El arriero va…

Y prendido a la magia de los caminos
El arriero va, el arriero va.

Esos versos son de Héctor Roberto Chavero más conocido por Atahualpa Yupanki, el inolvidable cantautor argentino que dedicó una de sus más famosas composiciones a los arrieros de su tierra.

Los llanos de la pampa poco tienen que ver con los montes y carballeiras por donde discurrían  los caminos por los que los arrieros transportaban sus mercancías entre la meseta y  la tierras del norte pero ambos, los de allá y los de acá, iban prendidos de la magia de los caminos, como dice Yupanki.

Una magia que también ha prendido en nosotros, los senderistas de Los Lunes al Sol, cuando recorremos los mismos senderos que los arrieros maragatos con sus reatas de mulas. Del norte llevaban pescado en salazón y carbón y del sur traían embutidos y productos de secano.

Lo hacían por necesidad para ganarse el sustento. Nosotros lo hacemos por placer, para disfrutar de los preciosos parajes por los que caminaban, a su paso por los montes, ríos y regatos de la tierra gallega. Pero tal placer y tal gozo no exime del esfuerzo, la resistencia, el ánimo y la energía que estos andariegos despliegan mientras reviven las duras jornadas de aquellos caminantes.

Partiendo del Parque Etnográfico del Arenteiro cuando aún el día comienza a clarear, abordamos la orilla derecha el río sorteando las grandes rocas y enrevesadas pasarelas que nos conducen al camino que lleva a Ponteriza cuyo puente medieval vadeamos para seguir ruta hasta Aldea de Abaixo que es en donde enlaza con O Camiño dos Arrieiros que, inaugurado en el 2009, recupera muchos de los elementos pertenecientes a la riqueza patrimonial y etnográfica de los pueblos por los que discurre, desde manantiales, puentes y lavaderos hasta regadíos, pasando por pequeñas poblaciones A Fraga, Veiga, la aldea abandonada de Sona, Refoxo y Portavia, discurriendo en grandes tramos paralelo a O Regato do Varón, entre frondosas carballeiras, viejas pontellas, fincas de labor y viñedos.

Llegados a la iglesia de Mesego nos desviamos del sendero para regresar al Parque del Arenteiro .en cuyo

Allí se encuentra el restaurante A Maquía con cuyo menú, cuyo plato fuerte es el pollo frito, reponemos fuerzas y comentamos las incidencias de la jornada la cual rematamos con un paseo a la Pena dos Namorados, un cerro de casi 400 m. de altitud coronado por dos grandes piedras que al parecer representan una pareja de enamorados. Hay que echarle un poco de imaginación.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
18,870 Km. 5 h. 51min. Media Nubes y claros

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