Ondas do mar de Vigo

Ondas do mar de Vigo,
se vistes meu amigo?
E ai Deus!, se verra cedo?

Martín Codax

Desde la cima del Monte Coruto de Leboreiro en lo más alto de A Serra da Madalena, en pleno corazón de la hermosa villa marinera de Cangas do Morrazo, se contempla en un día soleado con el de este lunes una espléndida panorámica de las Rías de Vigo, Aldán y Pontevedra.

Seguramente que Martín Codax, el trovador vigués que anduvo por estas tierras allá por el siglo XIII y que cantó con emocionados versos a las ondas del mar de Vigo, no tuvo ocasión de disfrutar desde tan magnífica atalaya de la impresionante y bellísima estampa que ofrecen las tres rías

Hay que subir por un empinado y estrecho sendero a la cumbre del Leboreiro que seguramente no existía en los tiempos de Martín. Pero vale la pena el esfuerzo para poder disfrutar el mar en calma, bajo un cielo impoluto que presta su límpido color azul a las suaves ondas de un tranquilo mar que abarca las rías de Vigo, Aldán y Pontevedra.

Claro que antes de alcanzar este que fue el punto culminante de la jornada hemos tenido que recorrer unos cuantos kilómetros, ya que la caminata comenzó en el Monte de Varalonga, al oeste de la villa, no lejos de la playa de Liméns, el primero de los preciosos arenales que jalonan la costa canguesa hasta Donón e Hío.

Recorremos el sendero  que han habilitado no hace mucho en el Área Recreativa de Varalonga desde donde se contemplan hermosas vistas de la ría lo cual será frecuente a lo largo de toda la caminata. Bajamos a la zona urbana para trasladarnos a la parte  oriental en donde se encuentra la ermita de San Roque inicio de la ruta que cruza la pequeña Serra de O Nacente antesala de la de A Madalena.

O Castelo, O Balcón do Rei, O Trono da Raiña y el citado del Monte Coruto de Leboreiro constituyen magníficos miradores sobre las rías, por lo que el camino, entre bosques de pinos, eucaliptos y castaños, deviene en un entretenido recorrido no exento de rampas y bajadas pero fecundo en  miradores desde los que disfrutar de las hermosas estampas que nos ofrece tan excepcional entorno.

Ya en pleno descenso, desde el citado mirador del Leboreiro, llegamos hasta los Petroglifos de Abelairas, unas grandes rocas en las que nuestros ancestros de hace cuatro milenios han dejado constancia de su existencia mediante símbolos no siempre fáciles de descifrar. Llama la atención lo descuidado del lugar, con plásticos y desperdicios rodeando el yacimiento.

A partir de ahí continuamos la marcha por la ladera norte de la sierra para regresar al punto de partida después de los más de 21 Km. de recorrido, rematando la jornada en la terraza de El Bribón de La Habana, en el paseo marítimo de Cangas.

Unas sabrosas brochetas de rape acompañadas de un rico  albariño, oro en la copa, ponen el broche final a esta espléndida mañana de Marzo.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
21,530 Km. 6 h. 20 min. Media Soleado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.