El salto de Torres

Ya nos avisaba nuestro socorrido mentor Jesús Simón en su ruta Arredor do río Valderías que la pontella por donde había que vadear el río Cubelo había sido destruida por la riada, por lo que sería necesario  descalzarse para salvar el paso o continuar río arriba hasta la siguiente, pero los aguerridos muchachos de los lunes optaron por pasar saltando de piedra en piedra con claro riesgo de acabar en el fondo de las agitadas aguas del Cubelo. Su pericia y arrojo  fueron suficientes para llegar a la otra orilla sin percance alguno.

A todos los superó la habilidad y coraje de nuestro querido Torres el cual, haciendo pértiga de una rama seca que allí había y tras un exacto cálculo de fuerzas y distancia, voló sobre el cauce del Cubelo alcanzando la otra orilla en un salto limpio y perfecto que llenó de admiración y regocijo a sus pasmados compañeros. Tal gesta nos recordó, salvando las distancias, el famoso Salto de Alvarado, el lugarteniente de Hernán Cortés que, huyendo de sus enemigos, saltó un canal usando su lanza como pértiga.

Esto ocurrió en los comienzos de nuestra andaina. Entre bosques de castaños y carballos, aun desnudas sus ramas en estos postreros días del invierno, llegamos a la localidad de Barroso con su eira comunal de unos treinta hórreos, todos con cubierta de losas de piedra,  perfectamente restaurados. Una belleza etnológica que da fe de la abundancia de grano que hubo aquí en los siglos pasados. Aunque no tan extensas, abundan en esta zona estas áreas comunes, como la  de Baresmo y Nieva, expresión de la capacidad de asociarse entre los vecinos que como gallegos tienen inmerecida fama de un acendrado individualismo.

Unos cuantos kilómetros más y llegamos al embalse de Alvarellos alimentado por las aguas de los ríos Avia y Valderías que es el nombre con el que el río Cubelo se conoce por esta zona. Un hermoso recorrido bordeando sus azules  y quietas aguas que reposan mansamente en las profundidades de los montes de la sierra del Faro de Avión.

No tardamos en llegar a la capital del concello en cuya entrada norte nos topamos con la iglesia de los Santos Justo y Pastor con su  singular fachada-retablo barroco realizada por canteros de la Tierra de Montes. Un poco más abajo se encuentra el Bar de Moncho en donde nos espera una suculenta pitanza a base de callos y lacón con lomo asados rematada por una tarta de Santiago deliciosa, todo regado con tinto del Ribeiro.

Aquí fue noticia en todos los medios en agosto del año pasado la partida de dominó de Raña y Slim con sus amigos parroquianos. Estos dos capitostes de las finanzas, senderistas que caminan con soltura y poder  por los caminos del dinero, se fotografiaron  con Moncho el cual no tuvo inconveniente de hacer lo mismo con este grupo de senderistas de la tierra cuyo capital más preciado son los ríos, montes y valles por los que caminan incansablemente.

Unas cuantas leguas más, de nuevo entre carballeiras y viejos castaños y entramos en Caseiro, lugar en el que comenzó la caminata de hoy.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
25,470 Km. 6 h. 30 min. Media Soleado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

2 pensamientos en “El salto de Torres

  1. Para José y colegas. Os veo cada semana con agrado y sana envidia. Soy un poco mayor que vosotros pero mi amor por la Naturaleza sigue vivo. Es admirable esa amistad que mostrais. Seguid dándonos ejemplo. Un cordial saludo. Antón.

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