Después de una semana de lluvias intensas y tremendos chaparrones llega este lunes, nublado sí, pero hasta con un poco de sol y sin necesidad de sacar el paraguas. Pues como dice el popular refrán gallego «Nunca choveu que non escampara» que podría traducirse como que después de la tormenta viene la calma.
Aunque calma no es precisamente lo que nos encontramos en la caminata de este lunes. No había calma en las aguas agitadas de los ríos Gorgua y Esmoriz, ni tampoco fue tranquila la marcha por las empinadas y estrechas sendas que discurren por sus orillas, ni por los lugares en los que nos vimos obligados a vadearlos con riesgo de resbalones y caídas que no faltaron, alguna desde notable altura, con chapuzón y brecha en el occipital, alarmante pero sin consecuencias.
A pesar de todo eso valió la pena recorrer, una vez más, los preciosos parajes de estos ríos del municipio ourensano de Padrenda que ya conocíamos de otras ocasiones y que nunca defraudan y menos en esta época de grandes lluvias en las que los ríos exhiben todo su poderío, fuerza y belleza.
Son hitos interesantes a destacar la capilla de San Miguel, a poco de comenzar la ruta, desde la que se domina una hermosa panorámica y el mirador de A Quinta en Monteredondo con impresionantes vistas de la Sierrra del Suído y el valle del Miño.
En resumen, una jornada estupenda por los ríos y montes de Padrenda que rematamos en el Restaurante Creciente, ya en la zona pontevedresa, en donde disfrutamos de una grata refección ennoblecida con un prestigioso tinto de la Ribera del Duero y un selecto blanco de Valdeorras invitación de nuestra querida Sita con la que brindamos porque cumpla muchos más con salud y felicidad.
- Ermita de San Miguel
- Siguen ahí desde hace años
- Mirador de A Quinta
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
17,060 Km. | 6 h. 18 min. | Media | Nublado |
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