Esta ruta está basada en la llamada Sendeiro dos pelamios o PRG 194. Pelamio es una expresión gallega que se usa para denominar los lugares en los que se sumergían las pieles para curtirlas. Habitualmente se situaban al borde de los ríos como el Arnoia que es la arteria que riega la mayor parte de las tierras que rodean a Xunqueira de Ambía.
Efectivamente, existen los restos de dos de esas construcciones, reducidas hoy a los muros exteriores sin que se vea nada en su interior, pero lo que sí abundan de forma extraordinaria son los bosques de robles, las carballeiras por las cuales discurre casi la totalidad de nuestra caminata y que es la razón por la que hemos nombrado a esta ruta Roteiro das carballeiras.
Xunqueira de Ambía es una hermosa población ourensana, cabeza de la novena etapa del Camino Sanabrés que es el remate del de la Vía de la Plata.
Según la tradición, en el siglo IV la Virgen se apareció en un juncal, una xunqueira, que es de donde le viene el nombre a la villa. Con tal motivo, como suele suceder, se construyó una ermita, después un monasterio y en el siglo XII una iglesia románica que es hoy la imponente Colegiata de Santa María cuyos muros albergan también la Casa do Concello como pasa en Celanova.
Pues en ese lugar, en el centro urbano de Xunqueira, comienza y termina nuestra jornada en una ruta trazada en dos bucles cuyo nudo es la Colegiata de Santa María.
De buena mañana, iniciamos la marcha, bien abrigados, como lo exigen los siete grados bajo cero con que nos reciben las centenarias losas de la Plaza de San Rosendo.
A los pocos minutos de dejar atrás el casco urbano, nos topamos con el Arnoia, el gran río ourensano, en cuyas orilla se elevan las ruinas de uno de los «pelamios», cuatro paredes de mampostería que nada dicen del uso al que fueron destinadas en otros tiempos.
Un poco más adelante, al pasar por el pelamio número 2, más de lo mismo, nos desviamos del río para llegar, entre profundas congostras y hermosos senderos alfombrados por la hojarasca otoñal bajo la luz dorada que se filtra por las ramas de los carballos, a la aldea de Paciños y poco después a la de Requeixo de Valverde en donde nos detenemos para contemplar su monumental iglesia y su cementerio, de los que quedan pocos, pues está situado todo sobre el suelo, lápidas y algún que otro panteón de cierto porte, pero sin los nichos de hormigón que afean tan frecuentemente estos lugares.
Los campos pintan blancos por la helada y de ello se quejan las ovejas de algunos rebaños que salen a nuestro paso y a las que el hielo les impide pastar.
Siempre bajo el tupido oropel de su dorada capa, discurre el camino entre los añosos carballos y castaños pasando por pequeñas poblaciones como las de Vilariño do Río, Vilanova y Armariz hasta alacanzar la capilla de San Xillao, ya en los aledaños de Xunqueira en cuyo Restaurante Luciano nos detenemos para resolver la cuestión culinaria con un caldo y un par de huevos fritos con chorizo, que el menú no da para más.
A continuación reemprendemos la marcha por el segundo bucle que nos lleva hasta el lugar a A Cea y desde allí, otra vez por la orilla izquierda del Arnoia, hasta en punto de origen y remate de esta hermosa andaina.
- Pontillón en el Arnoia
- Lo que queda del «pelamio».
- El charco helado
- Todo carballeira
- Sin pasto
- Bien abrigadito
- Cementerio de Requeixo
- Ponte das poldras en O Rexo
- Hórreos en Armariz
- Alguno para y reza
- Virgen del camino
- Memoria histórica
- Fuente termal en el Arnoia
- En la Plaza de San Rosendo
- Castaño centenario
- Colegiata de Santa María
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
23,000 Km. | 6 h. 10 min. | Media | Soleado |
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