¡Un año más!… No mires con desvelo
la carrera veloz del tiempo alado,
que un año más en la virtud pasado
un paso es más que te aproxima al cielo.
Con estos versos felicitaba a su hermana Josefa, D. Adelardo Pérez de Ayala, destacado dramaturgo y político de la segunda mitad del siglo XIX. Como habla del año transcurrido y también dice algo de pasos, se me ocurre que puede encabezar esta nueva edición de los números del 2018 que hoy expira.
Pasos hemos dado y muchos los caminantes de Sendereando en sus dos versiones de La Caminata Sabatina y Los Lunes al Sol. Y como dice el poeta, hacia el cielo vamos, al de los senderistas, que méritos para ello no nos faltan como puede deducirse de los gráficos que se muestran a continuación y que dan fe de los kilómetros y rutas que hemos recorrido en este año que nos abandona para dar paso a un 2019 en el que ojalá superemos o por lo menos igualemos los números de su antecesor.
La Caminata Sabatina
En este gráfico se muestran los más andarines, aquellos que han superando a lo largo del año los 125 Km.
Casi 50 han sido la rutas que en los sábados se extienden por un área que abarca toda la provincia.
Los Lunes al Sol
También en este caso la mínima distancia recorrida a lo largo del año se ha fijado en 125 Km.
La rutas de Los Lunes abarcan un área más extensa que llega hasta las provincias de A Coruña y Ourense.
Pocas veces nos hemos visto envueltos en tanta hermosura. Después de estos días de tiempo recio y oscuro que encerraba las maravillas de estos parajes entre nieblas y tormentas, en este día especial en que los de Los Lunes al Sol nos juntamos para celebrar caminando la Navidad que ya está a la puerta, la Madre Naturaleza nos ha deparado un escenario de ensueño brindándonos una jornada de calma y de luz en nuestro caminar por las orillas del Río Maneses, que aún siendo un modesto tributario del gran Lérez, es en esta espléndida mañana de un otoño que pronto entregará sus luces y colores a las sombras del inminente invierno, el señor de este minúsculo pero maravilloso reino en el que impera la belleza.
Sí. Es el reino de los caducifolios que entregan al invierno el tributo de su hermosura despojándose de su ropaje de ocre y oro, alfombrando los caminos con la hojarasca brillante que nuestras botas pisan mientras, extasiados, caminamos por la ribera del precioso río, cuyas aguas de plata y espuma acompañan nuestros pasos con el gozoso rumor de su caudal.
Y los muiños, los viejos muiños, mudos testigos de tiempos ya idos, con sus gruesos muros de cachote cubiertos de musgo, casi mimetizados con su entorno, viejos esqueletos de piedra sin sus rodicios, sin sus muelas, vacíos y callados, hundiendo su silencio en el rumor incesante de las aguas del Maneses.
Ensimismados por tanta belleza, sumidos a ratos en la nostalgia, llegamos a Fentáns, una pequeña aldea en cuyos montes nuestros antepasados dejaron hace cuatro milenios memoria de sus vidas escrita en la piedra, antesala de la capital del arte rupestre gallego que se encuentra muy cerquita, en Campo Lameiro, inicio y término de la hermosa caminata de este lunes, pues ahí nos quedamos, en Casa Tito, donde disfrutaremos de un yantar extraordinario para celebrar la Navidad de estos infatigables senderistas de Los Lunes al Sol.
Fabada de pulpo y setas, jabalí con castañas o ciervo con lombarda, finos dulces de la casa, albariños y riojas, colman gozosamente nuestro apetito y alegran nuestros corazones rematando la fiesta con los bailes y cantares amenizados por el acordeón de Dietmar y la bandurria de José.
Desde Sendereando, a todos deseamos ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!
Un tramo del Maneses
Belleza otoñal
Nª Sª de Lixó
En la fuente
Fuente de la ermita
¡Vaya trío!
Viejo puente
Río Lérez
El Maneses
Muiño do Crego
Pontella
Alfombra de otoño
Lo que queda del pontillón
Preparados para el yantar
Fabada con pulpo y zetas
Dulces de la casa
Dietmar y su acordeón
José y su bandurria
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
17,310 Km.
6 h.
Baja
NUbes y claros
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Dice la wikipedia: «La Sierra del Suído (oficialmente y en gallego, Serra do Suído) es un sistema montañoso gallego, que hace de frontera entre las provincias de Pontevedra y Orense. En Pontevedra se sitúa en los ayuntamientos de La Lama, Fornelos de Montes y Covelo, y en Orense en los de Avión y Beariz.»
Pues este lunes hemos subido a la sierra por la parte que corresponde al municipio de A Lama, conocido en estos lares por albergar un centro penitenciario que acoge de vez en cuando a ilustres conciudadanos que han necesitan un retiro en este apartado lugar.
El objetivo de nuestra caminata se encuentra a unos 700 m. de altura en un paraje denominado «Monte do Ceo» seguramente porque por allí se encuentran dos santuarios muy milagreiros, lo cual es signo de que el cielo debe andar por aquí cerca.
Comienza la marcha en el Santuario del Santo Cristo de la Agonía de Xende, a donde en agosto acuden multitud de fieles, algunos de los cuales procesionan metidos en un ataúd, para admiración de propios y asombro de extraños, remedando así la muerte que no tuvieron debido a la intercesión del Santo Cristo. El templo es monumental complementado con cruceiro bajo templete, gran viacrucis, casa rectoral y amplio espacio para los romeros.
Aún está amaneciendo cuando abandonamos el sagrado lugar y comenzamos la ascensión por la cadena de montes que componen la sierra caminando entre pinares y carballeiras, también por monte bajo, hasta toparnos con Nª Sª das Ermidas, una modesta capilla erguida en el siglo XIX y reformada en el XX con las donaciones de los emigrantes en el lugar de As sete fontes en una de las cuales un labriego, habiéndose lavado con sus aguas, curóse de una grave enfermedad que eminentes médicos de Madrid y Barcelona daban por incurable.
De ahí la romería de Nª Sª das Ermidas que se celebra en estos parajes los días 4 y cinco de agosto. En sus inmediaciones se eleva un monumento al emigrante cuyo autor no consta en la placa de bronce allí adosada pero sí el político de turno que lo inauguró. El citado momento consistía en dos personas, una en cada roca, que representaban a los dos continentes dándose la mano. Ahora queda solamente una. Todo esto en O Monte do Ceo das Cancelarias, no lejos del parque eólico cuyos generadores extienden su ronco concierto por estos parajes.
Casi todo el recorrido por estos montes discurre a lo largo de pistas forestales, por monte bajo con mucho matorral y apenas arboleda hasta que comienza el descenso.
El paisaje de montaña va quedando atrás y no tardamos en toparnos con las fincas, veigas y alguna que otra carballeira que se extienden por el valle hasta llegar a la carretera que nos lleva al lugar de Forzáns que es donde se encuentra la Churrasquería A Lareira de la cual tomamos posesión para disfrutar en su terraza de un aperitivo al tibio calor del sol otoñal. Para quien quiera degustar un estupendo codillo al horno con patatas fritas, este es el sitio.
El camino de regreso al punto de partida, aunque en su mayoría es asfalto, discurre casi en tu totalidad paralelo al curso del río Oitavén, siempre a la sombra, lo que lo hace más llevadero. Son casi 5 kms. que nos llevan de nuevo al Santuario del Santo Cristo en donde, después de hacernos la foto de familia, rematamos la caminata de este lunes.
Aún permanecen el yugo y las flechas
N Sª das Ermidas
En As Ermidas
Mucha pista forestal
Ruinas
El restaurante en Forzáns
Carballeira
Casa indiana en Gaxate
Casa indiana en Gaxate
Río Oitavén
Camiño dos arrieiros
Subida al santuario
Santo Cristo de Xende
En el santuario
Senda
Via Crucis
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
19,670 Km.
5 h. 24 min.
Media
Soleado
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Cuando iniciamos la marcha en el lugar de A Noveleira, municipio de Salceda de Caselas, caía una lluvia mansa que hacía brillar el piso de la carretera. A medida que íbamos ascendiendo una fina poalla alternaba con fuertes chaparrones mientras que la niebla se iba apoderando del paisaje.
Pasado el impresionante pórtico que da acceso a la Casa Grande de A Picoña, por cierto un desastre propio de la Galicia caníbal, comienza el largo ascenso por las pistas forestales que nos llevarán al Faro de Budiño. Entre la lluvia y los enormes tractores y camiones que andan por estos parajes talando y transportando pinos y eucaliptos han formado un espeso barro que, mezclado con las ramas y cortezas, compone un incómodo y resbaladizo suelo por el que resulta difícil caminar.
Cuando llegamos al lugar donde se eleva la inmensa mole del Faro, éste ha desaparecido de nuestra vista como si hubiera sido succionado por la niebla. Sean marinos o sean estas enormes rocas que dominan el valle del Louro, no hay faros cuando la niebla es tan densa como la de esta mañana. Así que seguimos la marcha, ahora en continuo descenso, casi siempre entre pinares y eucaliptos de negra corteza por los grandes incendios que asolaron estos montes el año pasado.
Llegamos a A Calustra, un pequeño conjunto de casas en los alrededores de Salceda de Caselas cuyos edificios se atisban en la lejanía. Siempre bajo el persistente orballo que no nos abandona, atravesamos algunos pinares y fincas de labor ahora abandonadas para encontrarnos con las primeras calles de la villa.
Ya en el centro, cerca de la Casa do Concello, entramos en La Pizzería Don Camilo en donde nos atienden con un aceptable menú, nada del otro mundo, pero suficiente para reponer fuerzas y secar chubasqueros y botas.
Al salir sigue el cielo encapotado y la lluvia pertinaz mientras regresamos por la orilla derecha del río Caselas cuyas aguas fluyen altas y turbias por el paseo que el Concello ha preparado para disfrute de vecinos y visitantes desviándonos en el barrio de Aballe desde donde, después de pasar por la monumental entrada de su pazo, nos dirigimos al lugar de Noveleira, inicio y término de la caminata de este lunes
Casa Grande de A Picoña
Barrabasada en la Casa Grande
Hacia el faro de Budiño
A Calustra
Pazo de Pegullal
Río Caselas
Presa en el río
Un recodo
Santa María de Salceda
Carballeira de Xabarís
Pazo de Aballe
Carreiriño
Datos de la ruta
Distancia
Duración
Dificultad
Tiempo
20,290 Km.
6 h. 15 min.
Media
Lluvia y niebla
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