llenos de piedras, es necesario que el piso sea moderamente duro y poco resbaladizo. El cuerpo de la bota debe ser semirígido y con membrana impermeabilizante  y transpirante. De esos también hay a mazo en el mercado. El caso es acertar con el modelo adecuado. Hay a quien le duran años y a quien le entra agua a los dos meses. De todas maneras es recomendable llevar siempre un par de calcetines de repuesto.

Otro día nos meteremos con los pertrechos tales como la mochila, bastones  y otros accesorios.