Lunes, 13 de octubre de 2008 Ángel, Dietmar, Javier, José y Manolo. Recorrido; 27 Km. Dificultad: Media. Duración: 6 h. |
En Abril del 2006 hicimos una ruta parecida a la de este lunes de la cual dejamos noticia en Senderando con el nombre de La maravilla del Paralaia. Esata ruta es una combinación del Río da Fraga con un tramo del Roteiro Ecolóxico do Morrazo, el GR 59, el cual abandonamos a la altura de la localidad de Ermelo para ascender al monte Paralaia en cuya cima se eleva la Cruz do Xestoso. La novedad de esta vez consiste en que nos hemos acercado también a la Cruz de Ermelo, por lo que hemos podido disfrutar de las espléndidas vistas que ofrecen estos dos miradores. Desde Ermelo, la ría de Pontevedra y desde el Paralaia la ría de Vigo.
La Cruz de Ermelo se yergue, impresionante, sobre una gran roca. Es la Cruz de Santiago en piedra dominando la ría de Pontevedra. La cruz del Paralaia es de madera y desde la roca donde está se contempla desde muy cerca la ría de Vigo en todo su esplendor. Un poco más abajo, ya en el camino de vuelta, nos detenemos en el parque forestal de O Pouso das cruces, un merendero con mesas y fuentes de piedra, sitio ideal para interrumpir la marcha, comer y descansar.
Desde ahí todo es bajar hacia Moaña en donde hemos topado con la grata sorpresa del Sendero de Rialdarca, un antiguo camino abandonado durante muchos años recuperado ahora por los vecinos. Al final de ste camino, cruzamos el centro urbano de Moaña y a unos cientos de metros, ya en Meira, regresamos al punto de partida.
La aprimera parte del Sendeiro da Fraga, la de los molinos, ha sido restaurada, remozando pasarelas y lugares de descanso como éste de O Terreiro do Millo. Queda pendiente el tramo de las cascadas cuyos puentes y pasarelas presentan un estado lamentable.
La Cruz de Ermelo y a la derecha la Cruz do Xestoso, en el Paralaia.
Estos postes configuran la entrada al lugar en donde se eleva la Cruz de Ermelo. Se ve que la piedra natural no era del gusto del artista y las decoró con ese «precioso» color rosa. A la derecha, un rústico piorno en la aldea de Ermelo.
Nota: Para ampliar, hacer clic en las imágenes.
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