Nogueira es una aldea de la parroquia salvaterrense de Alxén cuya peculiaridad consiste en que muy cerca de sus casas, en medio de un extenso pinar, se elevan unas raras instalaciones que, a primera vista, sorprenden al visitante.
Edificios ennegrecidos por el humo, un par de aviones medio desvencijados, torres al parecer tocadas por el fuego… Se trata de un parque de formación de bomberos en el que se hacen simulacros de incendios. En el aparcamiento anexo, que es en donde iniciamos la ruta de este lunes, había un par de camiones de los Bombeiros Voluntarios de Monçao que seguramente estaban haciendo prácticas allí.
Así que suponemos que los habitantes de Nogueira y los propietarios de los montes aledaños se sentirán seguros ante cualquier amenaza de fuego por los alrededores.
Seguros y tranquilos y también con ánimo alegre ante la jornada que teníamos por delante emprendimos la marcha bajo la fina lluvia, casi niebla, que caía en las primeras horas de la mañana.
El tramo de la mañana transcurre casi todo el tiempo entre bosques de pinos pinos y eucaliptos interrumpido de vez en cuando por pequeños núcleos de población como Rabadáns y O Souto hasta llegar a Fillaboa con su magnífico puente medieval sobre el Tea, uno de los cuatro que con los de Cernadela, Los remedios y La Partida cubren el curso del río hacia su desembocadura en el Miño, a unos 2 Km. del último de ellos, el de Fillaboa, situado en la calzada que unía Salvaterra con Tui.
Atrás quedan el puente y el río, pues seguimos camino por los frondosos pinares que nos separan de A Fraga, un pequeño conjunto de casas en medio de un precioso bosque en el que predominan los caducifolios, en este época desprovistos de los hermosos colores que lucían en el pasado otoño.
No hemos caminado más de un kilómetro cuando, prácticamente oculto en la arboleda, damos con O Noso Eido, un restaurante bien conocido por esta tropa que a esta hora se encuentra a tope de parroquianos.
Un variado menú del día a base de paella, fritada de pescados, escalopines al limón, etc. todo regado por un excelente Ribera del Duero, obsequio de Mari Carmen que así celebra su cumpleaños con estos amigos de Sendereando que tanto la quieren.
Mucho jolgorio y ruidosa alegría cuando la cumpleañera apaga las velas y todos hacemos votos por que tan gozosa circunstancia se repita año tras año.
Ahora solo queda retomar los bártulos de andar y reemprender la marcha hacia nuestro destino final que consiste en un delicioso paseo por la orilla derecha del Tea, jalonado por las estacadas o pasarelas que en diversos tramos han montado por pescadores de lamprea que en estos lares usan el arte de la fisga, un tridente con el que pinchan el preciado ciclóstomo que ya está en temporada.
Llegados al puente de Cordeiro nos alejamos del río para acometer los últimos metros a través del inevitable pinar que rodea las inquietantes siluetas de ese lugar dedicado al fuego para apagar incendios en cuyas cercanías habíamos iniciado y finaliza la caminata de este lunes.
- Pinos y eucaliptos
- Remanso
- Iglesia de Nogueira
- Los «fentos» decoran el suelo
- Pelouros
- En los pelouros
- ¿Muiño con hornacina?
- Detalle de una estacada
- ¡Viva Mari Carmen!
- El fotógrafo fotografiado
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
22,790 Km. | 6 h. 9 min. | Fácil | Lluvia débil |
Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.