Los ríos de San Ero

Los santos que tradicionalmente gozan de más devoción en Galicia y que son los titulares de la mayoría de fiestas y romerías en el país no son gallegos. San Roque y San Martín  nacieron en Francia. San Andrés, Apóstol, era galileo. San Blas, armenio. El que más se nos acerca es San Antonio de Padua que tiene su origen en el vecino Portugal y así otros. Pero hay uno, San Ero, que sí nació aquí y muy cerca, en Armenteira, Meis, Pontevedra.

San Ero, antes de santo  Ero de Armenteira, fue un noble gallego del siglo XII cuya historia aparece relatada en  la Cantiga 103 de las  recopiladas por el rey Alfonso X El Sabio que se encabeza con el siguiente título: «Como Santa Maria feze estar o monge trezentos anos ao canto da passara porque lle pedia que lle mostrasse qual era o ben que avia os que eran en Paraiso». Y es que el bueno de Don Ero, cuenta la leyenda, siendo ya monje se quedó dormido con el canto de un pajarito mientras soñaba cómo sería el paraíso. Efectivamente, en el pórtico de la iglesia está esculpido el pájaro del milagro.

Pues allí nos fuimos en este lunes los de Sendereando. Iniciamos la marcha en la iglesia de San Salvador de Meis para enlazar a los pocos metros con el sendero del río San Martiño, un cuidado paseo a lo largo del cauce de este modesto tributario del  Armenteira al que llegaremos  después de caminar río arriba unos cuatro kilómetros. Ya en pleno monte Castrove, dos desviamos y seguimos subiendo hasta cerca del campo de golf para volver a descender hacia Armenteira, sede del hermoso cenobio fundado por San Ero.

Después de admirar la iglesia y el claustro del monasterio, reemprendemos la marcha por la conocida ruta de  A pedra y a auga o PR G 170, muy frecuentada por el presidente Rajoy, en sus vacaciones gallegas. Preciosa ruta con senderos a ambas orillas del río Armenteira que a lo largo de casi 7 km. nos lleva hasta la población de Barrantes en donde hacemos alto para reponer fuerzas en el mesón de Lucho con un variado y estupendo menú que a todos nos deja la mar de satisfechos.

Con el contento y la euforia que producen las buenas viandas y el espeso tinto local continuamos nuestra andadura retomando la ruta del río San Martiño para llegar, después de unos tres kilómetros, a la iglesia de San Salvador, una excelente muestra de templo rural con curiosos bajorrelieves en sus muros que llaman la atención por lo inusuales que son.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
21,430 Km. 6 h. Media Nublado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.