Del Río Lima a las Lagoas de Bertiandos

Este último lunes del mes de marzo amanecimos en una de las ciudades más antiguas de Portugal. La hermosa villa de Ponte de Lima era ya importante en tiempo de los romanos por ser el único lugar seguro para cruzar el río Lima, que es Limia hasta el embalse de Lindoso en la frontera entre nuestros dos países.

Nos habíamos citado en el Areal da Feira, junto al río, y desde allí emprendimos la marcha los ocho comparecientes.

Recorridos apenas novecientos metros desde el puente romano-gótico cruzamos el río por el más moderno puente de Nossa Senhora da Guía y accedimos a la Ecovía do Loureiro, un magnífico ejemplo de cuan en serio se toman nuestros vecinos portugueses todo esto de las infraestructuras y equipamientos públicos. Da gusto ver lo bien cuidado que lo tienen todo.

Después de pasar junto a un curioso “moinho de agua”, dejamos atrás la ecovía para ir a buscar las lagoas de Bertiandos, una zona protegida al estilo de nuestros parques naturales. Cruzamos la carretera frente al Solar de Bertiandos, una bonita casa solariega que data del siglo XV y que llama la atención por su excelente estado de conservación.

Ya dentro de esta “Paisagem protegida” de las “lagoas”, localizada en la “freguesía” de San Pedro de Arcos, nos empezamos a encontrar más en nuestro elemento, rodeados de árboles como carballos, alcornoques, abedules y de matorrales y vegetación acuática como los carrizos, por ejemplo.

A juzgar por los carteles informativos que pudimos ver en los observatorios, la fauna se preveía abundante y diversa también, aunque ahí no nos acompañó la suerte. Vimos algunos arrendajos, ánades reales y pajarillos como gorrión común, chochín, pico de coral…

En Ponte do Pedrinho descansamos reponiendo fuerzas con ayuda de Elvira que, como tiene por costumbre, nos endulzó con otro de sus exquisitos postres.

Llegamos a la laguna de San Pedro siguiendo una extensa red de pasarelas muy bien construidas y aún mejor cuidadas. De allí fuimos saliendo de este bonito espacio natural, estimulante y relajante a la vez.

A la salida pudimos disfrutar del hermoso cuadro que ofrece la Casa da Lage, otro antiguo palacio que hoy en día funciona como hotel rural.

Cerramos el círculo llegando de nuevo al Solar de Bertiandos tras casi dos kilómetros de camino recto entre campos de uva y pequeñas manchas forestales.

De nuevo a la ecovía do Loureiro y desde allí hasta Ponte de Lima, cruzando esta vez por el puente romano-gótico, no sin antes escuchar de boca de Antonio y Moisés la anécdota de aquel centurión romano que demostró a sus legionarios que el Lima no era el Leteo.

De remate tuvimos la suerte de disfrutar una sabrosa y abundante comida en el restaurante O Confrade, junto al río también, cómo casi toda esta ruta que tan agradable recuerdo nos deja. *

* Texto de Jaime Saiz

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
18,520 Km. 5 h. 15 min. Baja Soleado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.