La urraca (Pica pica)

Urraca, nombre de mujer, de reina incluso, que el pueblo castellano quiso dar a esta conocida ave que tiene la propiedad de parlotear como una fémina; marica la llaman en Valladolid quizás por el mismo motivo, su constante palique de mujer.

Urraca, onomatopeya también de la más común de sus voces, el reclamo ronco y seco que recuerda al sonido de una caja de cerillas agitada rápidamente.

Pega en Galicia, herencia clara del pica con que la bautizaron los romanos.

Picaza, picaraza, gaya…

Muchos nombres para una habitual de nuestro entorno, siempre merodeando a nuestro alrededor, y siempre temerosa de nosotros. El habla popular la compara al que excesivamente apegado a los objetos cotidianos nunca tira nada; todo, sobre todo las cosas inútiles, le llama la atención. Y así no nos ha costado imaginárnosla, coleccionista de mil y una baratijas en su nido, atrevida, al punto de colarse por nuestra ventana, descuidadamente abierta, y ponerse a curiosear en nuestras cosas.

Solo sé de una que tal hiciera; “Ili” era su nombre, y mis primos la compartían con la madre naturaleza. Según parece, la criaron desde que era un pollo, y luego la fueron reintegrando poco a poco a su aire, por el que volaba con plena autonomía, hasta que, a una simple llamada, entraba rauda por la ventana, renunciando a su libertad a cambio de alimento y mimos.

Años después yo mismo me encontré en condiciones de vivir algo parecido con una urraca de pocas semanas que, para desgracia suya, cayó en mis manos. Un amigo de mis catorce años se hizo con una; tropezó, sin embargo, con la incomprensión de sus padres y, de esa forma tan tonta, vino el pollo a vivir a mi casa. Yo me veía ya dueño de su voluntad; tercamente me apliqué a la tarea de doblegarla por la vía más tajante, la del hambre.

Pero aquel era un pollo muy poco pollo ya, crecido en su propio nido, del que apenas unos días llevaba ausente; así que cada vez que yo, lector de Lorenz y su “Anillo del rey Salomón”, acercaba mi guante negro, cargado de uvas, al bicho, él se alejaba aterrado buscando refugio en el fondo de la jaula. Mi fantasía quería obligarle a comer de mi mano, crear, con Pavlov, un vínculo entre el guante y su gana de comer; así, cada vez que se lo mostrara, mi amiga vendría a mí desde donde estuviera, tirando de su cola con su vuelo torpe y errático. Al tercer día de ayuno forzado la encontré patas arriba, rígida y fría, en el fondo de la jaula. Quizás sea esta la razón de mi nunca comprendida resistencia a ser dueño de ningún bicho.

Que la urraca es un pájaro mal visto no lo voy a descubrir yo ahora. Ya dije que la consideramos ladrona astuta y miserable de todo lo que brilla. Además es carroñera, lo que la convierte en pájaro de mal agüero. Es robadora de pollos y huevos en nidos ajenos, gracias a lo cual, aunque la haga más impopular aún, controla otras especies evitando plagas que en nada benefician al hombre. La riña perpetua en que parece pasar sus días, enfrentada en trifulcas con sus congéneres a los que persigue, o de quienes huye con un caracoleo constante y gárrulo. La costumbre de juntarse para pasar la noche en grupos de decenas, a veces de cientos de individuos. Todo ha contribuido a crearle una mala imagen.

Sin embargo me gustaría que la vierais en su nido, tan nido como los ajenos que ella asalta, víctima ahora del críalo, primo hermano del cuco, que ya con su solo nombre pregona su mala costumbre de imponer su prole a una madre de alquiler.“Críalos tu”, diría esa mala madre si se atreviera a esperar el regreso de la urraca burlada, que ingenua se alejó engañada por el críalo macho. Luego, ya criados los pollos, se atreve la madre desnaturalizada a reclamarlos, y se los lleva con ella a pasar el invierno en África, dejando a la pobre pega sola y humillada.

Razones como veis no faltan para tenerle lástima. Pero no quiero yo que acabe ahí la galería de vuestros sentimientos al respecto de este pájaro de sobria librea negra y blanca, de exóticos destellos irisados, de voz ronca y aire funesto, por el que hasta ahora os he invitado a sentir curiosidad, desconfianza, repugnancia y pena.

¿Le consideraríais digno de ser admirado por su inteligencia?

Quizás no conozcáis la anécdota del pescador esquimal que a diario hacía un recorrido por unos cuantos agujeros que él mismo había abierto en el hielo, dentro de los cuales sumergía una línea con anzuelo y bicho que dejaba allí suspensa, atada a una estaca que atravesaba en el borde de cada agujero para que no se hundiera. Más de una vez, en su ronda diaria, había comprobado con disgusto que alguien le estaba robando su pesca, cuando llegando a alguno de los agujeros se encontraba la línea fuera del agua, abandonada junto al borde, y el anzuelo limpio.

Un buen día, volviendo sobre sus pasos, se ocultó a cierta distancia de uno de los agujeros que acababa de preparar como solía, y armándose de paciencia se dispuso a esperar al ladrón.

Lo que vio le llenó de sorpresa y admiración. Una urraca, creyéndole lejos de allí, se posó sobre el palitroque que sujetaba la línea y, sujetando ésta con su pico, tiró de ella hacia arriba. Con una de sus patas pisó la línea y con el pico ya libre volvió a tirar. De esta manera paciente y esforzada consiguió sacar la pesca fuera del agua.

El asombrado lapón no tuvo más remedio que respetar la merecida cena de tan esforzado e inteligente ladrón.

Sólo me queda decir que si aún no estáis convencidos deberíais prestar atención a un dato en el quizás hasta ahora no hayáis reparado: solo un ser inteligente es capaz de sobrevivir tan airosamente a la terca y encarnizada persecución de que durante siglos le hemos hecho objeto. Otros, por desgracia, han sucumbido.

Jaime

5 pensamientos en “La urraca (Pica pica)

  1. La urraca es un animal que me fascina, y del que algun dia espero poder hacer una investigación profunda. Goza de una inteligencia insospechada. Tiene un comportamiento social de lo más complejo, y un sistema de comunicación, me atrevería a decir que casi verbal. Lo último ha sido descubrir con gran asombro qu en mi barrio están desarrollando conductas nocturnas, cazando cucarachas( y entrando en competencia con los pobres mochuelos y autillos) y robandoles comida a los gatos vagabundos que alimenta la gente por la noche…eso sí, de noche no hacen ni un ruido, y a la minima q ven a una persona cosa q por el dia ignorarian se van volando a su arbol de «dormir». Es increíble…símplemente

  2. hoy me encontré al salir de mi casa( en el campo)a un polluelo de urraca,la cojí y la dejé en mi garaje en una caja,estoy deseando llegar a casa para darle de comer,no sé.. pan con leche,arroz cocido ,espero que coma y se crie como crie a una magnifica lechuza.Todavia la estoy criando y dentro de dos dias exactamente la voy a devolver a la naturaleza,ya elegí el sitio ,tineo( asturias ) asombroso ,bosque s espectaculares de arboles autoctonos ,lejos de carretras principales,pastos y ganaderias (esta zona es la más ganadera de carne ) la soltaré cuando comienze a caer la tarde se que lloraré mucho,espero que viva muchos años y forme su familia,no se si es macho o hembra,yo la llamo milana bonita,emulando a francisco rabal en los santos unocentes,se rien de mi ,pero hoy que recogi a urraca si que
    se reiran ,pués al igual que el personaje de la pelicula pasó de un buho a una graja( que al final se la matarón y el tomó venganza.En casa de mis abuelos paternos tenian una urraca que llamaban Marica,robaba joyas,alfileres,dedales y todo aquello que brillaba,pero ella misma se descubria.Hablaba decia su nombre y el de mi tia.En recuerdo de ella la llamaré MARICA II (MARICADOS)

  3. Desde hace un año crio urracas. Tenía cuatro. Liberamos a tres de ellas y vivo con una, Pepa. Nilo, no sabes cuanta razón tienes. Las urracas son extremadamente inteligentes, sociables y juguetonas. Pepa se ha convertido en mi compañera, es un lujo disfrutar de ella y si necesitas información sobre estos increibles pájaros podrás encontrarla en el blog que edita mi compañero de piso sobre nuestra convivencia con nuestras urracas pica-pica.
    http://www.urraca-picapica.blogspot.com/
    Un saludo

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