Resplandor en A Paradanta

Vinieron los sarracenos
y nos molieron a palos,
que Dios ayuda a los malos
cuando son más que los buenos.

Allá por el siglo VIII mientras los sarracenos daban una batida por las tierras del Paradanta los lugareños pusieron la imagen de su Virgen a buen recaudo escondiéndola en una de las cimas de la sierra. Muchos años después, casi olvidado aquel suceso, una anciana que pastoreaba por aquellos montes vio como un resplandor que salía de una pequeña gruta junto a una fuente y al acercarse allí encontró la pequeña imagen que sus antepasados habían escondido.

La voz pronto se corrió por toda la comarca. Hubo milagros y procesiones hasta que surgió la idea de construir un templo digno de tal hallazgo. Las parroquias se disputaban la posesión de la imagen y el sitio donde levantar la iglesia hasta que A Franqueira hizo valer sus derechos como lugar del encuentro y todos quedaron de acuerdo.

Como el sitio era abrupto y poco accesible decidieron buscar un lugar más cómodo y para ello colocaron la imagen en un carro del país tirado por dos bueyes y los echaron a andar. Allí done parasen se erigiría el que hoy es el Santuario de Santa María de A Franqueira.  En los sesenta del pasado siglo un canteiro de Celanova hizo una réplica de la imagen que ocupa el lugar de la antigua en el cerro llamado Coto da Vella. *

Hasta allí hemos llegado en esta lluviosa mañana de diciembre sin que el agua nos abandonase ni un solo minuto, a veces como fino orballo, las más como insistente aguacero.

Partimos de las cercanías del río Xabriña, a su paso por la parroquia covelense de Paraños siguiendo una larga levada (azequia que llevaba el agua a los muiños) hasta dar con el río que fluye embravecido y a pleno caudal para dejarlo en donde su afluente, el Azal, le entrega sus aguas. Seguimos por la Fraga das Chozas hasta alcanzar la Aldea de Arriba en las estribaciones de la sierra de A Paradanta.

Atrás quedan los mágicos parajes por donde discurren las corrientes de los ríos Xabriña y Azal. Ahora toca subir y subir por los montes de la sierra entre los que se esparcen, casi escondidos entre sus vaguadas, lugares como O Formigueiro y Visticobo por donde pasamos caminando por O Camiño da Raiña, la senda por la que la reina Doña Urraca se desplazaba en sus visitas a Galicia.

Pasado O Formigueiro, siempre bajo la incesante lluvia, volvemos a ascender por el camino que nos lleva al Coto da Vella, el lugar en donde fue hallada la sagrada imagen, un magnífico mirador, en días claros, de los montes y valles que rodean la sierra incluso el valle del Miño y hasta las islas Cíes. No lejos de allí se encuentra la Cruz de A Paradanta, fin del monumental Via Crucis que comienza en el santuario cuyas estaciones se van sucediendo por el serpenteante sendero que nos lleva hasta el pueblo de A Franqueira.

Un par de kilómetros más y llegamos a O Cebreiro, una pequeña aldea en donde se ubica la Churrasquería O Eido do Monte en donde nos sentamos para descansar y reponer fuerzas después del estos 20 Km. mañaneros bien andados y bien mojados.

Cocido y arroz con pollo con alguna que otra almeja, acompañado todo por un ribeiro común, cumplen su oficio sin mayor brillantez pero nos deja preparados para afrontar los últimos kilómetros de la tarde que ya se va haciendo noche cuando regresamos al punto de partida en el preciso momento en que cesa la lluvia y surgen en el horizonte las sombras rojizas de un ocaso que anuncia un cielo sin nubes.

* Información obtenida en https://www.galiciamaxica.eu/galicia/pontevedra/senora/

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
23,340 Km. 7 h. 18 min. Media Lluvia 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic  aquí con el ratón .