¡Quién nos lo iba a decir! ¡Las Rías Baixas batiendo marcas de calor como si esto fuese Canarias o Andalucía! ¡Treinta y siete grados en la caminata de este lunes! Menos mal que, siguiendo la práctica de estas últimas semanas, llevamos nuestras caminatas a las riberas de los ríos que aún llevan agua, pues con esta sequía los pequeños se quedan con sus cauces vacíos, secos como patéticas gargantas esqueléticas.
El Lérez es uno de los ríos importantes de Galicia. Desemboca en la ría de Pontevedra cruzando la ciudad que a lo largo de los años ha ido construyendo puentes y pasarelas, desde los más antiguos de mampostería hasta los modernos de acero, cemento y formas caprichosas. En una de aquellas, en la calle de Buenos Aires, comienza nuestra ruta por el tramo final del río hasta Puente Bora en donde se encuentra con el Almofrei.
El Lérez, como es grande, aún lleva sus aguas hasta una discreta altura ofreciéndonos hermosos parajes en los que la arboleda se refleja con toda nitidez en sus remansos. El sendero de pescadores por el que caminamos durante un buen trecho discurre bajo la sombra de la espesa floresta. Llama nuestra atención la sequedad del piso, polvoriento y duro, tan diferente de aquellos caminitos húmedos de las otras estaciones.
Al pasar al Almofrei, encontramos tramos del río con muy escasa corriente aunque no faltan algunos espacios en los que el agua se encierra en pequeñas pozas. Abandonando por un tiempo el río, la ruta nos lleva al lugar de O Salgueiral, un conjunto rural en lo alto, desprotegido del sol que nos persigue durante un par de kilómetros por el monte raso hasta que regresamos al Almofrei para bajar a la Fervenza da Bouza, un encantador paraje en donde nos sentamos a la sombra de los arboles ribereños para reponer energías aprovechando algunos el agradable remanso para darse un reconfortante baño en su quietas aguas.
Retomando el tramo inicial regresamos por Puente Bora al Lérez, esta vez por su margen izquierda, para desviarnos al barrio de Monteporreiro en cuyo Asador Xiraldo paramos para dar cuenta de su menú del día acompañado por un Rioja crianza, invitación de Carlos que celebra así su reciente incorporación a esta cofradía de los andantes de los lunes.
Hace demasiado calor para hacer muchos kilómetros post meridiem, así que optamos por volver al río y tras una carreiriña de can llegamos al punto final de nuestra andanza.
- Pasarela sobre el Lérez, inicio y final de la ruta
- Presa salmonera al fondo
- Pequeña playa fluvial
- El puente del tren nuevo con el viejo al fondo ya sin uso.
- Remanso del Lérez
- Sobre las «poldras» del Almofrei
- Fervenza da Bouza
- Aguas transparentes
- De sobremesa
- Puente de los tirantes
Datos de la ruta | Distancia | Duración | Dificultad | Tiempo |
22,300 Km. | 6 h. 52 min. | Fácil | Sol y calor |
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