La piromanía es una locura que arrasa nuestros montes pero cuando afecta a parajes tan hermosos y de tan alto valor etnológico como los pinares que rodean a los muiños de O Picón y de O Folón, se convierte en una demencia criminal insoportable. Así lo hemos visto y vivido en nuestra visita de este lunes a los famosos muiños de los que ya hay repetidas referencias aquí, en Sendereando.
Menos mal que la extraordinaria abundancia de agua, llenando las acequias o levadas por las que antes de la aparición de la electricidad se conducía el agua que movía los rodicios o turbinas que hacían girar las pesadas muelas de piedra, atenúa algo el deprimente cuadro que ofrece el monte quemado.
Aquello de que «agua pasada no mueve molino» podría aplicarse a estos ingenios que ahora, a pesar del agua que entra como un torrente en sus infernos sin rodicio, pasa sin mover nada pues nada queda en ese hueco que alojaba la citada turbina. Todos los muiños del Folón y del Picón han sido restaurados en lo que afecta a su fábrica de cachote y cubierta pero raro es el que aún está en condiciones de funcionamiento.
Vale la pena acercarse por allí en estos días de invierno y contemplar la espectacular fervenza del Folón y, desviándose unos cientos de metros de la ruta, la Poza del Río da Cal.
Después de haber disfrutado del refrescante espectáculo del agua y sufrido ante la barbarie incontrolada que ha dejado el monte en tan deplorables condiciones, seguimos nuestra marcha por pistas forestales hasta alcanzar A Cruz da Portela desde cuyo mirador se contempla una espléndida vista de la costa de Oia hasta el monte de San Tegra, en A Guarda, a donde nos dirigimos para hacer parada y fonda en el restaurante Pizzicata, cerca de la alameda. Un buen sitio para disfrutar de un agradable y bien elaborado menú.
De sobremesa nos damos una vuelta por el recién restaurado Castillo de Santa Cruz, una fortaleza del S. XVII, de impresionante muralla, con vistas al océano y al Miño cuyo interior vale la pena conocer.
Ya de regreso, monte arriba, avanzamos con cierta premura pues la noche se nos echa encima y la lluvia, que se había olvidado de nosotros durante casi toda la jornada, nos apremia. Casi a oscuras, alcanzamos nuestro destino que fue a la vez punto de partida de esta estupenda caminata.
- Clásica foto de los Muiños do Folón.
- Los pinares cirsundantes fueron quemados en el pasado verano.
- La acequia o «levada» de los muiños del Picón.
- Fervenza en O Folón.
- La Poza do Río da Cal.
- Parece que nos vienen los muiños encima.
- Interior del Castillo de Santa Cruz.
- El monte de Santa Tegra con A Guarda a sus pies.
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
26,540 Km. | 7 h. 15 min. | Media | Variado |
Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.
He realizado una ruta parecida con punto de partida en los molinos hasta llegar a Oia y visitando algunos pueblos casi deshabitados, y con las maravillosas vistas al océano, pero por suerte, la he realizado a mediados de Mayo, y creo recordar que este desastre ha sucedido a finales de Agosto, Luego a parte fui a una visita guiada del Castillo de Santa Cruz, que fue un día después de su presentación, el 8 de Diciembre, me encanta ver como se recuperan estos lugares llenos de historia.
Saludos