Llegaron las lluvias y con ellas nueva vida para los ríos cuyos cauces, hasta hace poco casi secos, recobran ahora la alegría y la fuerza de sus aguas fluyendo generosas en rápidos y cascadas entre la hermosa floresta de otoño vestida de ocres, añiles y amarillos.
En estos pequeños ríos por los que ha transcurrido nuestra caminata de hoy es aún más patente el cambio que supone la llegada del tiempo lluvioso que en en los grandes en los que la mengua del caudal no es tan dramática.
O Rego Maior, O Regato do Portiño y O Río Trasmil son los nombres de estos arroyos que en tiempos pasados proveían de la necesaria energía a los numerosos «muiños» que jalonaban sus riberas. Estos ríos o regatos suelen tener varias denominaciones según el tramo en que se encuentren, Campolongo, A Cova, Sidral y alguno más.
Tienen su nacimiento en los montes de Cotorredondo, cerca del lago Castiñeiras, un hermoso lugar, parque forestal muy concurrido cuando el tiempo lo permite, con mesas de piedras y asadores en los alrededores del lago y la sombra de sus numerosos castaños bien agradecida cuando en el estío protege de los rigores del sol.
Hemos comenzado la caminata en San Adrián de Cobres, siguiendo el PRG 102 , en continuo ascenso todo por la orilla del río en cuyo curso se alzan los 35 muiños que en otro tiempo proveían de harina a sus ribereños. La mayor parte han sido restaurados y se conservan en buen estado. Al alcanzar el último de estos ingenios nos desviamos hacia el lago Castiñeiras en cuyas inmediaciones nos detenemos para restaurar con alguna fruta las energías gastadas hasta el momento. Seguimos, ya cuesta abajo, por el regato de O Portiño y un poco más adelante por las riberas del río Trasmil, también bordeado de muiños pero sin restaurar, abandonados a las inclemencias del tiempo, sus viejas paredes de piedra cubiertas de musgo y vegetación.
Se acaba la marcha por el río en un viejo puente pasado el cual no tardamos en llegar a otro más moderno bajo a AP-9 y de allí a la PO-554, ya en Vilaboa, en cuyo restaurante «Casa Enrique» damos cuenta del consabido menú del día.
Bajo uno más de los frecuentes chaparrones de la jornada, emprendemos el regreso saliéndonos de la carretera para enfilar de nuevo el PRG 106 que nos lleva a las antiguas Salinas de Ulló, de las que hay cumplida referencia aquí, en Sendereando. La marea está bien alta y las aguas las cubren casi hasta el borde de sus muros. Seguimos por el hermoso sendero que bordeando el mar finaliza en Larache para seguir por un breve tramo de carretera hasta el punto de partida.
- Uno de los 35 «muiños» del río Maior.
- Mirador de Cotoredondo
- En las salinas de Ulló
- Gaviota en la Ensenada de San Simón
- Dura ascensión
- Por el PRG-106
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
20,750 Km. | 6 h. 10min. | Media | Lluvioso |
Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.
No podía imaginarme el grado de sofisticación que habeis conseguido… estuve ojeando las rutas en google earth y me quedo pasmado… Enhoabuena…. y las fotos son de alucine…