Caminata lalinense

Comenzamos con 1º centígrado y terminamos con 25º.

Es que después de tan largo estío, aún recientes sus mañanas calurosas, no sospechábamos que en estas tierras de Lalín iniciaríamos la caminata con una mañán de xiada.

Olvidados los guantes en el fondo de la mochilas o en casa, el frío de las primeras horas congelaba las puntas de nuestros dedos hasta que un par de horas más tarde el calor del sol comenzaba a calentar llegando a agobiarnos cuando, poco antes de la hora del condumio, nos tocase ascender por la empinada rampa que conducía al restaurante.

Como ya habíamos hecho en octubre de hace dos años, iniciamos la jornada en el Pazo de Liñares, hoy propiedad del Concello de Lalín, que en la actualidad  bajo el nombre de Espazo Liñares, «funciona como un contenedor cultural multidisciplinar en el ámbito gallego» según leo en internet. Hasta ahora yo tenía otra idea de los contenedores pero se ve que la cultura se puede almacenar de muchas maneras.

No tardamos en llegar al puente romano sobre el Deza para, poco después, llegar a Ponte de Taboada, un pequeño núcleo rural que lleva el mismo nombre de otro de los puentes sobre el mismo río.

Tras algunas dificultades para dar con la ruta y después de recorrer un kilómetro por la N525, recuperamos el sendero que de ahora en adelante nos llevará por caminos y pistas con frecuencia asfaltadas entre los extensos pastizales en los que crece la hierba y el maíz que sirven de forraje a la importante  cabaña de vacuno de la cual abundan las explotaciones en esta tierra lalinense famosa también por sus fábricas  de embutidos.

Después de pasar por el lugar de Santiso seguimos, entre fincas que dan paso a extensas y umbrías carballeiras, algunas de añejos robles de robustos troncos y amplias copas a través de cuyas temblorosas hojas se filtra, en hermosos haces, la luz del sol.

Llegamos así hasta el espacio recreativo que han montado alrededor del lago de Fontiñas, un humedal preparado con pasarelas y casetas para avistar la fauna avícola que habita en estos parajes.

Del lago regresamos al asfalto que evitamos desviándonos por senderos paralelos a la N 525 y a la AP53 para alcanzar el parque industrial en el que se encuentra  «A de Antonio», un restaurante ya conocido por los chicos de Los Lunes al Sol en el que nos sirven una correcta refección que nuestro querido Miguel, que cumple años en estas fechas, adorna con un rico mencía con el que brindamos con entusiasmo porque nos siga acompañando durante muchos años, a los sones del himno que la empresa ha tenido a bien hacer sonar para que cantemos el «Cumpleaños feliz».

Así que, felices, abandonamos «A de Antonio», ya bajo los rigores de un sol que está en lo alto y calienta sin remilgos, para seguir, siempre a la sombra, por  senderos, corredoiras y congostras que   nos llevan a través de  hermosos y frondosos parajes, hasta el Pazo de Liñares completando la excelente jornada de este día que comenzó con los rigores  del frío otoñal y terminó con los calores propios del reciente verano.

Datos de la ruta Distancia Duración Dificultad Tiempo
23,800 Km. 6 h. 50 min. Baja Soleado 

Para ver el mapa y más detalles de la ruta hacer clic con el ratón aquí.

Un pensamiento en “Caminata lalinense

  1. Pingback: Tres pazos y mucho asfalto |

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