Escondida hermosura

Ondulantes lenguas de espuma se deslizan entre las pulidas rocas, a veces por estrechas gargantas, otras despeñándose por las enormes lajas cubiertas de musgo y vegetación bajo el sordo fragor que inunda la floresta ribereña.

Castaños centenarios, añosos carballos, salgueiros y bidueiros, componiendo una estampa que, más que un cuadro, es una hermosa sinfonía de vida y de color escondida en las fragas que rodean los ríos Esmoriz y Gorgua, un paraíso para el caminante, casi oculto en el interior del concello  ourensano de Padrenda.

Aunque la ruta comienza en carretera OU 411, precisamente bajo el puente sobre el Gorgua, el camino continúa hacia el sur topándonos a poco más de un kilómetro con una hermosa fervenza, la primera  del río Esmoriz a la que suceden otras de mayor o menor envergadura pero todas hermosas convirtiendo el cauce de ese río en un continuo embeleso para nuestros sentidos, una estampa viva en la que bulle toda la alegría, el gozo de sumergirse en la naturaleza misma en su versión más amable.

Los sonidos  del bosque, los trinos de las aves, la suave caricia del viento, la música del agua en esta  mañana de  temperatura suave y cielo franco nos envuelven en la magia de estos sitios hasta que aparecen las nubes grises, casi negras. Caen unas gotas finas, gruesas, más gruesas, un aguacero que nos coge casi de sorpresa.

Crepita la lluvia sobre paraguas y chubasqueros, se encharcan los caminos, chapotean las botas, surge la niebla mientras, abandonado el río, después de haber pasado por A Quinta y  San Xoan de Monte Redondo, rodeamos el cerro en el que se eleva capilla de San Miguel ya cerca del Bar San Mauro en el que, como únicos comensales de su modesto comedor, reponemos fuerzas a base de ensaladilla y costilletas de ternera acompañadas de mencía del Bierzo rematando el ágape  con tarta de manzana,  licores e infusiones.

De nuevo en la carretera el sol asoma tímidamente entre las espesas nubes cuando emprendemos el camino de regreso pasando por las localidades de Carballal, Zacumeira y Resufe, pequeños reductos rurales, en los que domina el silencio y la calma ocasionalmente interrumpidos por los ladridos de algún que otro can de palleiro hasta dar con el Río Corgua o Des Crespos y  volver a disfrutar del precioso paisaje que nos ofrecen sus fervenzas, sus muiños y el alegre fluir de sus aguas muy cerca ya de A Corga de Alén, un delicioso paraje en el lugar de Freáns inicio y fin de la jornada de este lunes.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
19,920 Km. 6 h. 14 min. Media Sol y chubascos 

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