El puente más largo

Noia, la villa de los puentes. Esta hermosa ciudad coruñesa está como escondida en un  recodo de la más septentrional de las Rías Bajas, la Ría de Muros y Noia.

Ríos como el Tambre, el Traba o el Vilacoba, entre otros, bajan a la ciudad que para vadearlos cuenta con numerosos puentes como el de Nafonso sobre el Tambre, el medieval sobre el río Traba y varios más.

Pero el más moderno y el más largo es el puente que une el barrio de A Barquiña con el puerto de Testal cerrando esos dos extremos de la villa con una longitud de 1,7 Km. siendo el atirantado más largo de Galicia.

En el puerto de Testal nace la playa del mismo nombre y ahí hemos iniciado la preciosa ruta de este lunes. Es un largo arenal de más de 1 Km. de longitud que en el pasado verano estuvo vedado a los bañistas por la baja calidad de sus aguas.

Paralelo a la playa discurre un hermoso sendero desde el que a estas horas tempranas de la mañana nos cupo la suerte de poder contemplar la singular estampa de cientos de mariscadores cuyas embarcaciones, grandes y pequeñas, desfilaban por la ría en larguísima fila para reunirse alrededor del banco de almejas armados con sus largas varas para extraer el preciado marisco  del fondo arenoso.

Sigue el camino entre estrechas  sendas decoradas con los hermosos colores del otoño brillantes después de las recientes lluvias hasta llegar a la parroquia de San Juan de Argalo cuyas casas dejamos atrás para adentrarnos en el monte y bajar hasta O Rego Vilaboa cuyas aguas forman una preciosa cascada,  A Fervenza de Argalo  que, con sus siete metros de caída en doble cola de caballo, constituye la más alta de la zona y la más espectacular.

Continúa la marcha, ya por verdes campos de hierba ya por pinares, pero siempre por encantadores caminitos que nos llevan hasta el paraje en el que se encuentra el Dolmen da Cova da Moura, un monumento megalítico que en la actualidad consiste tan solo en unas cuantas piedras propias de este tipo de sepulcros del Neolítico al que le falta la gran laja horizontal y que, según cuentan en Noia, alguien se llevó, a saber para qué, hace muchos años.

Después de dar unas cuantas vueltas alrededor del esquilmado monumento seguimos la marcha siempre por hermosas pistas y senderos hasta los arrabales de la joya del Barbanza que es la villa noiesa. La torre inacabada de la iglesia de San Martiño, el monumento más icónico de la villa, nos recuerda su tenebrosa leyenda que avisa de muerte a quien intente rematarla.

 La cosa se puso seria cuando en  1973 durante el rodaje de «La campana del infierno» su protagonista Claudio Guerin se precipitó al vacío desde una estructura que se había instalado para unir las dos almenas de la iglesia, la que remata en un campanario y la inacabada, que con motivo del rodaje se había reconstruido con cartón piedra. *

Buscamos la calle Ferrador en cuyo restaurante homónimo nos sentamos para dar cuenta del menú del día, nada del otro mundo.

Repuestos del esfuerzo de los primeros 18 Km. de la jornada, seguimos camino, ahora muy cómodo, por el paseo de orillamar que nos lleva hasta el puente sobre la ría en cuyo extremo se halla el sitio que fue inicio y es fin de la grata caminata de este lunes.

  • La Voz de Galicia 20.6.2010.
Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
23,520 Km. 6 h. 43 min. Media Nublado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

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