Hace más de sesenta años, aún no había cumplido los once, quedó grabada en mi retina una imagen que cada vez que vengo a este sitio vuelve a mi memoria con alucinante nitidez. Cuando el renqueante autobús que transportaba los niños desde Vigo hasta el colegio de jesuítas de O Pasaxe se aproximaba a Baiona, unos enormes haces de luz dorada invadían intermitentemente aquel habitáculo de mareante olor a gas oil, kilómetro tras kilómetro, con metódica insistencia, hasta que pasado Cabo Silleiro, se perdía de nuevo en la noche.
Eran las luces del faro de Cabo Silleiro que en esta fresca y soleada mañana ha visitado la alegre y entusiasta comitiva de la Caminata sabatina. Aunque el faro ya no funciona como tal, aún sigue siendo utilizado como señal marítima y centro de comunicaciones. Antes de llegar al faro pasamos por la antigua Batería de costa J4, un enclave militar hoy abandonado y en ruinas, construído en los años 4o para proteger el litoral y que estuvo en funcionamiento hasta el fin de la década de los ochenta. También aquella estampa de los búnqueres asomando sus bocas de fuego entre las rocas impresionaron mi infantil imaginación creando fantasías de enconadas y ruidosas batallas en el mar, aunque me parece que, incluídos los ejercicios de tiro que se hayan podido realizar allí, la munición que habrán gastado habrá sido más bien escasa. Hoy el aspecto de la J4 es lamentable. Todo son ruinas, paredes desnudas sin tejados ni ventanas, pintadas y destrozos por doquier.
Información interesante sobre esta batería de costa podéis encontrarla haciendo clic aquí. También os recomiendo entrar en El túnel del pánico, un comentario relativo a esta instalación que merece la pena leer.
Después de esa visita, llena de nostalgia para algunos, volvimos sobre nuestros pasos y tomamos el GR 58 o Sendeiro gas Greas que pasa por estos parajes marchando monte arriba, por una empinada corredoira en la que se pueden apreciar con claridad las rodelas o huellas que las ruedas de los carros del país fueron esculpiendo en las rocas que sirven de pavimento.
Entre pinos y eucaliptos, por pistas forestales, rodeando la parroquia de Baredo, alcanzamos el paseo fluvial del río Fraga que nos devuelve al punto de inicio.
Pórtico de entrada con los símbolos de Artillería. Una muestra del aspecto ruinoso que presentan las antiguas instalaciones.
Uno de los fieros cañones, ahora pintarrajeado. A la derecha, el cerro donde estaba instalada la batería de cañones.
El faro de Cabo Silleiro y la foto de familia.
Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo | |
Datos de la ruta | 15,56 Km. | 4 h. | Media | Soleado |
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Nota: Para ampliar, hacer clic en las imágenes.