Llegamos al barco en el último minuto. Únicos pasajeros en cubierta, la fresca brisa llena nuestros pulmones en la luminosa mañana que, después de los días oscuros y lluviosos, nos ha regalado este invierno. Va quedando Vigo a popa con su ajetreo y su ruído y mientras la nave enfila su proa cara a Cangas.
Allí, en la capital del Morrazo, se nos unen los amigos de Pontevedra y acometemos la ruta que nos ha de llevar por toda la Costa da Vela hasta Donón. Partiendo de la fachada de la antigua y arruinada fábrica de Massó y siguiendo las marcas de lo que qeuda del GR 59 o Roteiro Ecolóxico do Morrazo, llegamos a la playa de Limens. Aquí se pierden las marcas, así que en vez de continuar monte arriba por nuestra derecha que es por donde se supone se sigue el GR 59, nos desviamos a la izquierda alcanzando, tras una corta ascensión, el sendero que nos llevará siempre a lo largo de la costa, a veces por las playas, hasta nuestra primera parada en Donón.
El camino no tiene pérdida, no hace falta marca alguna, basta con no separarse de la orilla. La espléndida mañana extiende su luz sobre un mar esmeralda e ilumina la playas de fina arena. Las islas Cíes a nuestra izquierda, la isla de Ons al fondo y a nuestra derecha los impresionantes arrecifes de la Costa da Vela, todo bajo un cielo de intenso azul inmaculado, configuran un escenario de tan excelsa hermosura que no hay cuadro que lo pueda igualar.
Enchidos de emoción y de euforia ante tanta belleza, llegamos a Donón en cuyo restaurante Cabo Home, ya conocido por nosotros por lo bien que nos tratan, nos alimentamos, nos relajamos y nos divertimos en amistosa convivencia.
De nuevo con las mochilas a la espalda, preparados los bastones y bien calzadas las botas, reanudamos la marcha por la calzada que rodea el monte de O Facho, antiguo asentamiento hace más de dos milenios del poblado castreño Beróbriga y lugar de peregrinación de los más antiguos de la península para rendir culto al dios Berobreus. Como nosotros ya hemos peregrinado hasta allá arriba en otras ocasiones, seguimos, ahora sí, por las marcas del GR 59 que nos conducen hasta O Hío.
Después de una breve parada para fotografiarnos bajo su celebérrimo cruceiro, seguimos hasta Limens, donde retomamos el camino de vuelta hacia Cangas, a la que llegamos cuando la noche aún es joven pero lo suficientemente oscura para que lo que en la mañana era un mar intensamente azul sea ahora sea ahora una lámina de azabache por la que se desliza suave y veloz la embarcación que nos devuelve a la ciudad.
La mar clara y fresca de la mañana contrasta con los encendidos colores del atardecer.
La ruta discurre contigua a la costa ya sea por senderos o por la misma playa.
Los tres faros de Cabo Home: Punta Sobrido, Punta Robaleira y Cabo Pequeno.
La ría de Aldán desde O Hío y foto del grupo al pie de su famoso cruceiro.
Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo | |
Datos de la ruta | 29 Km. | 7 h. | Baja | Soleado |
me alegro tanto de que sigáis mandándonos vuestras caminatas!!!
Encántame o artigo.
Eu son máis ben de bici pero se manexades GPS ou queredes informarvos, pégovos un enlace. Fixemos o GR59 evitando zonas asfaltadas ou escaralladas pola vía rápida.
O único que non vos recomendo é a subida de Marín a Castiñeiras, fixémola por pista para poder pedalear e hai unha alternativa por un senderiño, medio sinalizado, pero non ciclable. O resto respetámolo na medida do posible
Un saudo
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1009896