A esta alturas del otoño, con el invierno a la puerta, los días son cada vez más cortos y a las mañanas les cuesta despertar envueltas en la larga noche que se abre a la luz del día en el tardío amanecer obligando a estos caminantes a comenzar su jornada casi a oscuras. Pero vale la pena disfrutarla en un día como el de este lunes en el que comenzamos la caminata cuando sopla una fresca brisa que ronda los cinco grados, todos bien tapaditos, hasta que el sol comienza brillar tras los eucaliptos y a media mañana es un disco radiante y cegador cuyos rayos aprovechan los chicos de Sendereando para, abriendo sus manos, absorber la vitamina D que emana de su luz.
La caminata se inicia en el lugar de Caeiro, al norte de la villa de Cuntis y discurre casi en su totalidad por bosques de pinos, eucaliptos, castaños y carballos sin tocar ningún lugar habitado a excepción de la capital del municipio y sus aledaños.
Pasamos por los Regos da Bandeira y Campo que aún bajan con escaso caudal para encontrarnos, ya muy cerca de Cuntis, con el río Da Patela y más abajo el río Gallo con caudal más abundante. Llegados a los alrededores de la villa, subimos al monte Maráns en cuyo parque se eleva el monumento al sagrado Corazón, muy milagreiro, según relata una devota que merodeaba por allí.
Es una gran efigie obra del cambadés Francisco Asorey que domina el parque de Maráns, al cual se accede por una solemne escalinata y desde donde se contempla una amplia panorámica de la villa.
Nos detenemos en la Parrillada Foxos, en las afueras. Allí damos cuenta del menú del día, un comer pasable, sin pena ni gloria pero que es siempre un agradable momento de descanso y animada conversación antes de reemprender la marcha que, que pasando por el centro urbano entre su gran balneario y la hermosa iglesia de Santa María, nos lleva a Castrolandín, un poblado de la edad del hierro, descubierto en el 2004, que se encuentra en una pequeña colina a poco más de un kilómetro de la villa termal.
Bajando de Caastrolandín entramos de nuevo en la floresta y otra vez entre pinares y carballeiras recorremos los pocos kilómetros que nos separan del sitio en el que iniciamos y rematamos nuestra caminata.
- Río da Patela
- Tomando vitamina solar
- Túnel vegetal
- Lavadero «individualizado»
- La campa por la fresca
- Diosperus caqui
- Escalinata al monumento del Sagrado Corazón
- El monumento de Asorey en Monte Maráns
- Cuntis desde el parque Maráns
- Iglesia de Santa María en Cuntis
- Castrolandín
- En el Castro
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
24,220 Km. | 6 h. 48 min. | Fácil | Despejado |
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Bonita la escena implorando y tomando el Sol . Subiendo para Castrolandin , hay en la parte baja una granja grande de avestruces , no se si la habeis visto.