Grobas: La aldea escondida

Las neveiras de Fixó, la aldea de Grobas y los gaiteiros de Soutelo son los tres hitos que marcan la espléndida ruta de este lunes, por las estribaciones de la Sierra do Candán, entre los concellos de Forcarei y Lalín, diseñada  por nuestro experto y querido compañero de fatigas José Luís, más conocido por dasparrandas en los medios cibernéticos.

Iniciamos la marcha en Vilariño, ya en plena sierra y en plena ascensión por una pelada ladera que nos lleva a los Altos de Rofete en donde han instalado uno más  de los parques eólicos que pueblan nuestros montes.  No tardamos en llegar a los pinares en cuyo interior se encuentran las Neveiras de Fixó,  unos enormes pozos en los que se almacenaba el hielo, industria que producía pingües beneficios a sus explotadores que fueron principalmente los monjes de Aciveiro. Era muy apreciado para la conservación de alimentos, enfriado de bebidas y uso médico. 

Después de parar en el mirador de Grobas para contemplar las impresionantes moles  montañosas que conforman la Sierra do Candán, nos toca descender a lo largo de una extensa y preciosa  carballeira hasta un hermoso paraje cruzado por encantador riachuelo, aún flojo de aguas en esta pertinaz sequía, en donde dos detenemos para el refrigerio matutino.

Reemprendida la marcha, una solitaria higuera nos ofrece sus deliciosos frutos prácticamente a la entrada de la aldea abandonada, la aldea escondida de Grobas. Una vez más, nos topamos con las viejas casas de piedra, convertidas en  pura ruina, sin tejados, sin puertas, cubiertas de maleza e invadidas por la vegetación. Aquí nunca llegó la luz ni el asfalto y para trasladarse al lugar habitado más próximo había que hacerlo por el único camino que había, un estrecho sendero monte arriba que obligaba a subir hasta el Alto de San Bieito a más de 1000 m. de altitud desde los 5oo en los que se encuentra la aldea de Grobas.

Llegaron a tener más de mil cabras, hacían  miel y queso, cultivaban maíz y patatas y hasta tenían un maestro que pagaban ellos mismos. Agricultura de subsistencia en un entorno precioso, sin infraestructura alguna, que con la llegada de la luz y las comunicaciones quedó abandonado.

Hemos experimentado en nuestras propias carnes la dureza de la subida cuando para regresar a la ruta hemos tenido que superar el fortísimo desnivel que nos separa del lugar de Ameixedo, ya en el concello de Lalín, para seguir hasta el Alto do Coco, continuar por una larga pista, ahora siempre hacia abajo, hasta la villa de Soutelo de Montes, patria del gran Avelino Cachafeiro, el más famoso y querido gaiteiro de su época en cuya memoria se eleva un monumento en la plaza que lleva su nombre.

Allí al lado, se encuentra el restaurante Milenium en donde nos espera el esperado condumio que ponga un poco de orden en nuestros molidos esqueletos. El mesonero nos cuenta que él es nacido en la aldea de Grobas, que allí pasó su infancia y que fue feliz. ¿Y que pasaba cuando alguien se ponía enfermo? le preguntamos. Lo sentábamos en un carro del país tirado por dos bueyes y lo llevábamos a Soutelo o a Millarada y si llegada vivo el médico lo sanaba. Si moría en el camino, dábamos vuelta y ya se sabe…

Satisfechos y animados por la agradable pitanza, aviamos mochilas y bastones y emprendemos el regreso, esta vez entre fincas y pinares, hasta retomar el lugar de inicio en Vilariño.


Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
24,540 Km. 8 h. 9 min. Alta Soleado

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

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