Urraca, nombre de mujer, de reina incluso, que el pueblo castellano quiso dar a esta conocida ave que tiene la propiedad de parlotear como una fémina; marica la llaman en Valladolid quizás por el mismo motivo, su constante palique de mujer.
Urraca, onomatopeya también de la más común de sus voces, el reclamo ronco y seco que recuerda al sonido de una caja de cerillas agitada rápidamente.
Pega en Galicia, herencia clara del pica con que la bautizaron los romanos.
Picaza, picaraza, gaya…
Muchos nombres para una habitual de nuestro entorno, siempre merodeando a nuestro alrededor, y siempre temerosa de nosotros. El habla popular la compara al que excesivamente apegado a los objetos cotidianos nunca tira nada; todo, sobre todo las cosas inútiles, le llama la atención. Y así no nos ha costado imaginárnosla, coleccionista de mil y una baratijas en su nido, atrevida, al punto de colarse por nuestra ventana, descuidadamente abierta, y ponerse a curiosear en nuestras cosas. Sigue leyendo