El 2022 está en las últimas y ya no quedan sábados ni lunes para senderear en este año, así que ya es tiempo para resumir en cifras los datos correspondientes a las caminatas de los sábados y los lunes.
En lo que respecta a los kilómetros solamente se indican, por motivos de espacio, los que hicieron más de 100.
Hacemos votos para que, en el ya cercano 2023, podamos seguir disfrutando de esta sana afición que nos lleva a recorrer los montes, ríos y valles de nuestra tierra expresando desde aquí nuestro sincero deseo de que el año que viene reparta felicidad y salud para todos.
Uno de los hitos más interesantes de la ruta de este lunes es el de los Pasos de Tatín sobre el río Tea. Reciben también los nombres de poldras o pasadeiras. Se trata de grandes piedras en forma de dados colocadas sobre el cauce del río para permitir vadearlo saltando de piedra en piedra.
Parece ser que ya en tiempo de los romanos existían estas construcciones que sustituyen a los puentes que son de construcción mucho más cara y elaborada.
En los ríos gallegos hay muchos ejemplos de estas curiosas pasarelas de piedra. En el Tea, además de estos de Tatín, conocemos los pasos de Lourido en Covelo, los A Costa en Casteláns y los de Maceira.
En esta ocasión la ruta transcurría perpendicular a los Pasos de Tatín sin que fuera necesario atravesarlos pero tampoco lo hubiéramos hecho con el río tal como estaba en esta mañana, crecido, con sus aguas casi rebosando las grandes piedras en fuerte corriente que hacía muy peligroso el paso.
Iniciamos la marcha en Cernadela, pasando muy cerca de su antiquísimo puente pasa continuar hasta la aldea de Foxaco y seguir por pistas forestales y caminos entre fincas y pinares hasta los puentes de Sabaxáns y Mera.
A partir de ahí, tras un par de kilómetros por carretera, acometemos el sendero que discurre a lo largo de la orilla izquierda del Tea por unos parajes de gran belleza que nos llevan hasta los citados Pasos de Tatín.
Sigue en sendero cuesta arriba para salir de nuevo a la carretera por la que ascendemos hasta las primeras casas de Mondariz Pueblo para bajar hasta los aledaños de Mondariz Balneario, ya muy cerca del lugar en el que habíamos iniciado y ahora finalizamos esta caminata.
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
17,030 Km.
5 h. 01 min.
Media
nublado
Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.
Conocimos el Xabriña allá por el 2009 y desde entonces han sido muchas las ocasiones en las que hemos vuelto por allí siendo la última este lunes, casi trece años después.
Cada vez que recorremos sus riberas siempre nos asombra y admira la maravillosa hermosura de estos parajes y nos sorprende el cuidado y atención que le dedica la Junta de Montes de Paraños que mantiene la ruta perfectamente señalizada y los caminos despejados.
Un caso excepcional y ejemplar de mantenimiento de esta joya etnológica y paisajística a lo largo de los años.
Pasadas las poblaciones de Corzos y A Lamosa, entramos en la ruta del Xabriña que nos lleva por su ribera derecha hasta la aldea de Paraños en donde regresamos al río para abandonarlo cerca de O Muiño da Feixa desviándonos por el sendero que nos lleva a la pista por la que los peregrinos suben en procesión con sus imágenes al santuario el día de la romería de las Pascuillas que se celebra el Lunes de Pentecostés.
Dejamos A Franqueira para desviarnos por las pistas que nos conducen entre pinares hasta el lugar de Cebreiro en cuyo restaurante O Eido do Monte damos cuenta del tradicional cocido que aplaca las hambres provocadas por la dura ascensión que, como tramo final, hemos tenido que salvar para llegar hasta aquí.
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
19,160 Km.
5 h. 41 min.
Media
Sol y nubes
Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.
Esta vez comenzamos la caminata en Barrantes, una parroquia del concello de Ribadumia insertada en el hermoso valle del Salnés que, desde la cara norte del monte Castrove, extiende sus tierras hacia la ría de Arousa con fértiles vegas regadas por el río Umia en el que fluyen los regos de Armenteira y San Martiño y en las que se cosecha el rey de los blancos gallegos, el albariño.
De allí, pegadito al restaurante Os Castaños, parte el camino que nos lleva por la ruta Da Pedra e da Auga, un precioso sendero por las riberas del Rego de Armenteira que, no por más visitado, pierde su encanto. A lo largo de los años lo hemos recorrido en ambas direcciones y desde variados inicios, ya sea desde el Monte Castrove bajando al río y regresando por el San Martiño, ya desde la iglesia de San Salvador de Meis, subiendo al monte y recorriendo los cursos de ambos entre otras variantes pero disfrutando siempre de la inmarcesible hermosura de estos parajes.
La ruta que recorre aguas arriba O Rego de Armenteira es un paseo bien pavimentado con iluminación, pasarelas de madera y hasta la atracción de una Aldea labrega en la que se exponen reproducciones de los elementos más representativos de una idealizada aldea. Recuerda un poco, salvando las distancias, la Ciudad dos Pequenitos de Coimbra.
Es un paseo apto para todos los públicos, fácil de recorrer y muy atractivo por la belleza de sus viejas piedras cubiertas de musgos, los rápidos del río rebosando espuma, los viejos árboles de las riberas, sus muiños, unos en ruinas, otros restaurados y en funcionamiento.
El paseo culmina en los aledaños del gran monasterio benedictino en donde dice la leyenda que habitó Don Ero, su fundador, el monje que quedó dormido por el canto de un ave y despertó un siglo después para regresar al cenobio y explicar el milagro: había visto el paraiso y comprobado que cien años no eran nada al lado de la eternidad.
Desde Armenteira, el lugar en donde se encuentra el monasterio, seguimos monte arriba por el Castrove y por pistas forestales y escondidos caminos llegamos al inicio de la senda de O Rego San Martiño, de menor entidad que el de Armenteira, más silvestre y sin los cuidados de aquel pero también lleno del encanto de estos espacios fluviales. Siempre río abajo, pasada la iglesia de San Salvador de Meis, muy cerca de la autovía de la Rías Baixas, alcanzamos el sendero común que no lleva de nuevo al Armenteira hasta su encuentro con el sitio en el que iniciamos esta bonita jornada.
Antiguo lavadero
Iglesia en la Aldea labrega
Otro detalle de la Aldea
El Armenteira
Abundan los muiños
Algunos restaurados
El cenobio de Don Ero
Avenida en el Castrove
Verde primaveral
Parajes umbríos
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
21,100 Km.
5 h. 34 min.
Media
Sol y nubes
Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.
A quien madruga la naturaleza le regala espléndidos amaneceres. Con una gama de grises y rosas en el cielo iniciamos la ruta.
Al pie de la fortaleza donde un día paseó Pedro Madruga o Doña Urraca dejamos nuestros coches. Rodeamos el Castillo de Villasobroso empezado a construir en el siglo IX e iniciamos la ascensión entre bosques. Una mañana fría en la que se agradece entrar en calor a base de patear.
En una curva del camino el paraje cambia, bancales de nueva construcción dan un aspecto terroso al hasta ahora verde paisaje. Atravesamos una plantación reciente. Una gran extensión de viñedos cubre una loma de la colina orientada al sur.
Continua nuestro camino subiendo y bajando, hasta el monte de A Picaraña a 358m. de altitud. Desde allí contemplamos, como en otros tiempos Pedro Madruga, el Valle del Tea.
Desde esa altitud la panorámica envuelta en niebla es atravesada por ligeros rayos de sol, y podemos ver toda la comarca del Condado. Unos pasos más allá del área de descanso, una cruz de piedra sobre grandes penedos.
En A Picaraña se construyó en 1907 una capilla un tanto atípica para el paisaje gallego. Capilla blanca, circular y abierta, cuya parte posterior en piedra, se mimetiza con el paisaje pareciendo un penedo más.
Iniciamos la bajada, encontrándonos con un tramo dificultoso por el desnivel a salvar y lo inestable del removido terreno. Ponemos rumbo hacia uno de los enclaves de más interés histórico del Ayuntamiento de Ponteareas: el Castro de Troña, de planta oval. Bien de Interés Cultural desde 2009. Situado en el monte llamado Doce Nome de Xesús a 280 m de altitud. Observamos su foso y las múltiples construcciones de planta circular, oval y cuadrada.
En la ermita que existe en la parte alta del Castro, los esqueletos de dos majestuosos robles quemados en su interior, hicieron las delicias de algunos que los convirtieron en improvisado photocall. Otros divagaban sobre que los habrá dejado en tal estado.
Al fin llegamos al paseo del río Tea. Allí vemos un recuerdo del pasado suntuoso de este ayuntamiento de Mondariz Balneario.
La fuente de Troncoso, un edificio con bonita escalinata doble abandonada hoy, cierres y pasamanos forjados en hierro deteriorados, dan cuenta del paso del tiempo. Llegamos al restaurante Casa Rivero, donde nos esperaba nuestro amigo José, para festejar con nosotros su cumpleaños. Hoy no hizo ruta, no por falta de ganas sino por prescripción médica.
Un rico, elaborado y bien presentado menú, un buen Rioja y espumoso gallego invitación de José, dejaron satisfechos a los caminantes.
La sobremesa se alargó. Se homenajeó con una gran medalla de «oro» a Elvira, como ganadora con 1.814 kilómetros del año 2019. La emoción no la dejó articular palabra.
Quedaban por delante casi 6 km. hasta llegar al punto de salida. En ausencia del «Jefe», los caminantes hicieron un poco de trampa atajando por miedo a que les sorprendiera la oscuridad.
Un día perfecto, caminar en buena compañía, como muchos otros de los que se disfrutan en Sendereando.
Texto de Carmen Cochón.
Amanece
Castillo del Sobroso
Río Tea
Nieblas en el valle
A Picaraña
Capila de A Picaraña
Castro de Troña
Tronco quemado con chica dentro
Santa Tecla
Fuente de Troncoso
¡Feliz cumpleaños!
Mordiendo el oro
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
23,990 Km.
7 h. 24 min.
Media
Nublado
Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.