Adrián, Ángel, Carlos, Dietmar, Isidoro, José y Manolo
Recorrido: 21 Km.
Dificultad: Media
Duración: 5 h.
Llegados a la villa de A Cañiza, tomamos la pista que sube al enorme parque eólico cuyos generadores se extienden a lo largo de la sierra del Paradanta. La pista de jabre, que es la de servicio del parque, sube hasta el Coto do Posto, a 931 m. de altura y está jalonada por cientos de esos gigantes a cuyas aspas no habría podido llegar la lanza de Don Quijote.
Es un espectáculo que vale la pena contemplar el que forman esos enormes mástiles girando sus hélices cansinamente, produciendo un sordo y continuado rugido, que rasga la el silencio de esas solitarias aturas.
Como consecuencia de la proliferación de estas instalaciones, se están produciendo reacciones de organizaciones ecologistas que claman para que las aspas de los molinos no acaben ni con las aves ni con los paisajes que todos interiorizamos como algo propio, dice una de ellas. Cierto que es una energía limpia y que no se agota, pero sin abusar, que hay uno que pasa por una via romana en Astorga…
Unas cuantas fotos ilustran la jornada.
La estación acumuladora almacena la energía producida por los aerogeneradores.
El «gigante», impasible, vigila nuestros pasos.
Paisaje sin molinos.
Un corto descanso para reponer fuerzas.
Ejemplo de «feismo» en la construcción rural.
Mapa de la ruta