Sendereando sobre blanco

Oleada de frío, temporal de nieve…¿y nosotros qué? Hemos salido esta mañana los de la Caminata Sabatina, algunos bien preparados para el frío: polainas de cordura, parka de goretex, pasamontañas, guantes…

Dejamos los coches no lejos del parque forestal de Zamanes, a los pies de nuestro entrañable Galiñeiro.

Efectivamente, la mañana está más bien fresca pero no pasa de ahí. Algo desilusionados atravesamos los pinares que rodean la sierra, bajamos hasta la aldea de Vilas, subimos hacia la Cola del Zorrro y allí, en un claro del bosque, nos detenemos para reponer fuerzas y ¡oh sorpresa, qué bueno!, comienza a nevar, así, sin previo aviso, casi de repente.

Y poco a poco los copos de nieve se hacen más grandes y blancos y el camino que serpea delante de nosotros se va cubriendo tímidamente con esta nieve que casi no lo es, nieve de las Rías Bajas, donde casi nunca nieva…

Pero ese trozo de sendero ya coloreado de blanco, nos alboroza y excita, nos vuelve niños, con ganas de jugar a tirarnos bolas de nieve, pero… es que estamos en las Rias Bajas, y aquí la nieve no se atreve a quedarse, blanquea un poco el paisaje, hace que por unos minutos nos sintamos en Siberia, una Siberia de cuento infantil, pero al poco rato, cuando aún faltan algunos kilómetros para rematar nuestra marcha, la nieve ha desaparecido.

Ha pasado por aquí, por estos montes, y nos ha hecho el regalo de su presencia, nos ha regalado una bonita estampa y se ha ido..

Gracias, blanca nieve.

Nos has dejado una hermosa postal, sin atascos, sin camiones perdidos en el temporal, sin pueblos aislados, sin gentes muertas de frío…¿ Eres un hada o una bruja?

Por el Galiñeiro, esta mañana, ha pasado una hermosa y blanca señora.

Nos ha regalado un hermoso cuadro.