Monte Castro Valente

A nuestros amigos de la España interior que nos acompañan en nuestras andanzas por estas tierras una de las cosas que más le sorprende es la profusión de casas y aldeas desparramadas entre valles y montañas a veces en lugares que, vistos desde lejos, parecen inaccesibles en contraste con los pueblos de la meseta separados unos de otros por kilómetros de campo yermo o cultivado pero sin población alguna entre ellos.

Así es Moroño, la aldea en la que iniciamos nuestra caminata de este lunes, a pocos kilómetros de Pontecesures, encaramada en la ladera del Castro Valente desde cuyo mirador, a poco más de 300 m. de altura, puede contemplarse en una mañana como la de hoy el valle del Ulla en todo su esplendor, el ancho río de un azul intenso cruzándolo entre las villas de Pontecesures y Padrón, no lejos de su desembocadura en la ría de Arousa.

El primer tramo de la ruta, el de la mañana, discurre por pistas forestales, monte arriba a lo largo de unos 6 km. de ascensión. Nos desviamos unos cientos de metros para visitar A Pedra da Serpe, un roca con inscripciones neolíticas de las que tanto abundan en los montes gallegos. Puestos de nuevo en la ruta, subimos hasta el mirador ya citado y desde allí toca bajar hasta las inmediaciones de Pontecesures donde, en el límite con el concello de Valga, hacemos un alto para descansar y reponer fuerzas.

Después de la agradable colación emprendemos el regreso al punto de partida dejando atrás las calles de la villa hasta el puente que la separa de su vecina Padrón. Tras un tramo de pista asfaltada, enlazamos con el sendero paralelo a la acequia que transporta el agua a Pontecesures desde la presa construida Ulla arriba cuyo último registro coincide con los aledaños de Moroño, la aldea en donde comenzamos y rematamos nuestro recorrido.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
20,380 Km. 7 h. 12 min. Fácil Soleado

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Entre el Verdugo y O Cando

Nuestro amigo y compañero de fatigas José Luís, alias «dasparrandas» en la jerga de wikiloc, diseñó para este lunes una preciosa ruta que, comenzando en la aldea de A Gateira en plena sierra de O Cando, baja hasta el río Verdugo en el punto donde una minicentral hidroeléctrica lo oculta tras un fea construcción que encierra el ingenio por medio del cual se transforma en electricidad el caudal del hermoso río que baja menguado a partir de allí.

Desde los 376 m. de altitud a los que se encuentra la citada central, hemos de ascender hasta los 963 m., que es el punto más alto de la sierra coronada, como ocurre con frecuencia en nuestros montes, por el consabido parque eólico cuyos aerogeneradores estaban casi a pleno rendimiento en esta mañana fría y lluviosa en estas alturas que no así  más abajo en donde la temperatura era moderada y el viento una suave brisa.

Grandes manchas marrones formadas por los helechos secos cubren el monte en estos parajes desnudos de arboleda pero desde donde se nos ofrece el bellísimo cuadro de la frondosa vegetación que viste las riberas del río Verdugo con los hermosos colores, verde, ocre y añil, de los caducifolios.

Ya cerca del valle enlazamos con el PRG 135 o Roteiro da Escuadra que va desde el lugar de O Peso hasta la capilla de Santa Mariña en plena sierra de O Cando. Nos desviamos en O peso para continuar con el diseño original que nos lleva hasta la parroquia de Antas en cuyo Casino nos espera una estupenda Carne o Caldeiro que restituye energía a nuestras mermadas fuerzas después de los 18 km. que hemos recorrido para llegar hasta aquí. Enlazamos ahora con un tramo de O Sendeiro da Liberdade llamado también Tras os Pasos do Río Barbeira, otra bonita ruta de la que ya hay noticia aquí, en Sendereando, topándonos de nuevo con el Verdugo el cual hemos de vadear, cerca del lugar de A Vincurada, por unas hermosas poldras o pasos, grandes mojones de piedra que permiten atravesar el río sin tener que sumergirse.

Entre bosques de carballos, algunos castaños y muchos eucaliptos, salimos a la carretera, muy cerca ya del punto de partida a donde llegamos cuando la luz de la tarde comienza a menguar lo cual ocurre cada vez más temprano en este tiempo antesala del inminente invierno.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
24,460 Km. 7 h. 15 min. Media Nublado 

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El Toxa en concierto

Con frecuencia la naturaleza recuerda a una orquesta sinfónica con sus músicos y solistas. Los trinos de los pájaros, cada uno con su melodía, el susurro de brisa a través de la arboleda, el murmullo de las aguas que fluyen en tantos ríos y riachuelos, acequias y «levadas» que surcan los montes y valles de nuestro país, los mil y uno rumores del bosque…

En una mañana como esta de primeros de noviembre, serena y plácida, destaca  en esa sonora sinfonía el solo que interpreta cual redoble de timbales la impresionante cascada del río Toxa cuando, desde la altura, entrega sus aguas a la tranquila corriente del señor de estas tierras, el río Deza.

No es la primera vez que nos acercamos a estos pagos cuyos protagonistas son el Monasterio de Carboeiro y la Fervenza do Toxa, pero en esta ocasión lo hacemos con una especial razón y es que, después de las abundantes lluvias de estos días, sabíamos que la fervenza luciría en toda su plenitud y así fue. El río Toxa se precipita desde allá arriba no como la suave cola de caballo que estamos acostumbrados a contemplar  cuando el río va con su caudal de tiempo seco sino como un como un chorro de blanca espuma que,  en vez de fuego, brotase de las fauces de un dragón.

Iniciamos la marcha  en lo que queda del Monasterio de Carboeiro, ahora restaurado, situado en un bellísimo paraje a las orillas del Deza para llegar entre verdes praderas, pues son estas tierras de gran actividad ganadera y frondosos bosques de castaños, robles y alcornoques hasta el mirador de la fervenza  en la cabecera de la cascada y desde donde se puede bajar hasta el fondo  la pista que conduce al  pequeño parque situado en la base.  Desde allí, un estrecho y accidentado sendero nos lleva hasta el puente de hierro que atraviesa  el  río Deza y un poco más adelante, llegados a los lindes de Merza, torcemos a la derecha para detenernos en el lugar de Reboredo en donde se encuentra el restaurante O Refuxio. Tras una agradable comida y después de animada sobremesa emprendemos el regreso hacia el punto de partida que no está a más de 3 Km. vadeando el río a través del viejo Ponte do Demo (s. X) muy cerca ya del monasterio.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
15,860 Km. 5 h. 10 min. Fácil Nublado 

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Contra viento y marea

Contra viento y marea: Dícese de cuando, a pesar de las dificultades, se sigue adelante.

Soplaba un fuerte viento en Cabo Home acompañado de rachas de lluvia que hacía inútiles los paraguas. Alguien sugirió dar marcha atrás y cambiar de rumbo hacia parajes más protegidos pero nuestra idea era la de pasar por los tres faros que jalonan A Costa da Vela por lo que decidimos seguir adelante por la ruta prevista.

Abordamos en primer lugar el faro de Cabo Home situado en un recio acantilado en el que rompen las olas con furor bañando de blanca espuma las oscuras rocas. No lejos, un poco al sur, se alza el de Punta Robaleira una coqueta construcción atachada y redonda que mira de frente a las Islas Cíes. Desde allí, dejándolo a nuestras espaldas, nos dirigimos al tercero de estos vigías del mar, el que está en Punta Subrido, a cuyos pies se extiende la hermosa playa de Melide rodeada de frondosos pinares en uno de los cuales nos detenemos para dar cuenta de un breve refrigerio.

Seguimos nuestra marcha hacia del extenso areal de la playa de Barra, paraíso de nudistas cuando el tiempo lo permite, o sea en los meses de verano, para adentrarnos en el GR 59 o lo que queda de él, antes O Sendeiro Ecolóxico do Morrazo, preciosa ruta hoy prácticamente abandonada por los que tienen la responsabilidad de cuidarla.

Salimos de los arenales para cambiar de rumbo por los viejos caminos empedrados que nos llevan hasta el Mirador de Hío,  fuera de servicio debido a que no hay nada que mirar en esta mañana lluviosa y enturbiada por la niebla.

Como es habitual siempre que los de Senderando recorremos estos parajes, nos dirigimos al restaurante Cabo Home en donde nos espera una sustanciosa cuchipanda a base de bruños, navajas, pulpo y otras delicias, todo regado con vinos mencía y albariño, rematando esta grata convivencia con un repaso al folclore del país acompañados por la armónica/guitarra de Xavier y el laúd de José.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
13,840 Km. 3 h. 30min. Fácil Lluvia 

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El agua enfurecida

En esta ocasión los metereólogos no se equivocaron. Llovió durante toda la noche y lo seguía haciendo cuando, a las nueve de la mañana, nos reunimos el minimum minimorum de los senderistas de la caminata sabatina, es decir, tres, Jaime Eduardo y el que suscribe.

Dado lo reducido del grupo y visto que amenazaba una mañana lluviosa, decidimos acercarnos al vecino monte Galiñeiro para iniciar, en el parque forestal de Zamáns, nuestra marcha hasta la Virgen de las Nieves, cota bien conocida por los amigos de Sendereando, conducidos esta vez por nuestro veterano Eduardo que conoce estos parajes al dedillo.

En esta mañana tan lluviosa, a veces también con niebla, y en este monte del Galiñeiro surcado por innumerables pistas, caminos y senderos, entre pinares y bosques de castaños, solamente con una cabeza bien amueblada como la de nuestro amigo que posee una memoria fotográfica envidiable es posible no perderse a menos que se disponga de un aparato GPS con la ruta previamente grabada lo cual no fue necesario en esta ocasión.

Resultó ser una buena idea la decisión de caminar hoy por estos parajes hace un par de meses polvorientos por la pertinaz sequía que duró hasta hace pocas semanas, porque aquella estampa desoladora que presentaban los riachuelos casi secos, con un tenue hilillo de agua bajando tímidamente por sus cauces se trocó ahora en espectaculares torrenteras y cascadas, por las que se precipitan miles de toneladas de agua enfurecida, alborotada y hasta peligrosa para quien caiga en su alocada carrera monte abajo.

Nos costó una buena mojadura pero valió la pena, ciertamente, por el hermoso espectáculo que nos ofreció la naturaleza en esta mañana lluviosa de principios de noviembre.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
12 Km. 3 h. Fácil Lluvia