Campana sobre campana

Le robamos el título al conocido villancico para hacer referencia a uno de los hitos más interesantes de la ruta de este lunes: la fábrica de campanas de los Ocampo en el lugar de Badoucos, en Arcos da Condesa.

A pocos más de cuatro kilómetros del centro urbano de Caldas de Reis, una de las villas termales más afamadas del país, se encuentra la pequeña aldea de Badoucos en donde se halla el taller de la saga de los Ocampo que desde hace casi cuatrocientos años sigue ejerciendo el noble y casi extinguido oficio de los campaneros.

Allí se fundieron las campanas que Anllóns y Bastabales que inspiraron los versos de dos de los poetas más emblemáticos de la literatura gallega: Pondal y Rosalía. Muchas de las iglesias gallegas ostentan en sus espadañas campanas de los Ocampo, incluso catedrales como las de Santiago, la concatedral de Vigo y la Almudena de Madrid con sus cuatro campanas en la llamada Torre de los gallegos.

No había actividad en la fundición en esta mañana pero valdrá la pena volver otro día para visitarla y conocerla.

Desde allí no queda mucho para llegar al Parque Natural del río Barosa  que desde la altura se precipita en una deslumbrante cascada sobre las inmensas rocas.

Continúa la caminata monte arriba entre viejos muiños y frondosa arboleda, en continua ascensión, hasta el lugar de Arosa desde donde desciende hasta el de Paradivas, ya cerca de la presa de A Baxe que todos los veranos aparece teñida de verde por un alga tóxica y que, en contra de lo previsto, no evita las inundaciones que provoca el río Umia en sus crecidas a su paso por la villa.

Un poco más abajo, junto a la nave nave de la antigua central eléctrica, el Umia  nos ofrece otra hermosa estampa de agua y espuma en la fervenza de Segade que se desliza sobre las enormes lajas del fondo para seguir río abajo, entre pasarelas y estrechos caminitos, hasta la alameda de Caldas declarada Paraje Pintoresco y Jardín Histórico,  uno de los más bellos jardines de la provincia, en las márgenes del río, con multitud de especies arbóreas, incluso exóticas, entre las que destacan varios tipos de camelias.

Muy cerca de la alameda, ya en pleno centro urbano, finaliza esta hermosa caminata que rematamos en el Restaurante Castro que, a base de caldo, tortilla, canelones y filetes, calma nuestras hambres y repone las energías gastadas en los 22 Km. de la pateada mañanera.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
21,900 Km. 5 h. 23 min. Media Chubascos 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.