Cuando Hillary y Tenzing alcanzaron la cima del Everest se dijo que habían conquistado el techo del mundo. Pues aquí en Vigo, tenemos también nuestro techo pequeñito y doméstico, el monte Galiñeiro, de unos 700 m. de altitud, en la parroquia de Vincios, muy cerca de la ciudad. En este lunes, la mañana transparente y luminosa invitaba a escalar la escarpada pendiente que desde el parque forestal de Zamáns nos conduce hasta la cima, siguiendo el PRG 1, por estrechos carreiriños en los que apenas cabe el ancho de la bota.
A medida que subimos se va abriendo ante nuestros ojos el maravilloso espectáculo de la ciudad desparramada hacia la ría, abarcando la vista desde la ensenada de Baiona hasta la de Rande, con las islas Cíes en el medio, componiendo un cuadro de espléndida belleza bajo un cielo de intenso azul. Allí, en la cima del Galiñeiro, el silencio, la luz y la lejanía ofrecen a nuestros ojos una estampa cuya mágica belleza nos deja fascinados.
Después de la dura ascensión sigue una laboriosa bajada por la ladera sur hasta regresar al sendero PRG 2 que nos lleva sin dificultad alguna hasta el monte Aloia, declarado Parque Natural en 1978 y cuyo mirador ofrece magníficas vistas de la ciudad del Tui y el río Miño.
Aún llegamos a tiempo para encontrar acogida en el restaurante O pote, a la entrada de la ciudad en donde, ya entrada la tarde, tomamos en autobús que nos devuelve a Vigo.
La ciudad de Vigo con el monte Alba a la izquierda y la ensenada de Baiona.
Ya queda poco para alcanzar la cima.
En las dos cotas más altas del recorrido: Galiñeiro a la izquierda y Aloia a la derecha.
El Aloia está cruzado por innumerables senderos algunos tan bonitos como éste. Llegados a la ciudad, la cumbre del Galiñeiro se perfila a lo lejos como una sombra que no tardará en fundirse con la noche.
Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo | |
Datos de la ruta | 20 Km. | 6 h. | Alta | Soleado |
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