Un regalo inesperado

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

Miguel Hernández
«Elegía»

Ayer recibí un regalo que, por medio de su esposa Nené, me hizo llegar nuestro inolvidable amigo y compañero de caminatas Eduardo, nuestro entrañable Eduardo.

Es una bota de los alfares de Buño, la mítica aldea de Malpica, famosa por los oleiros y cacharreiros elaborados con sus barros desde tiempos ancestrales.

Siempre que entraba en su casa me llamaba la atención lo bien conseguida que estaba aquella bota que parecía de cuero de verdad y lo comentábamos una y otra vez.

Nos abandonó hace pocas semanas dejándonos la impronta  de su inolvidable personalidad,  de su bonhomía , de su generosidad y de su sabiduría y ahora, al recibir tan bonito recuerdo que es a la vez símbolo de una de nuestras comunes y más queridas aficiones como es la de caminar, se me ha ocurrido rendirle el pequeño homenaje de incorporar la imagen de su regalo al encabezamiento de este blog.

No te olvidaremos querido amigo, seguirás estando presente en nuestras caminatas  que, como dicen los versos de Miguel Hernández, tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.

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