Arrieros somos…

Arrieros somos y en el camino nos encontraremos.

Esta expresión es interpretada generalmente en modo peyorativo y tiene su origen en los tiempos en los que los arrieros caminaban de pueblo en pueblo para vender sus mercaderías. En ocasiones alguno le fastidiaba una venta a otro mediante alguna astucia o engaño y de ahí viene lo de «arrieros somos…».

También hay quien piensa, aunque son los menos, que en vez de una advertencia podría tratarse de una frase amigable de quien recibía la ayuda de un compañero de fatigas.  «Hoy por mí mañana por tí » como se diría ahora.

No era una vía fácil. Muchas jornadas fuera de casa, arreando mulas, de aquí para allá.

Como dice la copla:

Non te cases co arrieiro
que leva a vida penada.
Nin oe misa no domingo,
nin durme só na cama.

Pues por el camino de los arrieros a su paso por las tierras de O Carballiño ha discurrido en este lunes nuestra caminata repitiendo la que habíamos hecho hace un año, por esta fechas. Es una preciosa ruta que por muchas veces que se haga siempre resulta una experiencia gratificante.

Hemos comenzado en O Penedo do Varón, una pequeña localidad casi escondida entre viejos viñedos y fincas abandonadas en las orillas de O Rego Varón por donde serpentean los viejos caminos por los que transportaban sus mercancías aquellos arrieros de oficio hoy desaparecido. Pasa el camino por aldeas abandonadas como las de Sona y A Fragua y otras aún vivas como Porto Egua, Refoxos, Partovia y Mesego.

En Partovia llama la atención su Balneario de Caldas de tiempo de los romanos hoy una moderna instalación termalista ubicada en medio de la verde campiña.

En Mesego, ya muy cerca de la villa de O Carballiño, destaca su iglesia románica de portada con arco ligeramente apuntado.

Casi siempre entre carballos y castaños el sendero avanza en este día de otoño bajo la penumbra iluminada por la mágica luz que se filtra entre sus ramas.

Dejando atrás Mesego entramos en el parque del Arenteiro cuyas pistas nos llevan hasta uno de los puentes que vadean el río a cuya orilla, cerca de A Pena dos Namorados, se encuentra el restaurante A Maquía viejo conocido de estos andarines y que nunca nos defrauda con su variado menú de alta calidad y fina presentación  que ennoblece un excelente rioja Campillo, invitación del nuestro cumpleañero Moisés.

Rematado el condumio abandonamos tan confortable lugar para seguir nuestra andadura vadeando de nuevo el río Arenteiro que fluye pleno de espuma y caudal.

Seguimos su curso durante un par de kilómetros hasta llegar a la carretera y desviarnos por las pistas que, monte arriba, nos devuelven a las fragas y soutos que rodean O Penedo do Varón, inicio y fin de esta hermosa caminata.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
20,880 Km. 6 h. 54 min. Media Chubascos

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

2 pensamientos en “Arrieros somos…

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