Por causas ajenas a su voluntad el que esto escribe no pudo compartir la caminata con sus camaradas pero, por lo que le cuentan los que allá fueron, ruta tan hermosa no debe pasar sin una reseña, aunque sea de oídas, en Sendereando.
Comienza la andaina cerca de Oleiros para toparse a los pocos kilómetros con el Dolmen de Axeitos, el Partenón del Megalítico, como lo llamó García Bayón, cronista oficial que fue del municipio. Nada menos que seis mil años lleva allí este sepulcro colectivo.
Sigue la ruta por el humedal del Parque Natural de Corrubedo de cuyas famosas dunas no se encuentra noticia en las referencias que tengo de la jornada por lo que presumo que no pasaron por allí. Con las lluvias aún recientes no queda más remedio que chapotear por la junquera del Complejo Húmedo hasta encontrar de nuevo tierra firme y, ya cuesta arriba, alcanzar O Monte da Cidá, un enclave castrexo en el que arqueólogos y auxiliares trabajan para restaurar lo que queda del antiguo castro.
No lejos, ya en el descenso, el mirador de A Pedra de Rá regala nuestros ojos, digo los de ellos, con una espectacular panorámica de la ría de Arousa.
Un poco más abajo nos espera el centro urbano de Ribeira en cuyo resturante A Cabaña tiene lugar el esperado y necesario ágape que repone las menguadas energías. Paseo por la capital del municipio y regreso a la ruta, siempre con hermosas vistas de la ría y entorno de Ribeira, para visitar la capilla de San Alberte y rematar los 25 Km. de esta marcha en el punto de partida.
- Dolmen de Axeitos
- En el dolmen
- Humedal de Corrubedo
- Monte da Cidá
- Mirador de A Pedra de Rá
- Capilla de San Alberte
Nota: Las fotos y el vídeo son obra de Ángel.
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
24,320 Km. | 7 h. 25 min. | Fácil | Soleado |
Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.
Amigos andariegos, vuestra ruta me trae antiguos recuerdos de Corrubedo: la picadura en la playa de una faneca brava que me hizo bramar y, en otra ocasión, el embate de un enjambre de abejorros sanjuaneros, que nos hizo refugiar en el vehículo. Hermoso sitio. Un saludo. Antón.