Entre los chicos de Los lunes al sol es costumbre, que no ley, que quien cumple años invite al vino en la habitual comida que se celebra en el restaurante de turno. Esta vez le ha tocado en suerte a Manuel, nuestro querido compañero de Vilasobroso que cumple como si no cumpliese, pues los años no pasan para este siempre animoso miembro de nuestro grupo en cuyo semblante, siempre alegre, el paso del tiempo parece no hacer mella alguna.
Por su cuenta ha corrido un generoso caldo alentejano, magnífico complemento del excelente cabrito asado que nos tenía preparado Dona Vitalina, la regidora del Cafe da Luzia, en el lugar de Fervença, freguesía de Luzio, municipio de Monçao.
Pero no nos dejemos llevar por las emociones culinarias del día y comencemos por el principio.
Iniciamos la jornada en Leiradelo, una pequeña aldea en los aledaños de la Serra da Anta. La mayor parte del recorrido discurre por pistas forestales, alguna carballeira y pequeños bosques en los que destacan los cipreses de Lawson, una hermosa conífera que recuerda al cedro y que fue plantada en muchos montes portugueses durante la repoblación forestal que tuvo lugar durante el régimen de Salazar.
Manadas de vacuno de raza cachena, típica de Portugal, rondan por estos montes. Durante casi toda la mañana caminamos por estas alturas que apenas bajan de los 600 m. pasando por pequeñas poblaciones como las de Anhôes y Louredos, bien comunicadas en la actualidad pero que hace unas décadas serían lugares de difícil acceso aislados en estas solitarias latitudes.
Anhôes en un bonito lugar, con bastantes viviendas, hórreos y campos de cultivo dispuestos en bancales o terrazas, lo cual es bastante frecuente en esta sierra. Pasamos por Louredos, otro núcleo rural similar al anterior y desde ahí comienza el descenso hacia la parroquia de Luzio, ya en el valle, en donde comienzan a verse viñedos, frutales y cultivos propios de las tierras bajas.
Casi sin darnos cuenta van allá casi 20 Km. andados a buen ritmo cuando estamos entrando en el lugar de Fervença que es en donde se encuentra el Cafe da Luzia, bien a la vista el bar pero casi escondido el comedor, un entrañable habitáculo ambientado en los cincuenta que nos trae a la memoria aquellos reservados en los que se reunían unos cuantos amigos para disfrutar de un cocido, un lacón o un cabrito como en esta ocasión, cocinado con su particular receta por Dona Vitalina y, como se dice al principio, regado con el Alentejo de Manuel con el que felices brindamos por su feliz aniversario haciendo votos por que le caigan muchos más.
La caminata post meridiem fue corta y agradable. Nada que ver con las tierras altas por las que transcurrió la jornada matinal. Ahora caminamos por umbrías congostras y corredoiras, viejos caminos de carro en cuyas lajas han quedado insculpidas las rodelas, huellas de las miles de veces que, uncidos a los bueyes cachenos, han rodado por estos angostos parajes.
Pasado el río Gadanha que en estos tiempos de dura sequía aun lleva agua en su cauce no falta ni un kilómetro para llegar, entre pinares, a la carretera de Leiradelos, inicio y fin de la gozosa caminata de este lunes.
- Raza cachena
- Aquí también llegó el fuego
- Cipreses Lawson
- Bancales
- Minifundio
- La sierra
- Tomando el sol
- ¿Inspirado en Star Wars?
- O Senhor do Bonfim
- Canastros en Anhöes
- Capelinha
- Interior da capelinha
- Fervença, freguesia de Luzio
- Entrada al comedor
- Debajo el arroz, encima el cabrito
- Preparado para la mesa
- ¡Feliz cumpleaños, Manuel!
- Después del cabrito
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
23,090 Km. | 6 h. 24 min. | Media | Soleado |
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