Melgaço

Melgaço es una villa portuguesa, la más septentrional del país vecino, a la que se accede por un puente sobre el Miño que la une con Arbo, en la parte española. Aunque separadas por el río el paisaje es el mismo en ambas orillas.

Frondosa vegetación en las riberas, extensos viñedos de donde salen los vinos del Condado y los viños verdes portugueses. Largas cadenas montañosas a ambos lados de la frontera con zonas de arboleda y también de monte raso forman la profunda vaguada por la que fluye el padre Miño, entre tierras de labor y numerosos núcleos de población grandes y pequeños salpicando la accidentada orografía .

La caminata de este lunes ha discurrido por las tierras que conforman el municipio de Melgaço partiendo del hermoso monasterio de Fiâes, una de sus freguesías que es como se nombra a las parroquias en portugués. A 700 m.de altitud se encuentra este antiguo cenobio cuyos comienzos parecer ser que se remontan a las postrimerías del S. IX. habiendo sufrido muchas modificaciones a lo largo de los años aunque quedan claras huellas de su origen románico.

Como suele ocurrir con estos sitios, el monumento, hoy iglesia parroquial, se yergue en un lugar solitario y recogido. Augusto Soares de Azevedo Barbosa de Pinho Leal, historiador portugués,  describe así el paisaje que le rodea: «A poco más de un kilómetro de aquí se eleva majestuosa la Sierra de Pernidelo donde la vista abarca un vastísimo y hermoso panorama. Por la falda de esta sierra, en una distancia de 6 Km., se extiende la verde y fértil vega de Melgaço. Desde sus cumbres se ve, en días de cielo limpio, gran parte de las poblaciones gallegas y la ciudad de Ourense,a 40 Km.»

Dejando atrás el monasterio, subimos a la pequeña localidad de Jugaria, caminando entre bosques, fincas y monte raso, siempre en descenso hasta alcanzar las cercanías del Miño. Todo es monte por esta zona hasta llegar a los aledaños de Melgaço. Monte casi intransitable, pues la maleza ha invadido este sendero, otrora practicable, en el que aún se aprecian las marcas de la ruta, pero que ahora desbrozamos con nuestros bastones en una lenta y esforzada marcha aún más dificultosa a causa de la inoportuna lluvia que nos ha sorprendido en esta mañana que comenzó soleada y va camino de convertirse en una jornada fría y desapacible.

Por fin llegamos a la villa en donde, a la sombra (es un decir) de su castillo, encontramos un agradable restaurante en el que reponemos fuerzas y recuperamos ánimo para continuar bajo la persistente lluvia que aún nos persigue durante más de una hora.

Continúa nuestra marcha entre frondosos bosques y encantadores lugares como Ponte, Preto, Requeijo y Ladrongueira hasta regresar al punto de partida en el citado monasterio.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
24,000 Km.  7 h. 19 min. Difícil Lluvioso

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.