Sobre las rocas

Esta caminata hay que hacerla con la marea baja pues, prácticamente, la mitad del recorrido se hace por encima de las rocas que bordean la costa en el tramo que va desde Hío hasta Punta Couso.

Iniciamos la ruta en el aparcamiento del restaurante O Pereiro, casi en el centro urbano de la parroquia de Hío, junto a la iglesia de San Martiño en cuyo atrio se yergue su famosísimo cruceiro obra del canteiro y escultor Cerviño, de Cotobade.

No tardamos en llegar a la playa de Arnelas, de arena fina y clara en esta época en la que los veraneantes aún no han invadido estos hermosos lugares.

Aunque existe una senda más al interior hemos optado por esperar a que hubiese marea baja para caminar por las playas salvando los roquedales que las separan, aún húmedos por las olas que los han estado lamiendo hasta hace un par de horas.

Es un ejercicio un tanto arriesgado porque es fácil sufrir un resbalón o cascar una rodilla por lo que hace falta flexibilidad en las articulaciones y seguridad en la pisada

En esta  mañana  clara y luminosa, con el sol a nuestras espaldas, fue un placer caminar sobre la blanca e impoluta arena de las playas de Arnelas, Area  Brava, A Laxe y otras con la suave brisa del mar acariciando la  piel mientras nuestras botas iban dejando sus profundas huellas en la playa inmaculada.

Hubo algunos contratiempos que hubimos de superar con agilidad y atrevimiento como cancillas cerradas  y algunos pasos estrechos entre las rocas que requerían concentración y puntería en la pisada para no darse un leñazo

Entre las rocas quedan  charcos  formados por la marea en los que Antón, navegante y pescador, se mueve en busca de nécoras o camarones cuando se topa con un espléndido ejemplar de pulpo que alza ante nuestro estupor con maestría de experto.  Hay quien lo imagina en la olla de una pulpeira bien cocido y adobado para disfrutar de tan sabrosa tapa pero otros, tocados de la vena ecológica, quieren devolverlo al mar y perdonarle la vida por lo que Antón, sensible ante tales requerimientos, decide concederle una segunda vida al apreciado cefalópodo.

Sigue la marcha entre rocas y playas hasta llegar a Punta Couso, punto final de la Costa de Soavela, un precioso lugar con su faro frente al inmenso mar azul en cuyas aguas faenan unos pesadores sobre una gamela solitaria.

Salimos de Punta Couso por la senda da Costa da Vela que nos lleva hasta el lugar de Donón, al Monte do Facho  en cuya cima se eleva la garita que fue faro en el medievo. Es un maravilloso mirador con las Islas Cíes enfrente, los acantilados de Cabo Home  allí mismo y la inmensidad del océano a nuestros pies.

Desde ahí, ya por el interior, emprendemos el regreso a Hío en cuyo restaurante O Pereiro damos cuenta de un variado y sabroso menú del día regado por un excelente Ribera del Duero obsequio de nuestra querida Carmen con la que brindamos por su pasado aniversario deseándole que cumpla muchos más.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
17,710 Km. 5h. 55 min. Media Soleado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.